Epílogo

45.6K 5K 5.7K
                                    

TAEHYUNG'S POV:

Presioné el botón por vigésima vez en el día, cambiando el canal otra vez, y sintiendo lástima de mí mismo.

Ya todo había acabado, no había vuelta atrás. Jungkook se había ido a Nueva York y yo me había quedado en Seúl, sufriendo, totalmente devastado.

Sólo debían pasarme un helado, una manta y una película de romance, y ya parecería una de esas típicas chicas lloronas de las que tanto me burlaba hace tiempo.

"Te amo". ¿De verdad que esas palabras no valían nada para Jungkook? Yo lo amaba, al menos en lo que yo mismo podía comprender. Era imposible amar a alguien con apenas pasar una semana con esa persona, pero a mí me había pasado y había sido desgraciadamente inevitable.

Su cabello color negro, sus ojos cafés que me habían intimidado desde el primer día, su sonrisa de conejito; él entero me encantaba y me convertía en el más idiota troglodita algunas vez conocido. Él era el único chico que lograba hacerme babear con un simple movimiento, hipnotizarme con tan sólo mirarme a los ojos y enamorarme completamente con una una sonrisa.

Por Dios, necesitaba hablar con Hoseok, ya me estaba dando el ataque de cursilería.

Apagué la televisión, cogí el teléfono y marqué el numero de mi amigo, la única persona que conocía que era capaz de ayudarme en este aspecto. Me había apoyado siempre, podía confiar en que ésta vez no me defraudaría.

Supongo.

—¿Hola?— dijo la voz adormilada de Hoseok.

—Hola, Hoseok— dije recostándome de nuevo en el sillón y abrazándome a mi mismo con mi mano libre—. ¿Estás ocupado?

—Estaba ocupado durmiendo, si te sirve de algo— respondió él, para luego lanzar un bostezo al otro lado de la línea.

—¿Puedes venir a mi casa?— pregunté pasando ahora mi mano por mi cabello, frustrado.

—Hay escuela...— suspiró él—. Allá voy— y dicho esto de su parte, la llamada se colgó, dejándome en completo silencio en la sala de estar.

Un total silencio que seguramente si Jungkook estuviera aquí no existiría.

Unos pasos bajando por las escaleras me hicieron reaccionar, haciéndome pensar inevitablemente en que era Jungkook bajando para buscar algo en la cocina, charlar sobre algo conmigo o que estaba buscando a Garfield...

Hablando de Garfield, ¿dónde se había metido ese gato?

Mi decepción fue enorme al notar que era simplemente mi madre bajando a verme. Un suspiro salió de mis labios a la vez que ella sonreía débilmente, acercándose a mí.

—¿Cómo estás?— me preguntó acariciando mi mejilla, para luego hacerse un pequeño espacio en el sillón, sentándose a mi lado.

Desvié mi mirada de la suya y mi ánimo cayó en picada inmediatamente. ¿Qué cómo estaba? Pues estaba tan bien que quería cortarme las venas, que me arrollara un camión y que Capitana Marvel me diera un puñetazo.

¿Exagerado? Oh no, créanme que antes faltaron cosas por decir.

—Oh, vamos, ¡Fighting!— dijo ella con la voz más ronca de lo normal, cómo si estuviera enferma—. Jungkook no es el único chico del mundo. Hay muchos chicos y chicas allá fuera que harían lo que fuera por una oportunidad contigo, bebé.

—Pero a mí no me interesa, mamá, entiende— dije frunciendo el ceño y fijando mi mirada en la suya—. Yo quiero a Jungkook.

Lo amaba.

Viviendo con el Nerd | vkook. Where stories live. Discover now