Cap. 1 Reencuentros

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- Entonces eso significa que... lo nuestro jamás podrá ser, ¿verdad? -pregunto con tristeza la joven de hermosos y cristalinos ojos castaños; mientras se recargaba en el borde de terraza; mirando con melancolía la puesta de sol.

- No, y creo que es lo mejor ...- el corazón del joven late lentamente pues en cualquier momento amenaza con romperse en mil pedazos.

- ¿Para quién?; ¿para mí?, ¿para ti?...

- Para todos Amalia; debes entender que compartimos destinos completamente diferentes; ambos tenemos un pueblo que cuidar y nuestros tiempos transcurren de una manera completamente diferente. Debes de dejar de comportarte como una princesa mimada; debes comenzar a pensar en tu gente, antes que en tu ...

- Mi pueblo ya tiene un Rey; su nombre es Armand lo conoces perfectamente, no heredare el trono, jamás seré Reyna; y aunque asi lo fuera, te querría a mi lado- tomando la mano del castaño y mirándolo con ternura a los ojos, mientras que la atrae hasta su mejilla- ya sea una eternidad o tan solo un minuto...

- Tal vez tu no tengas tantas responsabilidades Amalia; pero yo solo debo guiar un pueblo joven y reconstruirlo. No puedo quedarme aquí.

- Pero si tu me lo permites puedo estar a tu lado, no tienes que cargar solo ese peso... te seguiría hasta el fin del mundo si tan solo me lo pidieras.

- No sería justo para ti y tu familia

- Por que no entiendes que tú también eres parte de mi familia... parte de mí. ¿acaso no me amas, aunque sea una pequeña parte de lo yo te amo?

- Lo lamento mucho Amalia, mi amor por ti no es de la misma forma del que tu me ofreces; eres tan solo una amiga, una hermana cuya vida y belleza es efímera. Además, si buscara con quien compartir mi vida, seria con una mujer de mi misma raza, para que nuestro reinado durara mucho más; no quiero que te lo tomes personal- en ese momento sintió húmeda su mano; percatándose que se trataban de las lagrimas de la joven Sadida; sintió como el corazón se le estrujaba al ver el sufrimiento de su mas grande amor. Pero estaba decidido en hacer lo correcto, no podría darle la familia que ambos querían, y le dolería mucho mas tenerla y verla morir mucho antes que él.

- Esta bien, si eso es lo que quieres lo respetare- alejándose de él y dirigiéndose al interior del castillo , se detiene por un breve momento, dando una última mirada – pero quiero decirte que estaba dispuesta a esperarte toda mi vida si fuera necesario.

- Lo se...- viéndola partir- y es lo que más me duele.

El sonido de las aves cantar; hacen que el joven selatrop despierte; siente humedad en sus mejillas, para él últimamente es común que sus despertares sean tan deprimentes. Han pasado 10 años exactamente desde ese triste día; pero los sentimientos siguen a flor de piel; jamás pudo olvidarle y duda mucho algún día lograrlo; pues cuando se encuentra al amor de verdad queda grabado en lo más profundo del alma.

Su apariencia es ahora la de un joven en sus 20; justo la edad que ella tenia la ultima vez que la vio; si tan solo pudiera regresar el tiempo, decirle que la amaba y que pasaría con ella toda la eternidad. Mira a una esquina de su habitación, cientos de cartas regresadas al remitente; no contesto ninguna, tampoco esperaba que lo hiciera, después de haber sido un patán y romperle el corazón era normal que no quisiera saber nada mas de él.

Deseaba tanto su compañía; ver sus hermosos ojos castaños una vez más; poder tener esa familia que deseaba; ninguna chica era suficiente para él; por que ya había encontrado a la perfecta... la princesa Amalia.

No había día que no luchara con esa idea desesperada de ir tras ella; de robársela si fuera necesario; aunque su hermano se lo prohibiera, se enfrentaría hasta el mismísimo Dios Sadida si aquello le permitiera recuperar su amor; pero el miedo de ver que ella lo había olvidado era mucho mayor.

La rosa de Hielo- Yugo x Amalia WAKFUWhere stories live. Discover now