HIJO DE CAÍN ( GAY )

SENTIMIENTOS

Abro los ojos y observo el tejado de la habitación, los recuerdos de lo sucedido el día de ayer viene mi mente atormentándome, sin querer recordar más me pongo de pie para salir de la habitación, me detengo al percatarme que estoy desnudo, busco mi ropa inicio a vestirme con lentitud, al salir saludo a el de piel morena que me mira y asiente, parece que su herida ha sanado ya, es bueno en la lucha pero no es fácil enfrentarse a un ser como un Serafín oscuro, me sorprende que aun siga aquí y no haya sido ascendido, observo al rubio salir de la habitación apenas con una polera y sus tejanos.

— Es tarde — digo viéndolo— hay que entrenar— hablo dirigiéndome hacia la salida.

Así es mejor, volver a como éramos al principio, ayer me deje llevar por las emociones humanas y lo bese, lo bese para alimentarme, aun cuando acepto que es un hombre que puede despertar las más bajas pasiones mi misión aquí no es estar con el de esa forma vine aquí para salvarlo y evitar el fin de todo, lo último en lo que pensé al venir aquí es en darle amor, eso no sucederá.

— Vamos — digo lanzándole su abrigo— Zard andando— ordeno al mulato quien asiente.

— Hoy no deseo entrenar— me mira con el ceño fruncido ¿Por qué rayos está molesto?

— Joe, levante y ven a entrenar— hablo de manera seria, el solo me mira antes de levantarse del sofá e irse a su habitación cerrando la puerta de un fuerte golpe.

— Tengo la sensación de que me perdí de algo— dice el de ojos azules viéndome— el parece estar muy molesto por algo— dice ganándose una mirada seria de mi parte.

— Ese es su problema— digo antes de salir de la cabaña.

Camino lentamente sin ningún lugar al que ir en realidad, me detengo al llegar a un barranco donde me siento en el borde, hoy parece que habrá algo de sol, no hay nubes en el cielo y aunque un poco opaco se puede ver el azul del cielo, son muy pocos los humanos a los que les gusta el frio y en lugares como este se encuentran hermosos paisajes como el que se encuentra ante mí en este momento, un haz de luz surca el cielo, suelto un suspiro.

— Las emociones humanas inician a afectarte— escucho una voz muy conocida.

— No deberías estar aquí Zarael— digo sin ver al rubio de pie a mi lado— te contaminas con rapidez ¿lo olvidas?— le regaño.

— Lo que sientes por el humano no es bueno para ti— dice con seriedad.

— Lo sé, vine aquí para salvarlo, cuando lo haga volveré— digo levantando mi rostro para poder verlo— sino puedo quedarme en el cielo y termino aquí me alejare lo más que pueda de el— hablo con firmeza y convicción.

— Los sentimientos humanos son demasiado intensos y tu despertaste su amor poco a poco y ahora afirmaste lo que siente con ese beso— me reprocha el acto realizado.

— No lo bese....solo me alimente de el— digo convencido.

— Ariel— dice mi nombre suavemente— sabes perfectamente que hay muchas maneras de alimentarse de un humano— suspiro, sé por dónde ira esto— y tu escogiste la manera más íntima y pura que puede existir, te uniste a él y el a ti— dice antes de irse como llego, Zarael tiene razón, no sé por qué al sentir el deseo que ese caído sentía por el me hizo actuar de esa manera solo sé que no deseaba que sus manos lo tocaran.