Capítulo siete | The night we met

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Era tarde, lo sabía aun sin ver la hora en su despertador pues las aves que molestaban en la ventana cuando era momento de salir ya se habían callado desde hace minutos y ella aún seguía en pijama con la mirada en el techo, temiendo que alguien entrara por la puerta y que la viese en ese estado porque de alguna forma sentía que iba a explotar.

La sensación de caída sin fin que la aplastaba en esa cama era la misma de hace meses, esa sensación pesada y al mismo tiempo vacía que Oliver le regaló cuando se enteró del triste y trágico desenlace que él planeó para sí mismo sin darse cuenta.

La frase "te lo dije" iba y venía desde entonces en su cabeza, porque no iba a negar que no había previsto aquello, que no lo esperó y que tampoco se había preparado para amortiguarlo. Porque la principal razón por la cual ella decidió no continuar junto a él iba más allá de un egoísta y falso "conocí a alguien más", aunque estuviese más que enamorada del hecho de que él cumpliera esa trato que le planteó sobre casarse si lograba ser lo suficientemente reconocido como músico en el país.

Fue una decisión que tomó en menos de 5 minutos donde se planteó qué pasaría si la bomba en él explotara y qué tanto daño se haría ella por permanecer a su lado. Como joven tonta y egoísta, no quiso permitirse quererlo más y decidió dejarlo, solo para que él hiciese lo típico que hacía al no querer enfrentar la realidad y abandonarla en esa heladería con un gentil "¿Continuamos después la charla?".

Pero nada funcionó realmente, todo se sentía como si en verdad nunca se hubieran alejado.

Tocaron la puerta y su respiración se cortó.

—Si eres Claire, puedes entrar. —fue lo único que dijo deseando que fuese así.

—Sí, soy yo—se asomó la rubia, con una sonrisa floja y al notar la aceptación que Silver le dio, entró por completo cerrando detrás de ella.

—¿Se fue?

—Roel acaba de irse con él, se asegurará de que esté en casa.

—¿Qué casa?

—La de sus padres—asintió caminando hacia ella—. ¿Quieres contarme?

—Realmente no.

—Vamos—se sentó en la cama y Silver le miró. Claire tampoco tenía mucho tiempo por las mañanas, normalmente era la primera en salir pero estaba ahí, con mucha calma y aún con su cabello húmedo por el baño—. Suelta lo que te aflija.

—Solo quería hablar conmigo—se movió rápidamente, buscando sentarse al lado de Claire—. Yo no quiero hablar, no quiero que me explique cosas. Yo no soy parte de sus problemas, Clay.

La rubia dudó.

—Parece que simplemente no ha dejado de quererte.

—Entonces no me gusta su forma de querer—enarcó una ceja—. No tienes idea de lo mucho que traté de que él estuviese conmigo—quiso reír, con ironía pero al ver la mirada de preocupación de Claire mejor calló—. Tenía diecisiete, la verdad no sé en qué estaba pensando, mis expectativas se fueron al cielo y se cayeron al vacío cuando de la nada me dijo que salía con otras además de mí. Y cuando intenté que pusiéramos sobre la mesa qué pasaba su respuesta fue, por teléfono, que no era lo suficientemente bueno para mí, que yo merecía a alguien más y... ¿Qué derecho tenía? ¿Eh?

—¿Derecho de qué?

—Derecho de decidir por mí, Claire. Derecho de decidir a quién voy a querer o no—espetó harta—. Lo agradezco, agradezco mucho que haya estado conmigo cuando las cosas se pusieron difíciles para mí pero no el hecho de no dejarme estar a su lado cuando las cosas se pusieron difíciles para él y obligarse a encontrar soluciones por otra parte. Y no solo a mí, también fue así con ustedes—le miró—, no me digas que la decepción no es solo mía.

Dulce nada [ACR #4]Where stories live. Discover now