Atada en mi libertad

Capitulo 15

Después de despedirnos de Silvio, nos pusimos manos a la obra. Miranda y yo llegamos a diferentes tiendas y boutique, pero no lográbamos ponernos de acuerdo.
Podría decir que ya me estaba cansando de tanto entrar y salir de las tiendas sin nada en las manos. No nos poniamos de acuerdo, ya que lo que a mí me gustaba, Miranda lo descartaba diciendo que era muy recatado, que era como para una abuelita, como decía ella. A lo que ella le llamaba la atención para mí, yo decía que no, eran demasiados expuestos y además de un precio extremadamente alto, aunque en realidad eran lindos.

-Ya sé qué haremos, entraremos a esa butique de allá y si no conseguimos nada, lo dejaremos para mañana. Ya estoy cansada.

-Que pena Miranda, no era mi intención agotar te.

-No, para nada, esto de comprar ropa me encanta, sólo que tú no te dejas llevar. Insiste en vestirte como vieja y cosas ya pasadas de moda.

-Vale, prometo ponerme lo que tú elijas, ya sea hoy o mañana. Me da pena contigo estar ocupando tu tiempo.

-Ya te dije que para mi no es problema. Mejor hagamos algo, yo compro el vestido sola y te lo hago llegar cuando ya te lo vayas a poner, así no habrá objeción de tu parte - Dice mientras esboza una sonrisa que promete muchas cosas.

-No lo sé y si tu hermano pregunta?

-Diremos que ya lo compramos, el lo creerá - Dice descomplicada.

>>Vayamos a tomar un café y a comer algo, me estoy muriendo de hambre - Sugiere ella.

Llegamos a una pastelería muy elegante. Dónde nos atienden en la entrada y nos ubican en una mesa desocupada, al llegar el mesero le ordenamos lo que creemos y no los traen en poco tiempo.

-Ya sabes un poco de mí, cuéntame algo tuyo - Sugiere Miranda rompiendo el silencio.

-No hay nada extraordinario que contar, te lo aseguro.

-No lo creo, por ejemplo tienes hermanos?

-No tengo hermanos - Le aclaro de forma tajante, no me gusta el rumbo de la conversación

-A veces quisiera ser hija única, es algo más de celo, no es que me la llevé mal con mis hermanos - Aclara sonriente.

>>Tus padres viven en Colombia? me imagino que no les debe alegrar que estés lejos de ellos, por ser su única hija - era las preguntas que quería evitar.

-No tengo padres, Miranda, soy huérfana y no precisamente porque hayan muerto, me abandonaron cuando aún era una bebé. No se quienes son.

-Lo siento, no quise ser imprudente - Murmura penada.

-No hay nada que sentir, estoy aquí completa. Nunca me ha pasado nada.

A decir verdad, cuando estaba pequeña me hicieron falta y más al ver que los hijos de los hogares, donde me llevaban, recibían cariño de sus padres, pero con el tiempo me acostumbré a prescindir de ellos. Entendiendo que era yo sola y con eso debía bastar.

-Por que te quedas en un hotel, habiendo tantas habitaciones en casa de mis padres? - se que pregunta para cambiar de tema, se le ve incomoda

-No sé cómo decírtelo, es un poco complicado - Digo rascándome el cuello, ahora soy yo la incomoda.

-Ya sé, es por mi madre? - Acierta.

-Algo así... Como que no le caí bien.

-Ella es así, con Alicia también fue lo mismo. Hasta que logró aceptarla, aunque no es que se las hayan llevado bien, siempre habían discusiones de por medio.