↬08. Tormenta

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Yugyeom, diez años.
JungKook, seis años.

  —¡Un conejo! —Gritó la señora Kim mirando al niño Jeon saltar como uno, pero éste negó— ¡Una rata! — Volvió a gritar con entusiasmo, pero el niño negó nuevamente.

  —Las ratas no saltan así que yo sepa, Jichu— Acotó Jennie que se encontraba viniendo desde la cocina con un tazón de palomitas y colocándose en el sofá junto a su mayor, quien tenía una expresión de ofensa ante lo dicho por la castaña. Su hijo asintió ante el comentario de su madre y agarró algunas palomitas para seguir haciendo señas hacia la mayor.

  «Ammh...— La castaña miró as acciones de su hijo y pensó por unos segundos- ¿Un conejo?— Dijo, aunque preguntando un poco dudosa, el niño solamente saltaba mientras la miraba con una sonrisa.

  —¡Ya dije yo que era un conejo!— Exclamó la peli negra con sus brazos cruzados por el enojo.

  El niño Jeon ya se estaba cansando de seguir saltando, él estaba imitando a aquél animalito que había visto en la película que vio la semana pasada con Yugy. El pequeñín sabía que ambas adultas vieron la película, e incluso una vez la vieron todos juntos, era algo simple para cualquiera que lo mirase, pero las adultas aún no lo captaban ¡¿Tan difícil era adivinar que él era un-

  —Está claro que es un Tiguer, novatas— Una tercera voz apareció en la habitación, el niño Kim bajaba por las escaleras de manera tranquila, había observado desde arriba el juego por un rato, pero como ninguna adivinaba decidió bajar y responder él.

  "Mí héroe" pensó Kook en ésos momentos con una tierna y boba sonrisa plasmada en el rostro.

  —...—Ambas madre parecían calladas mientras observaban como el mayor de los dos terminaba de bajar las escaleras con calma -saltando el último escalón, como siempre- y se acercaba a el menor para sentarse al lado de donde justo él estaba parado. Se sentó cruzado de piernas, colocando su cabeza debajo de la manita de JungKook indicándole que quería caricias en su cabello, éste gustoso comenzó a dejar caricias por la cabeza de el cabellos azabaches mientras éste casi ronroneaba por lo agradable que se sentía aquéllo.

  «¡ÉSO NO SE VALE!—Gritaron ambas madres al mismo tiempo mientras se enderezaban en el sillón.

  —Claro que se vale, sólo que ustedes no son tan inteligentes como para ganarle a mí Kookie— Exclamó YuGyeom, estirando su mano para pellizcar con suavidad la mejilla del niño, quien se quejó levemente. El mayor se rió a carcajadas al ver al pequeñín con un puchero y con su manita libre acariciando su mejilla.

  — EXIJO LA REBAN-

  Un ruido relacionado fuerte interrumpió el reclamo de la señora Kim, todos los que habitaban en la casa miraron hacia la puerta de vidrio corrediza que llevaba al patio para ver un oscuro cielo gris y el cristal lleno de gotas de agua -con más de éstas aproximándose-.

  Ambas adultas fueron a fijarse en seguida si cada ventana en el hogar estaba bien cerrada y se fijaban a través de éstas si no había quedado ningún juguete afuera del hogar. Los pequeños mientras tanto de quedaron en la misma posición de hace un rato, pero al oír otro sonido ensordecedor el más bajito brincó desde su lugar hasta quedarse sentado en las piernas de YuGyeom y escondió cuando cabecita en el pecho ajeno.

  —¿Qué pasa, Kookie?— Preguntó con una tranquila tonalidad mientras acariciaba la espalda del niño que sollozaba en su pecho. A él también le dio miedo aquél ruido, pero si Kookie tenía miedo, él debía ser valiente por los dos.

  —Yu-Yugy, to-tormenta, miedo— Sollozó mientras que sus manitas se apretaba en puños agarrando la camiseta del mayor.

  "Ay, ternurita" pensó Gyeom con una boba sonrisa en sus labios.

  —Tranquilo, pequeño— Dijo ahora acariciando la castaña cabellera de JungKook, sabía que éso relajaba, más si una persona a la que quieres lo hace.

  Al parecer funcionó, el niño Jeon comenzaba a respirar más tranquilo y soltaba leves murmullos ante las delicadas caricias. A los minutos el castañito se sintió mejor ya que su hyung había empezado a tarrarearle una de sus canciones de Disney favoritas. Se separó del mayor y lo miró unos segundos con una sonrisa.

  «¿Ya no quieres más mimos? —El menor negó con la cabeza y una sonrisa— ¿Tan mal canto "Un mundo ideal"? — El menor ésta vez asintió riendo ante la reacción ofendida de su hyung, claro que estaba bromeando, su hyung cantaba muy bonito a su parecer.

  No esperó que éste comenzara a hacerle cosquillas en su pancita, causándole fuertes carcajadas y atrayendo la atención de las adultas que estaban en la cocina. Su hyung también reía junto a él, disfrutando de la melódicos risa que su menor poseía; tan linda, tan hipnotizante.

  Pero el una luz blanca y el sonido de una cámara los interrumpió. Ambos niños dejaron de reír y miraron a la responsable de aquéllo.

  —Lo siento, no me aguanté— Se excuse la menor de las mujeres aguantando una risa ante la mirada de los niños.

  De la nada todos empezaron a reír a sonoras carcajadas. YuGyeom por primera vez después de tanto tiempo sintió una sensación cálida en su pecho, ¿Ésto era sentirse en una familia completa? Bueno, el tenía a su abuela y a sus dos tíos, sin olvidar a sus primos. Pero ver a su madre reír de ésa forma junto con la mamá de Kookie -que para él también era algo así como otra madre más- le provocaba una  linda sonrisa sincera.

  Y Kookie, bueno, Kookie ya era como una familia para él, pero como un hermano o un primo. Él no sabía cómo decifrarlo, pero verlo reír o pedirle besos cada tanto lo hacía pensar rápidamente en la palabra "hogar". Tenía éso como definición de familia, como definición de una casa. Pero miraba a todos y se daba cuenta.

  No sólo el resto de su familia y su casa eran su hogar.

  Su madre, obviamente, era su hogar.

  La señora Jeon, aunque no parezca, era su hogar.

  Y Kookie... Era, es y será siempre su hogar.

  —¿En qué piensas, osito?— Su madre interrumpió en sus pensamientos. Él solamente sonrió mucho más.

  —En nada... Simplemente los quiero, a todos, en serio— Miró a todos con una sonrisa, una verdadera sonrisa. El "Awww~" por parte de ambas adultas no se hizo esperar, junto al leve sonrojo de JunKook.

  —¡Beso, Yugy, beso!— pidió el menor emocionado, quería mostrarle a su hyung que también él lo quería, y mucho.

  Ante su pedido el mayor rió y dejó un sonoro beso en la frente del castañito.

  —En la boca, Yugy— Pidió con un triste puchero, decepcionado. Sabiendo que el peli negro iba a cumplir el pedido, Jennie preparó la cámara, algún día armaría un álbum, éso seguro.

  El más alto de los niños volvió a reír y depositó unos cuantos piquitos en los labios del menor. El flash de la cámaras se hizo presente, pero poco le importó, él seguía mimando a su Kookie.

  Las gotas ya habían pasado de caer, el cielo de apoco volvía a su color natural, los asustadores ruidos habían sesado y a nadie en la casa Jeon pareció importarle después de todo.

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¿Cuándo se vio a mí actualizando en la misma semana? Ahre.

Duerman bien. uwu

—Aldii.

ღ Besitos en la boca.ღ |YugKook.| Where stories live. Discover now