Capítulo 2: Señor Harrison 🖤

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Segundo capítulo...
Espero que lo disfruten ♡
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Victoria POV:
El escuchar todo el dinero que ofrecían por las chicas, me daba asco, "son una mierda todos estos hijos de put#".

— ¿Cuánto dan por esta belleza de diecinueve años? —preguntó la perra, ofreciendo a mi mejor amiga.

Me daban ganas de romperle toda la cara a la tal Celeste. Seguro fué ella y su cómplice quiénes nos trajeron hasta acá. Y las apuestas comenzaron.

— ¡5 mil dólares! —ofreció el primero.
— ¡10 mil dólares! —lo secundó otro hombre.
—Vendida a la 1 —la zorra fué interrumpida.
— ¡Yo ofrezco 20 mil dólares! —dijo un chico joven de cabello rubio.
—Vendida a la una, vendida a las dos... ¡Vendida al señor! —exclamó la muy perra.

Luego de eso, se llevaron a Adri para otro lado, y siguieron subastado a las otras chicas. Un par de minutos después de vender a todas las otras chicas, escuché la voz de Celeste nuevamente.

—Y como saben, siempre dejamos lo mejor para el final —dice ella, con su  sonrisa de víbora. Obviamente era yo de quién hablaba.

—Entra —me ordenó uno de los matones.
— ¡No quiero! —respondí con firmeza, no dejaré que me vendan.
— ¡Entras o te mato! —me amenazó él tipo apuntandome con su pistola, luego me dió un fuerte empujón para que yo saliera.

—Esta joyita tiene diecinueve años, ¿Quién ofrece algo por esta belleza? —preguntó ante el público esa desgraciada.
— ¡20 mil dólares! —exclamó el primero, era un viejo.
— ¡25 mil dólares! —habló el segundo, era el que había comprado a mi mejor amiga, le reconoci la voz.
— ¡30 mil dólares! —dijo otro tipo.
— ¡35 mil dólares! —ofreció nuevamente el primero que habló en la subasta, "viejo verde".

—Vendida a la una, vendida a las dos —dijo la muy yegua.
"Noo Dios, por favor, que no me compré ese viejo, por favor dios mío".
— ¡Yo ofrezco 80 mil dólares! —exclamó el chico que compró a mi mejor amiga.
— ¿Alguien ofrece más? —preguntó la cabrona esa.
Un silencio lúgubre inundó todo el salón.
— ¡Vendida al Caballero! —dijo emocionada la desgraciada esa.
Un tipo cualquiera me sacó del salón, mientrasmientras la tal Celeste, concluía la subasta diciendo:
—La paga en efectivo, pueden recoger la mercancía en la puerta trasera, muchas gracias por su compra —dijo la muy hija de put#.

Adri lloraba y yo también lo hacía. No sabíamos que nos haría ese tipo, estábamos muy asustadas, ¿Y lo peor?
No teníamos escapatoria. En un momento entró un sujeto rubio, junto a esa zorra, "Celeste", esta odiosa se va y nos quedamos las dos solas con él.

— ¡Thomas, llévalas al auto! —ordenó el tipo ese a uno de sus empleados.
—Si, Señor Guerrero —obedeció este.
Nos taparon la cabeza y nos metieron a un coche. Al llegar a ningún sitio en particular, nos bajaron a la fuerza, sólo llegué a escuchar:
—Esta es la chica nueva del señor Harrison —dijo el tipo que nos compró.
—Si, Señor —respondió un hombre.

El mismo hombre me llevó a rastras hasta un lugar, Adriana y yo estabamos temblando. Yo intenté resistirme pero el sujeto era más fuerte que yo.
— ¡Sueltame, sueltame! —le gritaba.
Ya adentro, me sacaron las vendas de los ojos y pude ver el lugar en el que estaba, era una lujosa mansión, muy hermosa.
Sentía tanto miedo, hasta que una señora medio gordita apareció bajando las escaleras.
—Señora Paulina, ¿está Christian? —preguntó el joven rubio, el que me compró.
—No, él salió —respondió la mujer.
—Esta bien, Efraín, sube y dejala en una habitación con llave —ordena el tal Guerrero.
Ese tipo me arrastró hasta una habitación y me encerró allí.
— ¡Déjenme Ir, Déjenme Ir! —gritaba y lloraba golpeando la puerta.

Lloré y lloré junto a esa maldita puerta, tenía tanto miedo, busqué por dónde escaparme pero no hubo forma de poder salir. La casa estaba rodeada de hombres armados y las ventanas tenían rejas. Unos minutos después, escuché como alguien estaba abriendo la puerta, yo me asusté y tomé el velero para defenderme pero sólo era una chica como de mi edad.

— ¿Tu eres la nueva? —me preguntó la chica.
—Me llamo Victoria —respondí.
—Yo soy Larisa, la sumisa —dijo esta.— ¿A tí también te secuestraron y te vendieron? —pregunté.
Yo sólo quería escapar, a lo mejor esta chica podría ayudarme a salir de este lugar y a rescatar a mi amiga de estos sujetos.

—No, yo soy sumisa por elección, hace ocho meses que estoy aquí —dijo esta súper calmada—, lo hago para poder mantener a mi abuela —siguió hablando ella.
Yo no lo podía creer, ósea que se deja hacer lo que quieran estos tipos, por un poco de dinero.
—Ayúdame a escapar, por favor, te lo suplico —le ruego.
— ¿Qué?, ¿Estás loca?, no puedo hacer eso —dijo esta, alejandose de mí—. ¿Te doy un consejo?, se buena y has todo lo que te digan, no intentes escapar jamás y estarás bien —dió fin a la conversación, para luego irse y cerrar la puerta con llave nuevamente.

Escucho que alguien esta abriendo la puerta, yo tomó el velero nuevamente para defenderme por si llega a pasar algo, primero veo al tal Efraín y luego un hombre guapo y elegante de ojos verdes, tez blanca y pelo color chocolate.
—Aquí es, Sr Harrison —dijo el empleado.
"¿Sr Harrison?"

~ Mientras tanto ~

Adriana POV:
Al llegar a un lugar, bajaron a mi amiga a la fuerza, luego de un rato nos separaron y me llevaron a otro lado. Me bajaron a rastras del vehículo, yo pedía ayuda a los gritos pero se veía que nadie me escuchaba.
Me entraron a un lugar, estando allí me sacaron las vendas de los ojos, me metieron a un cuarto muy lujoso. El cuarto de una mansión. Yo estaba aterrorizada, sólo lloraba y lloraba en aquél lugar.

Minutos después entró una mujer delgada, de unos cuarenta años, con el cabello recogido en un moño alto, con expresión seria, esta parecía una empleada doméstica o algo por el estilo.
—Soy Clarisa, la ama de llaves —dijo esta con voz seria—, esta ropa la manda el Sr Paolo, bañese y pongasela —me ordenó la mujer para luego retirarse.

Miré por dónde escapar pero alguien entró a mi habitación antes de que pudiera averiguarlo. Volteo rápidamente, y veo a una chica con golpes.
—Shhh, no grites —me dice esta en un susurro.—¿Quién eres? —fue lo primero que pregunté.
—Yo soy la sumisa de Paolo —me respondió.
—¿Él te pega?
—Si, me pega, me viola y me castiga —habló ella casi llorando.
En ese momento escuchamos un grito:
— ¡¿Camilaaa, Dónde Carajos Estás?! —gritaba un hombre.
—Paolo —susurró la chica asustada—. Tengo que irme —sale de la habitación.

Yo seguía asustada viendo por dónde escapar de ese lugar. Sentí la puerta abrirse y me asusté aún más de lo que ya estaba, al ver al tipo que me compró.

—¿Aún no te has cambiado? —preguntó este arqueando una ceja hacía mi dirección.
— ¡NO! —le grité con la voz afilada—. ¡No lo haré!, y le suplico que me deje ir —le pedí casi llorando. Este sólo me miró y se rió.
—Ahora eres mi sumisa, si te portas bien conmigo y no intentas huir, seré bueno contigo —dijo este acariciando mi mejilla y deslizando su mano hacia mis senos—. Cambiate ¿si?.
— ¡Nooo, no lo haré, quítame las manos de encima, cerdo asqueroso! —le  grité asqueada.
— ¡Tú a mí no me mandas! —me da una bofetada y me tira a la cama sin que pueda evitarlo. Este se tira sobre mí.
— ¡Ahora vas a saber lo que es un hombre, perra! —dijo brusco. Luego comenzó a desgarrar mi ropa.
—¡No, déjame! —grité como loca una y otra vez.
Este comenzó a penetrarme con fuerza, me estaba lastimando, yo gritaba e intentaba defenderme pero era inútil.
— ¡Eso perrita! —decia ese hijo de put# mientras me violaba.

●●●
Fin♡

"Nota de autora "
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Una estrellita ☆

No Soy Ella (La Sumisa)+18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora