"oportunidad"

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-Buenos días Changbin hyung - saludó Hyunjin al ver al mayor abrir los ojos. Estaba despierto desde hacía minutos pero para no despertar al pelinegro, lo observó mientras dormía hasta que al fin despertó. Repasó sus facciones por novena vez en lo que iba de mañana antes de recibir una respuesta por parte del contrario.

- Buenos días Hyunjin, ¿cómo que estás acostado aquí?
- Anoche bebiste demasiado y te tuve que traer a casa. Debes tener más cuidado hyung - respondió sonriente en tono de burla el menor, quien seguía abrazando a Changbin con un solo brazo.
- ¿Enserio? Lo siento, yo no soy así. No recuerdo absolutamente nada de lo que pasó ayer - dijo avergonzado el pelinegro.
Ahora que lo decía, sí que recordaba algo.
Como Hyunjin conversaba con sus nuevos amigos, como los abrazaba y lo bien que se lo estaba pasando sin él. Así que, a modo de defensa, volvió a su típico tono de siempre.
- Me voy a la ducha, necesito refrescarme - anunció a la vez que se deshacía del agarre de Hyunjin y lo dejaba en la cama algo confundido por su repentino comportamiento.

Changbin entró al cuarto de baño, encontrándose con ropa propia de un adulto de 50 años tirada por los suelos. Fue entonces que cayó en la cuenta de que hacía días que no hablaba con su padre, aunque no se sentía mal por ello.
La última vez que lo saludó ni si quiera se molestó en hablar con él y lo saludó de vuelta de mala gana. Se sentía peor por él, que nunca supo como cuidar de su hijo, que por sí mismo. Igualmente se sentía triste, nunca tuvo una buena relación con su padre, si es que a eso se le pudiera llamar relación. El padre de Changbin trabajaba desde muy temprano hasta la noche, y cuando terminaba iba de bar en bar a beber, cosa que Changbin odiaba. Esa era su vida, su hijo nunca le importó, o eso pensaba este ya que nunca recibía atención de su "ejemplar" padre. Quizás la muerte de su mujer le había afectado, pero de eso ya habían pasado años y no debería ser una excusa para su comportamiento con su hijo.
Pero ahora no era momento de recordar todo aquello.

Bin decidió recoger todas las prendas y echarlas a la lavar, y procedió a quitarse las suyas para meterse en la ducha y alejarse de sus pensamientos por un momento.

Pero esto último le fue imposible ya que recordó como hacía unos días estaba apunto de quitarse la vida. Parecía que habían pasado meses pero no, hacía solamente unos dias Hyunjin había llegado a su vida como un torbellino: eliminando todo a su paso, y con ese todo se refería a su inmesa tristeza, y haciendo de su vida un desastre.
Pero era un desastre bonito, él le había hecho reír, cosa que no experimentaba desde hacía años, y no estaba exagerando. En parte estaba agradecido con él, le estaba haciendo olvidar su mierda de vida aunque no lo demostrara y no lo quisiera admitir.

Terminó de darse un baño, se arregló y volvió a la habitación. Hyunjin se encontraba mandando mensajes a alguien por teléfono.
- ¿Con quién hablas?
- Con Felix, el chico con pecas de la fiesta. Estuve hablando con él y le mencioné que necesitaba un trabajo. Me comentó que él trabajaba en una tienda de ropa con Jisung. Necesitan a un empleado más así que le dije que contara conmigo. Iré hoy a ver que tal, ¡estoy muy feliz hyung!
- ¿Y eso Hyunjin, cómo que necesitas un trabajo?
- Para pagarmelo todo por mi cuenta. Además no puedo vivir en tu casa de por vida - respondió el menor entre risas
- Te puedes quedar aquí todo el tiempo que necesites Hyunjin, ¿lo sabes verdad? No eres una molestia, además prácticamente vivo yo solo.
- Lo sé hyung pero no puedo depender de nadie y en mi casa no hay sitio para mí. Tengo que buscarme la vida como sea.
- Como veas Hyunjin. Estoy feliz por ti también. Que te vaya bien entonces.
- Muchas gracias. Me voy ya que acaban de abrir la tienda, está cercs de aquí y se llama "Stay". Cualquier cosa escríbeme a mi móvil - dijo Hyunjin acercándose a la puerta a punto de irse.
- ¡Espera! No tengo tu teléfono aún. Ven y apuntamelo en mi móvil.

Hyunjin se acercó a Changbin y cogió su móvil, rozando sus dedos con los del mayor que aún sujetaba el aparato, para apuntarle su número y darle un toque. Changbin observó las bonitas manos del menor y todos los anillos que llevaba puesto en sus largos y perfectos dedos. ¿Enserio estaba fijándose en las manos de Hyunjin? Alejó sus pensamientos de nuevo y volvió a la realidad cuando escuchó al menor reírse y decirle adiós. Se despidió del menor y se acostó de nuevo en la cama, pensativo. ¿Qué le ocurría últimamente con Hyunjin?

El castaño ya iba de camino a la tienda, con una gran sonrisa en la cara y con el viento rozandole sus ya largos cabellos.
Estaba muy emocionado por la oportunidad que le habían dado, pero por otra parte pensó que quizás la podría liar. Era su primera vez trabajando y no quería dar una mala impresión. ¿Que tal le iría en su nueva profesión?

 ❝42❞ ; 𝘤𝘩𝘢𝘯𝘨𝘫𝘪𝘯Where stories live. Discover now