Capítulo 21

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Theo y Edgar regresan alrededor de una hora más tarde, ambos traen una enorme sonrisa en el rostro y conversan animadamente. Durante todo su tiempo fuera, después de preparar las galletas, Agatha y yo platicamos un poco sobre nuestras vidas, Agatha se había casado demasiado joven, ella y Edgar se habían conocido en Alemania, gracias a que ella estudió a estudiar un tiempo a aquel país, conoció a Edgar en la universidad y ambos se comprometieron antes de terminar sus estudios, una historia linda a mi parecer y no me queda duda de que la pareja continúa enamorada.

—Fue un gusto pasar el día con ustedes —dice Agatha mientras ella y Edgar nos acompañan hacia la entrada.

—Gracias por todo —digo hacia ella y su esposo—. Me divertí mucho.

Sin duda, había pasado la mañana más agradable, conocerlos a ambos ha sido una buena experiencia.

—No tienen que agradecerme. —Se acerca a mí y me envuelve en un cálido abrazo—. Tienen que prometer volver a visitarnos.

—Claro que sí, prometo no descuidarlos por tanto tiempo —les asegura Theo, Edgar sonríe e intercambia un paternal abrazo con él.

—Más te vale, tienen que venir ambos —dice esto para mí también.

Les ofrezco mi mejor sonrisa y les doy un último abrazo antes de irnos, en el transcurso al hotel, Theo y yo conversamos poco, subimos el elevador en silencio y como lo había hecho la noche anterior, me acompaña hasta la puerta de mi habitación.

—Ha sido un día agradable —dice con una sonrisa ladeada que respondo de inmediato, no puedo estar más de acuerdo.

—Gracias, ha sido genial, me la he pasado muy bien —le dejo saber, Theo asiente contento de oír mis palabras, hay un pequeño silencio en nuestro alrededor, le veo llevarse las manos a los bolsillos de su pantalón y suspirar.

—Será mejor que vaya a preparar mis maletas para el viaje de esta noche.

Por un momento, he olvidado su viaje, oprimo una mueca al tiempo en que asiento.

—De acuerdo, gracias de nuevo por todo, lo digo en serio.

De nuevo, hay un pequeño silencio al quedarnos sin palabras, Theo vuelve a soltar un suspiro y sin pensarlo por más tiempo, se acerca a mí y deposita un beso en las comisuras de mis labios.

—Te veré en Alemania —se despide antes de marcharse a su habitación, no me esperaba su gesto por lo que no me ha dado tiempo de despedirme de él también, siento las ganas de correr a su habitación y besarlo, justo como lo habíamos hecho con anterioridad, pero contengo mis impulsos y entro a mi habitación.

Cuando entro, Cassidy está tumbada sobre su cama y se reincorpora sobre ella al verme, no se molesta en ocultar su sonrisa, me deja ver su perfecta dentadura con ella.

—Hola —me saluda con entusiasmo, puedo ver en sus grandes ojos que hace su esfuerzo por mantenerse serena, algo que es imposible en ella. Le ofrezco una sonrisa mientras me abro paso por la habitación hasta llegar a mi cama y sentarme sobre ella—. Dios, sabes que no soy paciente, ya cuéntame qué tal estuvo tu día con Theo, quiero todos los detalles de su cita.

Frunzo el ceño.

—Yo no lo llamaría cita, Theo no ha dicho que sea en sí una cita.

—Pero definitivamente ha sido una.

Insiste. Me muerdo el labio inferior con fuerza no deseando darle el lado, sin embargo, es cuestión de segundos para que le cuente los hechos de anoche y lo que ha sucedido en la posada de Agatha y Edgar.

—¡Dios, Leigh! ¡Sales con el príncipe! —Cassidy chilla de la emoción y se levanta de su cama para darme un efusivo abrazo—. ¡No me lo creo! Bueno, sí, pero ¡Ah! —vuelve a gritar y no puedo evitar reírme ante su emoción.

Un príncipe peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora