Cuando te vea (YOONMIN)omegaverse

Capítulo 2

...

Luego de la presentación, Jimin fue guiado hasta la persona que cuidaría, el pequeño chico observo la enrome puerta a la que llegaron, la señora Min la miro por unos segundos también, los cuales le resultaron muy extensos para Jimin.

La mujer no parecía con ánimos de tocar, Jimin la percibió un poco temerosa, pero al final pareció reunir el valor y toco un par de veces, pero no hubo respuesta alguna, hasta, que después del quinto toque a la puerta, una potente voz se escuchó.

— ¡LARGO! —.

— Hijo, sólo vengo a presentarte al nuevo cuidador—. Dijo esta.

— ¿Al niñero?, dile que me interesa nada conocerlo—Dijo y Jimin sólo puede tragar entero, ¿en qué me estaba metiendo?

La señora abrió la puerta sin decir nada, parecía molesta. — Pues me interesa poco que no quieras conocerlo—. Le dijo.

— ¡Déjame solo! —. Respondió el hombre que se encontraba sentado en una silla mirando a la nada.

— ¡PRESENTATE! —. Le dijo con un grito certero la señora Min.

— Me llamo Yoongi, no me interesa tu nombre, mucho gusto, bla bla—. Dijo con mucha sátira, la señora Min rodo los ojos, y le sonrió a Jimin amablemente, el cual, sólo la veía desde la entrada, sin saber si entrar o no.

— Tenle paciencia—. Dijo y luego se fue, dejando a Jimin solo.

Aquel omega quiso acercarse, pero fue su lobo quien se lo evito, entonces, lo comprendió, era aquel alfa, el chico que le rechazo sin siquiera conocerle, su supuesto alfa, ese que le había menospreciado hace años, era él quien se encontraba allí, sentando, con un poco de vello facial sobre su rostro, el cabello cubriéndole casi por completo los ojos y una apariencia demacrada y decaída

— Yo... —. Intento hablar, pero simplemente no pudo.

— ¿Acaso me consiguieron un tonto? —. Pregunto tosco—Dios, hueles asqueroso—. Le dijo arrogante y las mejillas de Jimin enrojecieron, el pequeño chico empezó a olfatearse, pero no encontró algún aroma desagradable en sí.

— ¿A qué? —. Pregunto.

— A vainilla—. Respondió mientras hacía mala cara.

— La vainilla no huele mal—. Defendió Jimin, tratando de pensar en donde pudo adquirir aquel aroma, llegando a la conclusión de que tal vez fue en la amañan, a la hora de preparar los pastelillos.

— Para mí si—. Le respondió sin levantar la cara.

Jimin deicidio no darle más largas al asunto y se acercó, cerrando la puerta tras suyo. — Necesitas algo? —. Pregunto.

— No—. Respondió el hombre.

— Entonces... ¿qué hago? —. Pregunto algo atemorizado, él le aterraba, claro que lo hacía, pues no conocía el amor, peor gracia ese hombre si una decepción amorosa.

— Largarte, es buena idea—.

Jimin no dijo nada y sólo tomo asiento en uno de los lugares del enorme cuarto, el omega vio a Yoongi levantarse de la silla y caminar torpemente, chocando contra varias cosas, sintió pena y corrió ayudarle, pero este le aparto enojado.

— ¡NO! ¡DEJAME, ¡YO PUEDO SOLO! —. Le grito al pequeño chico, quien asustado solamente pudo reprimir el gemido de terror en una rara expresión de confusión.

Aquel alfa siguió caminando, hasta que llego a una pequeña mesa y cayo, Jimin intento no entrometerse, pero era su animal quien le rogaba ayudarle, así que sin importarle el grito que tal vez recibiría, fue hasta él, tomándole del brazo y ayudándole a levantarlo, observando lo delicado de su rostro y lo bonito de este, pues el cabello por fin había permitido verle por completo.