Viejos Amigos

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El día de mi partida fue el tercer de los momentos mas duros de mi vida que giran en torno a ella; la primera fue verla convertirse en un hermoso árbol durante la pelea contra Nox, la segunda fue verla vestida de novia durante el caos de Ogrest... en cada una me enfrentaba a una vida sin ella... Pero la decisión estaba tomada.

Todo el reino Sadida se encontraba dándonos la despedida a toda la hermandad del tofu, bueno excepto ella; era momento que regresáramos a nuestro hogar o a donde pensábamos que era el nuestro. Algunos de los pobladores incluso se unían a mi hermano y a mi para ser los padres adoptivos de los pequeños selatropes que pasarían a este plano existente .

Este reino siempre nos trato con amabilidad y nos recibía con los brazos abiertos éramos prácticamente uno de sus hijos ; y ¿Cómo se los agradecía? despreciando a su joya mas valiosa y rompiendo su corazón en mil pedazos. Podía observarla ahí de pie; fingiendo una sonrisa mientras que por dentro sus pétalos comenzaban a caer. ¿ Como podía ser tan fuerte?, era eso lo que amaba mas de ella, que pesar de adversidades continuaba con la cabeza en alto como solo una princesa podría. Abrazo con fuerza a Evangeline y a los pequeños; no pude escuchar que fue lo que la ocra le dijo, pero pareció darle un poco de consuelo a mi pequeña flor.

Asi fue con cada uno para despedirse pues era evidente que no los vería en mucho tiempo; pues Ruel se retiraría a pasar lo que le quedara de tiempo con su esposa Arpagone y vivir la vida que nunca pudieron, era evidente que el dinero ya no seria un impedimento ; mientras la familia Percedal continuaría con su rutina habitual de familia aventurera y cuidando al miembro mas pequeño, aun había tanto que el pequeño yopuka tenia que aprender .

Y nosotros reconstruiríamos nuestro pequeño pueblo; era momento que el mundo de los 12 tuviera una nueva raza conviviendo entre ellos, aunque era un camino difícil había buenas personas que nos ayudarían en nuestra travesía.

Entonces llego mi turno, estaba frente a mi, era evidente que evitaba mirarme directamente a los ojos, no sabia si estaba molesta o triste, tal vez ambas y tenia toda la razón. Sus palabras sonaron tan frias muy contrarias a las que hace apenas unos días atrás me había dedicado; su voz era solemne pero carente de alguna emoción, era la típica voz que usaba cuando se dirigía a todos otros gobernantes. "te deseo toda la suerte Rey de los Selatropes, que tu vida se colme de buenos frutos y que encuentres eso que estas buscando, el Reino sadida siempre estará dispuesto ayudar..." en sus palabras podía sentir todo el peso de su dolor, le había dicho que si me llegara a casar seria con alguien de mi misma raza, si tan solo supiera que ella era todo lo que mi alma anhelaba. se dio la media vuelta y camino rumbo al castillo, me sentí aun mas vacío y miserable ; ¿pero que era lo que yo esperaba?, ¿ que me rogara venir conmigo?, ya lo había hecho y solo la aleje... ella era muy orgullosa y yo... un simple imbécil apunto de perder todo lo que amaba.

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-¿te encuentras mejor?- pregunto el rubio mientras se acercaba a Dalia, estaba preocupado por ella, él había llegado después de que todos se durmieran, bueno casi todos la chica se encontraba sentada frente a la mesa. Supuso que después del problema de esa tarde no habi podido consiliar el sueño, Yugo era buen amigo suyo pero sabía que también podía llegar ser un poco obstinado cuando se lo proponía.

-he si!!!- se asusto y guardo rápidamente algo - no sabia que habías regresado- se veía bastante nerviosa.

- ¿Qué es eso que guardaste?

- Nada...

- Dalia puedes confiar en mi, prometo no decirle a nadie si no quieres. Déjame ser tu amigo no puedes llevar todo el peso del mundo tu sola.

La rosa de Hielo- Yugo x Amalia WAKFUWhere stories live. Discover now