Atada en mi libertad

Capitulo 18

Como dijo Silvio, a las siete y media de la mañana estábamos en el avión, listo para partir a Barcelona. Aunque el viaje no tardó más de hora y media, me sentía agotada.
Cuando llegamos al aeropuerto de Barcelona nos recogen y nos trasladan a un apartamento, que queda en el último piso de un alto edificio.
El apartamento está decorado en tonos grises y muebles blancos, es hermoso, tiene una gran vista a la ciudad.

-Este es mi apartamento aquí en Barcelona. Me imagino que estás cansada, si quieres puedes ir a mí habitación a descansar. Yo iré a la oficina a reunirme con mi padre. Miranda vendrá por ti a las dos de la tarde.

-A dónde iré con ella?

-Le pedí el favor que te llevará a la peluquería, para que te alisten para el evento. Nos encontramos aquí, tú y yo llegaremos juntos lanzamiento del proyecto.

-Entiendo, pero creo que yo misma me podría arreglar, no es necesario ir a...

-Si lo es, lo notarás cuando lleguemos - aclara, interrumpiendo mis palabras.

>>Mi habitación es la del fondo, la que tiene puertas doble. Descanse un rato.

-Lo haré - Digo dando media vuelta para marcharme a la habitación, pero soy detenida en el proceso. Silvio me agarra por la muñeca.

-Quiero un beso - Dice, pegándome a él, lo que me sorprende.

-Es opcional o es una obligación? - Preguntó mirándolo a los ojos.

Silvio me está abrazando la cintura y yo con la palma de las manos, en su pecho, trató de crear distancia.

-Quiero que tú lo quieras hacer - Anuncia rosando mis labios.

-Señor Valverde, ya el auto y el personal está listo para marcharnos a la empresa - Nos interrumpe Scott entrando a la sala, ahora sé que está aquí en Barcelona.

Silvio aún sin soltarme besa mi mejilla y susurrar en mi oído:

-Me debes un beso - Recalca soltandome y marchándose.

Tomo mis cosas y voy directo a la habitación, que Silvio me indicó.
Es una habitación muy amplia y acogedora, está decorada en los mismos colores de la sala e igual tiene una gran Vista a la ciudad. Al fondo hay dos puertas, que me imagino una de ellas debe ser el baño y la otra la averiguar.
Entró a la primera puerta y me encuentro con un baño muy grande, en tonos igual que el resto del apartamento. Al lado de la ducha hay una puerta, decido fisgonear y me encuentro con una gran tina, que podría decir, que caben cuatro o cinco personas en ella.

Salgo del baño y me voy a la otra puerta, qué es del mismo color que la anterior. Al abrirla veo que es un vestidor, con muchos trajes colgados.
En el lugar huele a Silvio, a su olor característico. Decido que ya está bueno de escudriñar y salgo el vestidor, me quitó la ropa y me meto a la cama sólo con ropa interior, no tengo ganas de buscar en la maleta que ponerme.
Tomo el celular y pongo la alarma a las doce y media, para que me dé tiempo de alistarme para cuando venga Miranda. Me cobijo bajo las sábanas, aunque esté la calefacción encendida, aún se siente un poco de frío. No tardó mucho en dormirme, gracias al cansancio.