XIII

8.9K 500 28
                                    

—¿Estás libre después de clases?—Preguntó Steven cuando me ve bajar de las escaleras.

Estos últimos dos días han pasado con varias escapadas a ese parque. Con Hero. Ese es el único sitio donde me besa, donde sólo me mira a mí.

Solo ahí.

Al pensar mejor la situación, una parte de mi se desanima al preguntarse el porqué no lo hace aquí; frente a todos. Sin embargo, al tenerlo de frente eso se me olvida. Justo como si fuera la primera vez.

—No lo sé, —Le respondo—: ¿Por qué?

Se acomoda su bolso al hombro.

—Era para ver si me podrías ayudar a estudiar,—Lo miro—: Hay un café cómodo en el centro.

«¿Por qué decirle que no?»

—Me parece bien.

Al apenas terminada mi frase, una sonrisa gigante adorno su rostro. Sus ojos se veían más claros, difícil dejar de mirarlos.

Al sonar el último timbre, ajuste mi mochila, y con la mirada me despedí de Steven. Subí a paso rápido las escaleras, acelerando el camino en el pasillo para poder ser una de las primeras; antes que Hero.

Sentada en el escritorio, observé cómo llegaba y llegaba gente. Ninguno era él.

Tercer timbre, el profesor cierra la puerta y todavía mi esperanza es pequeña. El de verlo pasar por esa puerta. La clase comienza, en letras grandes; las palabras Historia general, adornaban el centro del pizarrón.

Comenzó con varios relatos de próceres, iba tomando notas mientras miraba de reojo varias veces a la puerta.

—Señorita Lina, —Lo miré asombrada—: ¿Se le perdió algo en la puerta?

«Si»

—No, profesor.

Alzó la ceja.

—Entonces, preste atención.

Asentí, sintiendo varias miradas sobre mi. Ajusté el lápiz en mi mano y comencé a garabatear para deslizar la atención a otro punto que no sea yo. El profesor volvió a su clase, las miradas volvieron a él, pero mi mente seguía en porque Hero no se apareció.

Intente restarle importancia. Intente concentrarme en que saldría con Steven más tarde. Que la clase podría ser interesante. Que quizás ya no estaría tan molesta conmigo.

El timbre sonó, la clase finalizó. Y lo último no lo anoté.

«Perfecto, Lina. Muy inteligente..»

Obviando mis pensamientos sarcásticos, baje las escaleras para esperar a Steven. Él, sentado en la entrada; apoyándose en la pared a sus espaldas. Estaba con sus audífonos con los ojos cerrados.

No pude evitar tomarle una foto.

Me reí por mi acción tan ridículamente  vergonzosa, pero no borré la foto. Me acerqué a él y quitándole un audífono le pregunté:

—¿Entretenido?

—Bastante—Se despeinó más el cabello y bajó la mirada hacia mi—: ¿Sabías que oír música en un momento estresante; te devuelve a la tranquilidad?

Sonreí.

—Si, algo sabía—Lo miré alzando una ceja—: ¿Estas estresado?

—Algo, estaba—Recalcó.

—¿Por qué?

—No sabía si ibas a venir.

«¿Qué?»

—Pero te dije que sí hace un rato.

—Lo sé, pero puedes cambiar de opinión. 

Tomándolo de la muñeca lo hice bajar de donde estaba y lo dirigí hacia su auto. El riéndose a mis espaldas, me abrió la puerta para luego subirse él por la suya.

En pleno camino, la radio sonaba con una variedad infinita de canciones. Música clásica más que todo.

—No entiendo.

—¿Qué?—Preguntó él.

—¿Por qué te gusta tanto el género clásico?

Sonrió.

—Mi hermana, antes que mis papás se separaran; iba a clases de ballet. Yo solía acompañarla a sus ensayos y me terminó gustando la música.

—Eso es muy tierno.

—Es el encanto para las chicas—No pude evitar soltar una carcajada. Me miró ofendido—: ¿Qué es tan gracioso?

—No, nada—Todavia sonriendo—: Me parece gracioso que uses eso como encanto.

—Lo es.

—Aja, si.

Me miró de reojo, para luego bajarle a la música.

—¿Desde cuándo estudias aquí?

—Ahm, —Me desconcertó el cambio de tema—: Unos tres años.

—¿Y te gusta?

—Han habido momentos de momentos.

—¿Malos?

Suspiré.

—Steven, ¿Qué quieres saber?

—Nada, solo preguntaba.

—Dime, ¿Si? Sé que quieres saber otra cosa.

Lo dudó, sin embargo; apagó la radio del todo y todavía mirando hacia la calle dijo:

—En clase de química, con el que me senté. Ni se cómo se llama—Aclaró—: Me preguntó que si me gustabas, y le dije que no que somos amigos. Pero siguió y siguió hablando hasta que me dijo que habías cambiado bastante..

«Oh, dios..»

—Usaba lentes de pasta, y tenía el cabello más corto, ¿Eso es cambiar?

—Si, bueno, no...—Balbuceó—: En realidad no sé a qué se refería porque sonó el timbre y se fué

—Bueno.

Me crucé de brazos y miré por la ventana. Odiaba que hablaran sobre mi.

—No te enojes conmigo—Dijo tomando mi mano.—: Sólo quería preguntar.

—No estoy molesta contigo.

«Estoy molesta por lo que todavía se habla mío»

He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora