Epílogo

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Taehyung POV.-

Negué desesperado y llevé las manos a la cabeza en claro signo de frustración, los números en la pantalla no cuadraban con los que tenía en los papeles esparcidos sobre mi escritorio, no era posible, no era real.

Gemí masajeando mi adolorida sien, no entendía cómo era posible, había pasado ya tres noches en vela y aún no podía cuadrar los números, me negaba a pensar lo peor pero parecía que no había otra explicación al asunto.

— Hey -giré el rostro hacia la puerta y esbocé una cansada sonrisa -deberías dormir bebé.

— No puedo -señalé la pantalla -no puedo cuadrar los estúpidos números, las cuentas...

— Las cuentas pueden esperar -cortó Hoseok comenzando a masajear mis hombros -cariño estás tan tenso.

— Estoy agotado -admití -mi cerebro se niega a seguir trabajando.

— Pues no me sorprende -regañó tomándome en brazos estilo princesa y saliendo del estudio -ésta semana has tenido tres cirugías de cráneo en el hospital sin contar con el reporte de fin de trimestre para la compañía de mi padre, tienes que descansar amor -me recostó suavemente en nuestra cama y comenzó a desvestirme con lentitud -no quiero que enfermes.

Quise rebatir y decirle que yo podía manejar mis dos carreras profesionales sin problema alguno pero el cansancio me había golpeado fuerte apenas mi cuerpo sintió la suavidad del colchón debajo mío.

— Duerme, yo revisaré los documentos -dijo, besó mi frente y me arropó.

— Pero despiértame mañana temprano ¿Si? -pedí.

Escuché sus pasos lentamente salir de la habitación y la puerta cerrarse, segundos después ya me había dormido profundamente.

— ¡Carajo! -abrí los ojos agitado y miré a mi alrededor, la cama a mi lado estaba deshecha y tibia aún, pero mi esposo ya no estaba. De un salto salí de la cama y corrí hacia el estudio, abrí la puerta de golpe y mis ojos se encontraron con aquellos color chocolate que eran dueños de mi corazón.

— Buen día nene -saludó sonriendo.

— Hoseok debiste despertarme -reclamé caminando hacia él molesto.

— Necesitabas descansar y...

— ¡Son las dos de la tarde! -chillé indignado señalando el reloj de pared del estudio.

— ¿Y? -preguntó encogiéndose de hombros.

Sentí mi sangre arder en mis venas y unas ganas inmensas de aplastarle el cráneo a éste idiota irresponsable.

Cerré las manos en puños y fruncí el ceño listo para saltar y despedazarlo.

— ¿¡Y!? -repetí rechinando los dientes.

— ¿Y? -repitió tranquilo poniéndose de pie con los documentos de la empresa en manos -hoy no tienes nada que hacer, es tu día libre.

— Día libre que pudo haber sido provechoso Hoseok -dije exasperado.

— Día libre que mereces para no hacer absolutamente nada más que dejarte mimar por tu esposo -corrigió caminando hacia mí y besando mis labios -encontré el problema por cierto -dijo entregándome los papeles -de nada.

Vi con el más puro odio su ceja enarcada, su rostro que me observaba con petulancia, con superioridad y una clara burla. Odié el momento en el que estúpidamente le dije "sí" a su pendeja pregunta de si quería casarme con él en medio de nuestro paso por las ridículas cataratas del Niágara.

HopeV MASOQUISTAWhere stories live. Discover now