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No muy lejos de ahí sus perseguidores molestos olvidaron que su terrible camioneta no era rival para ese aerodinámico auto a pesar de las modificaciones así que dejaron de seguirla. Pero sabían que tendrían que hacer algo, debían hacer algo pronto, ese engendro ya tenía tres años y la gente comenzaba a tomar muy enserio a sus madres y sus familiares y las leyes de Dios no fueron tomadas en cuenta, incluso respetadas familias católicas ya no veían con malos ojos a la pequeña y endemoniada hija de las dos lesbianas esas.

Lauren por su parte acomodó su cabello antes de salir al patio de la mansión donde a lo lejos en el jardín de enfrente oía las risas de Camila y Sinuhe, seguro jugaban con la nenita en el jardín, sus guardias estaban ya ahí con cara de ofendidos, Lauren sonrió.

Solo quería saber que tan fuerte es mi motor nuevo. ―dijo con una sonrisa.

Tomó las cosas que había comprado y se las entregó a una de las amas de llaves y junto con su chaqueta negra dejando solo su camisa blanca y sus jeans negros, caminó al jardín y miró a su hija corriendo tras su abuela, como amaba a esa pequeñita, parecía conejito, era pequeña para ya sus casi 4 años, pero tenía una preciosa sonrisa, era la de su difunta madre, solo que Camila decía que era la de ella, su castaño cabello no tan largo ondeaba cuando corría y su cuerpecito de bebé blanco como la nieve, ágil como siempre, había descubierto algunas pequitas tímidas en su naricita recta como la de Camila y esos brillantes ojos verdes le hacían ver muy tierna y viváz, era su chiquita... Nunca dejaría que esos imbéciles de la camioneta la lastimaran inclusive si su vida de ello dependía.

Caminó sonriente al ver a Camila con ese vestido de primavera haciendo cosquillas a la pequeña que se destornillaba de risa en la grama, Camila era tan bella como siempre, incluso más bella con esos marrones ojos llenos de maternidad, era irreal que tres años atrás había estado embarazada de la nenita más tierna del mundo, dándole esos aires de madre, de mujer segura, su cabello era muy suave y saludable, su piel era tersa como la de su hija.

Lauren bajó un poco más y entonces madre e hija miraron a Lauren al igual que Sinuhe quien la saludo en conjunto con Camila con una tierna sonrisa, pero la pequeña no se contuvo y corrió hacia ella con sus manitas abiertas diciendo "Maaaaaaamiiii" Lauren abrió los brazos y se arrodilló para recibir a su ángel, ella dio un saltito y se colgó del cuello de ella y como era su costumbre, con sus dos manitas, cuando Lauren la levantó, tomo las mejillas de Lauren y le dio un beso en la nariz, tenía las misma mirada de Camila a pesar de tener el color diferente de ojos, era la misma manera en que Camila la miraba cuando decía cosas tiernas, Lauren la besó también en la nariz y le sonrió.

¿Cómo ha estado mi princesa?

Genial mami. ―dijo ella con su voz de bebé pero clara, miró a su abuelita que reía mucho con Camila― Me he divertido mucho con noni ―dijo ella, la "noni" era su abuela.

Bien. ―dijo Lauren acercándose a Camila para besarla, Camila la besó con ternura y acarició la cabecita de Sophia― ¿Cómo estuvo tu día hoy, preciosa?

Excelente. ―dijo.

Señora ¿No estaba en Francia? ―dijo Lauren esta vez a su suegra que tomaba una manita de Victoria mientras sonreía.

Claro, pero regresé para el cumpleaños de Victoria, Alejandro no deja de hablar que su nieta ya es toda una señorita. ―dijo ella alegremente, Lauren sonrió, la verdad que no quería que su hija creciera, pero todo el mundo se empeñaba en hacerla ver que esto era inevitable.

Claro, ―dijo Lauren besando otra vez a su esposa― toda una señorita ¿Verdad Sophia?

No. ―dijo ella mirando a Camila― Soy un bebé. ―dijo sonriendo con picardía igual como cuando Lauren sabía que había dicho un buen chiste.

Getenic - Camren© Where stories live. Discover now