todo un rastro de mordidas y chupetones que te hicieron voltear para ver al causante, que se preparaba su café con total naturalidad.

— buenos días— saludó sonriente— muchas gracias por dejarme pasar la noche, pero debo ir ya a mi casa o se preocuparán. Bakugo-kun, ¿podrías venir a hablar un momento?

—no— aseguró el chico— me estoy haciendo mi café.

la chica parpadeó perpleja y se acomodó el cabello.

—adiós Camie— la despediste moviendo tu mano en el aire.

—A-adiós— repitió encaminándose a la entrada.

Utushimi salió cerrando detrás de ella y Katsuki se sentó en la mesa con el humeante café al cual le dio un trago.

—¿por qué Camie?— quisiste saber apoyando tu mentón sobre tu mano.

el cenizo se encogió de hombros y sopló la bebida caliente que casi le quema la lengua.

— está buena— argumentó sin darle importancia.

— es pesada, horriblemente empalagosa y no tiene ni idea de que solo pretendes tener un revolcón por calentura.

— ¿me lo dices tú que estás saliendo con Mdidoriya?

el nombrado se atragantó con su propia saliva al captar la indirecta y se te quedó mirando como si esperara una respuesta a esa pregunta, pero tú lo ignoraste y seguiste presionando.

—ayer daban asco.

— tú das asco siempre.

el timbre sonó en el momento perfecto para que Katsuki se levantara y evadiera aquel confesionario, abriendo la puerta a Kirishima, que estaba parado frente a la puerta.

—¡brooo!— exclamó al verlo— ¡madre mía!

Eijirou pasó y empezó a hacerle la pelota al otro por todas aquellas marcas.

venía para quedarse.

al parecer el idiota de tu hermano lo había invitado para todo el día, aprovechando que se enteró antes que tú de que vuestros padres se largarían por unos días y ahora debías cargar al tonto de Kirishima interrumpiendo tus intentos de tontear con Midoriya.

porque Katsuki en el día anterior había avivado aquellos sentimientos encerrados en alguna parte de tu cuerpo de cuando haces pequeñas insinuaciones, al verlo haciendo el idiota con Camie por mucho que él solo quisiera sexo fácil.

la culpa se la diste a las hormonas y aún así tuviste que maldecir muchas veces antes de decidir realmente hacerte la estúpida de aquella manera.

Empezaste de forma sutil, solamente acercándote de forma casual cuando estabas sentada en el sofá con el al lado.

—¿que vais a hacer con lo del equipo?— os preguntó Eijirou, apoyando sus brazos en el respaldo del sofá mientras le ponía poca atención a lo que pasaban por el televisor.

—hablar con el sensei el lunes que viene— supuso Katsuki, desde la cocina rebuscando algo en el refrigerador— si le decimos algo que suene medio profundo colará.

—yo digo que os ata a las gradas.

Te moviste un poco mas hacia Izuku, con la cabeza apoyada sobre su hombro y el chico te sonrió ante el acercamiento, dándote caricias en la cabeza, sin envargo unas caricias no eran suficientes y tiraste del cuello de su camisa hacia abajo para conseguir emprender un beso.

—¡pequeña Blasty! ¡Pequeña Blasty!— llamó Kirishima señalando el televisor, obligandote a cortar aquel beso para mirarlo y bufar— ¡se parece a ti!

una Bakugo// Midoriya izuku x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora