Listen to me (Zayn Malik)

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No sabía que responder ante esa pregunta, ni siquiera a dónde mirar, si quería que las cosas cambiaran lo último que tenía que hacer era decirle la verdad a Zayn, no podía darme el lujo de que supiera mis secretos cuando yo realmente no le importaba y sólo estaba jugando conmigo. No entiendo como deje verme tan débil en frente de él, como el primer día que nos encontramos en el baño, salí y llore abrazada a él como una idiota, cuando antes hacia el mayor esfuerzo para que nadie viera ni una lágrima rodar por mi mejilla.

Zayn seguía mirándome directamente, aunque yo ya no ejercía contacto visual con él porque estaba cabizbaja.

—No tiene importancia, ¿sabes? Fue un accidente. —Dije con tono ronco tratando de ocultar mis nervios. Él puso los ojos en blanco y suspiró

—Vas a seguir mintiendo, ¿no es así? —Dijo serio. Negué con mi cabeza de una manera suave, tratando de verme calmada, pero estaba al borde de un ataque de pánico.

—No estoy mintiendo. —dije firme, apretando mi mandíbula para evitar que Zayn notara que estaba temblando.

— ¿Sabes, Collins? También suelo desahogarme con la pared cuando tengo rabia, y siendo obvio que tengo mil veces más fuerza que tú, mis nudillos nunca han sangrado así, los cortaste, no lo niegues. —Dijo seguro, y sonriendo sin ganas. Su comentario me puso más que nerviosa, multiplicando mi miedo y mi ansiedad. Cubrí mi cara con mis manos y note que mi respiración estaba irregular y demasiado acelerada. Intente calmarme pero fue imposible. Un sollozo sé me escapó y me aleje de Zayn considerablemente. Maldita sea, no podía estar pasando esto con él aquí. — ¿Qué te pasa? —Preguntó irritado. No respondí, simplemente me levanté rápidamente y me dirigí al baño en donde me encerré con llave, dejando a Zayn solo en mi habitación. Me deslice en la puerta y me enrolle abrazando mis rodillas mientras atravesaba otro ataque de pánico con mi cuerpo temblando, y sin poder pensar claramente. Me ardían los ojos de todo lo que había llorado hoy, los frote fuertemente al ver que las lágrimas volvían a caer, me había prometido que no iba a dejar que nadie me volviera a ver llorando y pensaba cumplirlo. Apoye mi cabeza en la puerta. Zayn estaba amenazándome a gritos y golpeando horriblemente la puerta.

— ¡Más te vale que salgas de una maldita vez de ahí! —Gritó pegándole una fuerte patada y era obvio que la rabia lo estaba consumiendo vivo. Acomode mi cabeza en mis rodillas y desee nunca haber llegado a este mundo, estaba cansada de todo. Mi llanto se intensificó cada vez más. — ¡Ábreme ya, Collins! ¿Qué mierda te está pasando? ¡Si no abres la maldita puerta ya, la voy a tumbar, así que tú decides: o me abres, o la rompo y mantienes distancia de ella! —Dijo desgastando su voz en un grito que me hizo temblar. Me pare rápidamente mientras sentía los golpes que le daba al trozo de madera pintada de blanco. Lave mi cara y la seque, aunque no estaba tranquila ni había parado de llorar, todo empeora si Zayn rompe la puerta y mi mamá se da cuenta. No permití que las lágrimas se escaparan más de mis ojos, pero el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande y sentía una gran presión en mi pecho. Intente calmarme y tomar valor para salir de ahí. Me mire al espejo y estaba hecha un desastre, mis ojos estaban rojos y no podía aguantar la luz que había dejado prendida cuando Zayn llegó.

—Voy a salir. —Dije alzando la voz que salió notablemente ronca y temblorosa. Los golpes cesaron y abrí la puerta lentamente. Él reacciono rápido y me alzo tomándome de la cintura y subiéndome a sus hombros. Me cargó hasta dejarme caer sentada en mi cama. Él se paró en frente mío marcando con su pie un movimiento irregular y dejando mostrar en su expresión todo su estrés y disgusto conmigo.

— ¿Por qué estás temblando? —Dijo preocupado y a la vez furioso. No entiendo a este hombre. Se sentó al lado mío y tomo mi mano con suavidad. —Estas helada. —susurró intentado encontrarse con mi mirada, pero la tenía completamente perdida mirando al piso. No caí en cuenta de lo débil que me veía hasta que encontré que sus ojos me miraban con pesar. Me incorpore y decidí batallar con los ojos mieles y con las largas pestañas que me traían loca.