Capítulo dos | On Melancholy Hill

4.6K 387 124
                                    




—¿O... Ophelia? —pronunció lentamente, confundida y con ganas de reír por lo nerviosa que se había puesto de repente. Dio ligeramente un paso hacia atrás en cuanto notó como él intentaba ponerse de pie con torpes movimientos que causaron que el cigarrillo cayera al suelo. Silver vio como este rodó algunos centímetros aun soltando el humo y, de nuevo, dio otro paso hacia atrás. Sintió sus codos golpear con alguien causando el ruido de trastos rozando entre sí, cosa que hizo callar a todos para después enfocar sus miradas en ella. — Lo siento—dijo rápidamente al ver que Caleb intentaba acomodar las tazas y platos sucios en la mesa que estaba justo al lado—, te ayudo—quiso reír de nuevo pero Caleb simplemente negó con su cabeza con una sonrisa tímida y terminó antes de que ella lograba acercarse lo suficiente—. Yo... está bien—dijo al ver que su compañero se marchaba.

Se sintió expuesta, sin saber qué hacer exactamente. Inconscientemente buscó a Tom entre la multitud, y lo encontró viéndola desde lejos; con una sonrisa de lado como si no quisiera que lo atrapara haciéndolo.

—No eres Ophelia—la voz profunda del chico que causó aquello la llamó de nuevo. Se lo decía a sí mismo, con una sonrisa que intentaba nublar su decepción. Lentamente, y avergonzado, tomó asiento pisando el cigarrillo con su pie.

—No sé de qué me habla—Silver habló, cuando sintió que todos ahí volvían a lo suyo poco a poco.

—Lamento lo del humo, a veces olvido donde estoy—frunció el ceño hacia su viejo y descuidado cuaderno como si le reclamara a él.

—¿Ordenará algo? —divagó, queriendo olvidar el incidente y mostrándose amable. Él alzó la mirada e indagó con sus cejas—, ¿comerá algo? —quiso decir más alto pues al parecer no lo había comprendido.

Negó con su cabeza.

—No tengo antojo de café hoy—volvió a su cuaderno, abriéndolo y hojeándolo hasta encontrar una página en blanco más allá de la mitad de éste.

—¿Vino a un café a no tomar café? —enarcó una ceja, acentuando cierta ironía que al parecer él no comprendía. Lo vio fruncir sus labios y asentir sin notarla; tomó su bolígrafo y presionó el botón para que la punta de éste saliera.

—Vine a tomar otras cosas—respondió.

—Bien...—susurró, no muy segura. Desvió sus ojos a lo lejos donde Fred le hacía señas con sus manos para que regresara, un tanto molesto y desesperado. Pero Silver continuó—: ¿Un postre?

Le miró de nuevo, como si analizara por segunda vez esa opción, parpadeó repetidas veces relajando esa extraña expresión que no le decía mucho y, como esperaba, terminó negando de nuevo.

Silver dejó caer sus manos, y asintió cansada de insistir. Regresó a su puesto ante los ojos curiosos del par de rubios que seguían frente a la caja; sonrió como si nada pasara y el mayor simplemente rio.

—¿Te comió la lengua?

—Haré los pancakes—aseguró.

—¿Segura que te encuentras bien? No parece que estés completa—se burló. Miró hacia el chico del cigarrillo aun con duda y después a Silver de nuevo—, ¿lo conoces?

—No—dijo firmemente.

—Bien... ¿Es por Tom?

—¿Por qué tiene que ser por él?

—Está por allá.

—Fred... No lo puedo evitar—susurró—, no se puede solo desaparecer algo de la noche a la mañana. Sé que no es mi culpa y debería estar enojada, pero una persona no puede simplemente desaparecer un sentimiento de este tipo. En verdad me gustaba—hizo una mueca.

Dulce nada [ACR #4]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα