🐈Parte cinco:

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—¿Cómo amaneciste? —acarició con delicadeza la mejilla de su pareja. Sonriendo cuando este le mostró una pequeña sonrisa.

—Con más sueño. —confesó entre una risita, contagiando al menor. —¿Y tú cariño?

—¿Yo? pues, muy feliz de que hayas venido a mi departamento.

Kim SeokJin revirtió a sonreír, subiendo al regazo de su novio quien descansó las manos en su cintura.

—Igual yo estoy feliz de poder estar contigo —se inclinó para dejar un beso casto. —¿Deseas algo en especial para comer?

—¿Vas a cocinar? —murmuró, rozando de nuevo sus labios.

—Claro ¿por qué no?

—Aún no quiero levantarme —puchereó, apretando su agarre en la cintura desnuda de Jin. —quedémonos un rato más aquí...

—Namjoon... no seas-

El mencionado lo beso, callando su protesta.

—Solo un rato más, ¿sí?

—Un rato más. —dijo rendido, siendo bajado de su posición, quedándose debajo del cuerpo de Namjoon. Se dejó hacer, sintiendo los roces de pieles y los besos húmedos.






Arrugó la nariz, sintiéndose pesado y con un dolor suave de espalda. Termino abriendo los ojos, encontrándose con la mata cabello negro de su hyung, quien estaba durmiendo plácidamente encima de él. Resopló, desviando su mirada alrededor de la habitación, recordando escasamente los recuerdos del día anterior, sintiendo ese ligero calor en sus mejillas.

¿Qué había sido eso?

Aun siente el cosquilleo de sus labios al ser besado por Min Yoongi. Hubo muchos días que lo ignoro por la cercanía que tenía con Jinnie hyung y ayer, después de traerle la tacita llena de leche...

—¡Deja de darle tantas vueltas al asunto! —chilló, pero se calló de inmediato al oír un gruñido del cuerpo que lo abrazaba de una manera muy posesiva.

Subió una de sus manitas al cabello del pálido, enterrando sus dedos en las hebras negras, acariciando con dulzura las orejitas que se encontraban tibias y rendidas ante la cabeza del mayor. Se entretuvo un buen rato, sin darse cuenta de que Suga había despertado, pero no emitía ni un ruido gatuno por el simple hecho que le gustaba ser mimado por los deditos de Jimin.

—Mm~ —fue inevitable para Yoongi, cuando Jimin abordó acariciar sus mejillas.

—¿Ya despertaste? —musitó Jimin, siendo meloso con el mayor.

—¿Cómo no hacerlo? Me sentí tan bien esos mimos mañaneros —dijo, su voz saliendo ronca.

Jimin sintió un escalofrío, la voz de su hyung era hermosa, tanto que calentaba iracundamente sus mejillas rechonchas.

—¿Me darías un beso de recompensa? —canturreo, tentando al gato pelinegro.

Suga se levantó, dejando a los costados del estómago de Jimin sus codos apoyados en la cama. Riendo a la vez que negaba. Ni siquiera él sabe cómo llegaron a tal situación con el beso. Pero no dijo nada, solo se acercó más a Jimin, rozando tortuosamente los labios foráneos, para terminar besándolo profundo, sintiendo esas malditas polillas en su interior y las manos de Jimin en sus mejillas para acercarlo más y poder rozar con ímpetu sus lenguas.

¡Mis gatitos! ☪ y,minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora