Cap:18

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Aún estar en pleno verano y hacer calor como nunca, Midoriya había dormido abrazado a tu espalda, y al despertar lo dejaste hacer, volteando para abrazarte a su pecho y dejarle un pequeño beso en el mentón.

Al parecer aquello lo despertó, porque sus labios se curvaron en una sonrisa y algo mas ambicioso agachó la cabeza para recibir algún suave roce de labios.

Habías dormido mejor de lo que esperabas, despertando de vez en cuando por algún golpe del cual sospechabas saber su origen, pero nada desmesurado que te hubiera hecho presentarte en la habitación para mandar a cada uno a un punto distinto de la casa.

Y la verdad, despertar con aquellos dulces buenos días no era la peor cosa del mundo.

—quita— mandaste haciendo un perezoso intento de apartar a Izuku de tu cuello.

Al pecosos le hacia gracia como te dejabas ganar por el sueño y acababas haciendo débiles empujones con las manos mientras intentabas seguir durmiendo.

—Deku no me calientes si no vamos a hacer nada— le advertiste dándole un empujón mas fuerte que lo apartó de ti.

Midoriya no entendía muy bien, pero tú ya te levantabas y estirabas para intentar iniciar el día en ese momento.

Bostezaste con pereza y abriste la puerta para ir hacia el baño a peinarte y lavarte la cara, dejando la puerta del baño abierta para controlar lo que pasaba por el pasillo.

Izuku, como todo inocente fue hacia vuestra habitación para abrir y agarrar su ropa, pero tú alarmada lo detuviste.

—¿pero que haces?— le espetaste apartándolo de la puerta— ¿acaso no ves la camiseta colgada del pomo?

El chico miró la prenda colgada de la puerta y luego te miró a ti sin entender.

—significa que no pasemos, son cosas básicas. Agh ¿donde mierda te has criado tú?

Negaste con la cabeza y bajaste hacia el salón, llevándote a Izuku antes de que hiciera alguna tontería allí arriba y te cargaras tú las culpas.

Rebuscaste entre los cajones de la cocina en busca de algo que llevarte a la boca y te medio conformaste con un paquete a medias de galletas.

—buenos días— te saludó Deku como si no supiera que estabas despierta.

—¿tú eres tonto verdad?— le preguntaste sentándote en la mesa.

El chico solo sonrió y se sentó a tu lado para poder apoyar la cabeza sobre tu hombro aún medio dormido.

Pasasteis ahí sentados sin hacer nada unos cuantos minutos, hasta que se escucharon pasos desde el segundo piso y tu hermano se atrevió a presentarse sobadísimo, vestido con unos pantalones de pijama mal puestos, el cabello demasiado revuelto y el cuello, los hombros y la espalda hechas una maldita mierda.

—¿cuando se larga?— fuiste directa.

—dale diez minutos— pidió acercándose para prepararse un café— si en eso no está la saco yo.

asentiste mientras apartabas a Izuku de tu hombro, que miraba sorprendido a tu hermano.

—¡kacchan!— exclamó Midoriya señalándolo— ¿q-que te ha pasado?

— ¿tú eres tonto verdad?— repetiste.

en ese momento alguien bajó del segundo piso y era mas que obvio de quien se trataba, aún así te quedaste mirando hacia el pasillo donde Camie se dejó ver, con la misma ropa del día anterior, algo arrugada y puesta con prisa. Mas allá de su cabello algo despeinado, toda tu atención estaba dirigida a su cuello y parte del pecho, que quedaban al descubierto gracias a la camiseta de tirantes.

una Bakugo// Midoriya izuku x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora