Capítulo 18

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Poché había perdido la cuenta de cuántos minutos llevaba sentada afuera del baño esperando a que su novia saliera. Juliana había bajado a la cocina unos momentos antes y le había dicho que necesitaba subir porque Daniela tenía que hablar con ella. El problema es que, al parecer, Calle no quería hablar.

- Gorda, déjame pasar - María José insistía - lo que sea que tengas que decirme solo dímelo. 

Silencio. Esa era la respuesta que la chica obtenía cada vez.

- Calle, te lo he dicho mil veces y te lo voy a repetir las veces que sea necesario para que te lo creas - hizo una pausa - estoy contigo en todo, en lo que sea. Lo que la vida tenga para nosotras lo afrontaremos juntas. Pase lo que pase aquí voy a estar.

En ese momento la peliazulada escuchó cómo el seguro de la puerta se movía y lo interpretó como una invitación a pasar. Se puso de pie y abrió la puerta con cuidado para encontrarse con su novia sentada en el piso.

- Amor - se sentó a su lado y la abrazó con un cuidado que no recordaba haber sentido antes - ¿Qué pasa?

- Perdón por no haber hablado de esto contigo - fue lo primero que salió de la boca de la morena - y perdón por no haber hecho esto contigo a mi lado.

Daniela miró a su novia a los ojos por un breve instante y le entregó lo que tenía escondido entre las manos. A Poché se le paró el corazón por un segundo.

- Es negativa - Calle afirmó.

María José no sabía qué decir, la vida no te preparaba para situaciones así. Estuvieron en silencio un largo rato hasta que, por fin, la peliazulada decidió hablar

- Sabes que aunque hubiese sido positiva nada entre nosotras habría cambiado ¿Verdad? - miró a Dani a los ojos.

- Todo habría cambiado, Poché - la morena fue dura - no me habría permitido amarrarte a una vida que no planeaste.

- ¿Cuándo algo ha salido como hemos planeado? - la chica rió con ternura - Necesito que entiendas que cuando te digo que estoy contigo en todo, significa en todo.

Daniela no respondió nada más. Sabía que lo que su novia decía era verdad, que podían pasar mil terremotos y huracanes y ella seguiría ahí como el primer día. Y por eso Calle sentía que tenía que hacer lo mismo, que se lo debía.

- Quiero que te vayas, y te lo digo muy en serio Poché - esta vez su tono era una combinación de determinación y dulzura - quiero que vuelvas a Barcelona con Ernesto y que me esperes, porque te prometo que nuestro sueño de estar juntas allá se va a cumplir. Ya te lo dije, no quiero que pongas tu vida en pausa por lo que a mí me está pasando, me ayudas más siguiendo con tu vida que parándola. Lo entiendes ¿Verdad?

- Claro que lo entiendo - los ojos de la peliazulada comenzaban a ahogarse en lágrimas - pero eso no significa que no sea difícil hacerlo. Así como tú te sientes culpable de que yo le ponga pausa a mi vida, yo me siento culpable de no quedarme contigo para apoyarte.

- Es que no necesitas estar físicamente aquí para ser un apoyo, amor - Calle le limpió una lágrima de la mejilla - la mejor forma que tienes para apoyarme es siguiendo con tu vida, aunque eso signifique que estés a miles de kilómetros de mí. Poché, eres el aspecto de mi vida del que estoy más orgullosa. Cada vez que te veo haciendo lo que te gusta se me llena el corazón de alegría porque tu felicidad también es mía.

- ¿Qué pude haber hecho para merecerte? - María José suspiró y se refugió entre los brazos de Dani - Gracias por ser así, por siempre pensar en mí incluso cuando tú deberías ser la prioridad.

- Si tú estás bien, yo estoy bien - le dio un beso en la frente - grábatelo.


En la mesa estaban Germán, Juliana, Mafe, Poché, Calle y - por petición de la morena - Marc. Era hora de hablar sobre lo que había pasado y cómo se iba a manejar el tema como familia.

VAS A QUEDARTE || CACHÉTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang