My Dueño Y Señor (Libro 2 de la saga: Secretos De Luna) EDITANDO

Cap 34

.*Victoria*.

La boda fue muy hermosa, al igual que la coronación y la recepción. Todos, a excepción de mi familia y el novio, parecían estar felices de la unión entre Vladimir y yo.

Mi papá, mi tía Daniela, mi tía Josefina, mi tío Brad y mi tío Adam, estaban serios y alertas, como esperando a ser atacados en cualquier momento. Mi tío Iván estaba muy enojado y no sé por qué. Y mi esposo, que estaba súper sexy con ese esmoquin que realzaba todos sus músculos, estaba muy triste.

A pesar de eso la velada transcurrió con normalidad, compartimos con los invitados, nos tomamos fotografías para los periódicos y revistas, brindamos, pero el primer baile como marido y mujer no lo hicimos, porque Vlad no estaba de humor.
 
—¡Es hora de arrojar el ramo! —anunció mi prima, con un micrófono en la mano.

Yo sin pensarlo mucho arrojé el ramo y cayó en los brazos de Amanda.

—¡AMANDA! —gritaron fuerte y note como ella miraba muy sonriente a James y a Ian

<<¿Será que a esta vampira le gusta uno de mis primos?>> —pensé.

Estaba decidida a averiguarlo, pero cuando me quise acercar a ella una figura me obstaculizó el paso.

—Es hora de irnos —me comunica Vladimir con una expresión indescifrable.

—¿A dónde? —pregunto temerosa, al saber lo que me espera.

—A nuestra noche de bodas —esboza una sonrisa ladina que me causa escalofríos.

—No quiero ir. —Retrocedo un par de pasos.

—Querías la corona, ahora atente a las consecuencias. —Niego con la cabeza. —¿Acaso no mediste el costo que debías pagar para alcanzar tu objetivo? —se acerco a mi oído y susurró. —Recuerda que yo no doy nada sin esperar algo a cambio. —Me toma de la mano y me hala hacia el estacionamiento.

—¿Dónde esta el Vladimir dulce y juguetón que conocí cuando me mude al castillo? —murmuro.

—Murió de amor. —Sus palabras me desencajaron.

<<Él estaba enamorado y yo arruine su posibilidad de ser feliz con esa persona>>. —Ese pensamiento logro que mis ojos picaran, por culpa de las lágrimas que querían salir sin mi permiso.

—Hija —la voz de mi papá me hizo reaccionar. —Cuando vuelvas de tu luna de miel tenemos que hablar.

—No quiero hablar nada contigo.

—Pero… —lo corto.

—Es más no te quiero ver la cara, eres un canalla —lo miro con resentimiento. —¿Cómo pudiste hacerle daño a mi mamá? —siento como unas cuantas lágrimas se deslizan por mis pómulos.

<<Últimamente parezco una catarata por tanto llorar>>.

—Adolfo, espera que se le pase la rabia —Interviene Vladimir.

—¡No te metas en lo que no te importa! —lo amenace.

—Te recuerdo que somos esposo —me enseñó su argolla de matrimonio. —Todo lo relacionado contigo me importa, siempre lo ha hecho —lo último lo susurro tan bajo que me pareció haber oído mal.

—Insisto, hija, ve a visitarme para que podamos hablar.

—Ella lo considerará —el estúpido vampiro respondió por mí y se dirigió al auto, sin siquiera esperarme.