DESCENDIENTE DE ADAM

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No me encuentro bien, mi cuerpo se siente pesado, me duele todo, ese maldito sueño estuvo muy vivido esta vez, es la primera vez en muchos años que me deja así de dolorido, por lo general casi siempre me dejan sin fuerzas pero hoy me duele hasta abrir los ojos por eso no lo he hecho, me remuevo hasta llegar a la orilla de mi cama y sentarme aun con los ojos cerrados, los ruidos de alguien rebuscando algo me hacen abrir los ojos asustados me pongo de pie rápidamente, todo en mi habitación parece estar normal, la puerta de mi habitación se abre de repente haciéndome dar un salto hacia atrás.

— Despertaste— dice el mismo chico moreno de mis sueños, con su misma voz suave, su mirada inexpresiva como si por su cabeza no pasara nada ni sintiera nada.

— No fue un sueño— digo viendo al de baja estatura— no fue un sueño— repito llevando mis manos a mis cabellos— NO FUE UN PUTO SUEÑO— camino de un lado a otro— ¿Por qué? ¿Por qué? ¿ ¿Por qué esas cosas me quieren? — pregunto al viento.

— No son cosas, son caídos o demonios como prefieras llamarlos— habla el moreno haciendo que detenga mi vaivén, lo veo recoger toda mi ropa tirada por allí.

— ¿por qué sabes tanto? ¿Qué edad tienes? ¿Cómo hago que dejen de seguirme?— pregunto viendo como este no deja de recoger mi ropa sucia.

— Los humanos son tan poco inteligentes— dice viéndome— ¿por qué tu cara se contrae?— pregunta cundo frunzo el ceño.

— Por qué estoy molesto por eso se contrae— respondo molesto.

— Mi edad es innombrable, existo desde el inicio de todo— dice viendo por la ventana— los ángeles no cumplimos años, ni contabilizamos el tiempo ya que somos eternos, en nuestro cuerpo celestial, en este cuerpo igual a menos que otro nos asciendan— dice dando un vistazo a todos los rincones de la habitación— el motivo de mi conocimiento debe ser por mi tarea— dice viéndome— esa es ser el guardián de las letras y el conocimiento— dice recogiendo una prenda de mi ropa interior la cual arrebato antes de que la lleve a su nariz— la razón por la cual te siguen es porque eres descendiente del primero al que EL creo— dice deteniéndose frente a mí— te quieren porque tu sangre es la llave que liberara a lucifer y sus más poderosos seguidores— su expresión es seria.

— No puedo ser hijo de Caín, él está muerto— digo viéndolo y este gira un poco su rostro como si no entendiera lo que digo.

— Caín no puede morí— dice viéndome— el castigo que recibió fue ser errante y extranjero en la tierra y que nadie lo mataría— dice rueda los ojos— Caín no conocería la muerte y andaría errante en la tierra hasta el fin de los tiempos— dice antes de negar— ese fue prácticamente el castigo, además de llevar la marca del fin— dice señalando mi cadera— es de día— dice acercándose a mí— saldré por algunas cosas que necesitaremos— se aparta y camina hacia la puerta pero se detiene y regresa— toma— deja en mis manos una daga dorada y plateada— si por algún motivo uno de ellos aparece con esto los lastimaras, trata de defenderte— dice antes de salir.



Sin poder creer lo que el más bajo me dice me quedo de pie en medio de la habitación, no entiendo nada de lo que está sucediendo aun cuando lo estoy viviendo, esa criatura de ayer la que tenía el rostro de mi maestra y después era esa bestia, debo hacer algo, enciendo el computador y reproduzco mi lista de canciones, ingreso en el navegador para investigar un poco sobre todo lo que está pasando, reviso mi cadera al encontrar un dibujo de la supuesta marca del fin, en la imagen es un infinito roto por lo que parece ser un rayo pero la mía está rota por si sola y con pequeños fragmentos, no sé cuánto tiempo me lleva investigar pero viendo desvió mi vista de la pantalla todo esta oscuro, por instinto tomo la daga que me dejo Ariel creo que se llama, escucho pasos fuera de la sala de estar, busco donde ocultarme rápidamente, el aire se siente pesado y la atmosfera se siente diferente.

HIJO DE CAÍN ( GAY )Where stories live. Discover now