#38: No te vayas [Final]

Start from the beginning
                                    

Aguanten. ¿Fue muy lindo tenerlos en casa? ¡Ella ni siquiera estuvo en toda la semana! ¡Sólo fue un día...! Ah, ¿saben qué?, no importa.

Luego de una linda y exagerada despedida, mi madre y yo nos dirigimos a la puerta. Volteé antes de dejar la casa por completo.

Él no está. Era cierto, y no estaría tampoco.

Suspiré y salí de la casa dándoles una última sonrisa a los señores Kim. Ya no volvería a verlos, ni a ellos ni a Taehyung y decir que aquello no me entristecía sería mentira.

Caminé hasta el taxi, guardé mis cosas en el maletero y cuando estaba a segundos de subirme al vehículo, una voz inconfundible gritó mi nombre.

—¡Jungkook!— su voz ronca hizo que me quedara completamente paralizado.

No podía ser verdad.

Volteé luego de unos segundos y lo miré parado a unos pasos delante de mí. Su cabello estaba alborotado, sus ojos mirándome y respiraba agitadamente.

—Taehyung...— logré murmurar, ahora bajando la mirada.

—Jungkook, por favor, por favor, no te vayas— suplicó acercándose a mí y tomando mis manos entre las suyas.

Negué con la cabeza, sintiendo cómo las lágrimas se empezaban a acumular en mis ojos.

—No debías enterarte— dije con la voz quebrada.

—Pero me enteré— interrumpió él—. Y ahora que lo sé...

La bocina impaciente del taxi interrumpió el momento. Alcé la mirada y la dirigí al taxista, quien me miraba pidiendo que me apresurara.

—Debo irme— murmuré alejándome de Taehyung, así abandonando sus manos.

—No te vayas— suplicó de nuevo—, no puedes dejarnos... n-no puedes... no puedes dejarme...— susurró con su voz y mirada quebradas.

Tragué saliva. Me dolía tanto esto. No quería irme, pero tampoco quería quedarme. Y al fin cuando estaba a momentos de largarme y poder empezar de nuevo en otro lugar, llegaba Taehyung y decía esto... no era justo, simplemente no era justo.

—Adiós, Taehyung— fue lo único que pude decir, abriendo la puerta del taxi, a punto de subirme al vehículo.

Su mano me detuvo tomándome por el brazo, agarrándome por sorpresa.

Te amo... por favor no me dejes, Jungkook, por favor— susurró, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo de pies a cabeza.

"Te amo". ¿Qué no entendía lo mucho que me dolía todo aquello? Ya me iría, no había vuelta atrás, no entendía por qué seguía insistiendo.

Pero esta vez, sabía que era diferente. Él esta vez lo decía, curiosamente, sobrio y no ebrio como el día anterior. ¿Debía decir algo?

Volteé lentamente, encontrándome con sus ojos llenos de lágrimas. Maldición no debía ser débil por esa simple imagen... no debía ceder.

Pero era Taehyung...

—Yo también te amo— dije inseguro por dentro, pero queriendo hacerlo sentir mejor—. Pero debo irme... entiéndelo por favor, Taehyung. Ya es muy tarde para todo esto.

—No te vayas— suplicó de nuevo, acercándose a mí y juntando su frente con la mía.

Suspiré ahogando mi llanto. No quería llorar, pero Taehyung parecía esmerarse para que lo hiciera.

—Te voy a extrañar, Taehyung— dije acariciando su mejilla—. Ahora debo irme— terminé diciendo pera luego apartarme levemente, listo para subir al taxi.

—Supongo que no podré hacer nada para que te quedes, ¿verdad?— dijo con una sonrisa débil y forzada—. Te extrañaré demasiado —suspiró—, de verdad no sabes cuánto, Jungkook.

—Adiós— susurré, sintiendo mi corazón quebrarse.

Taehyung se acercó nuevamente a mí, tomó delicadamente mis mejillas con sus manos, y acercó su rostro lentamente al mío, para finalmente unir nuestros labios en un suave beso.

—Adiós— respondió al alejarse de mis labios.

Sonreí falsamente y tomé asiento en el taxi, cerrando la puerta del vehículo y viendo cómo Taehyung bajaba la mirada tristemente y limpiaba sus lágrimas con las mangas de su suéter.

Lo extrañaría, y demasiado, pero ya daba igual, me iría a Nueva York, a una nueva vida, un pequeño gran cambio.

—¿Estás bien?— me preguntó mi mamá volteando a verme.

Asentí claramente mintiéndole.

—Sí— respondí alzando la mirada—. Y lo estaré.

Ella sonrió ligeramente y volvió su mirada al camino, mirando por la ventana.

Inconscientemente llevé mis manos a mis labios, tocándolos con mi dedo índice. Él fue el dueño de mi primer beso, al igual que de los siguientes.

¿Olvidarlo? No. No lo haría. Al menos no tan fácilmente.

<...>

"Mantengan sus cinturones de seguridad abrochados, aún cuando la señal esté apagada..."

Me coloqué mi cinturón y seguí observando la pantalla de instrucciones del avión.

Un poco más y me encontraría en Nueva York. Eran bastantes horas de viaje en avión, pero ya nada más quedaría después de eso.

Miré por la ventana tristemente, recordando las palabras de Taehyung antes de irme de casa.

"Te amo". Ebrio y sobrio era tan lindo, qué ridiculez más grande.

Pero de todas formas, al final de cuentas fui una apuesta, y eso me perseguiría por el resto de mi vida. No tenía sentido quedarme si finalmente todo había sido un juego...

Esperen... Taehyung... ¿Taehyung me decía que todo había sido una apuesta, tan fríamente, y luego me decía que me amaba...? No... no tenía sentido.

¿Y si era una mentira?

—Hijo, ya vamos a despegar, ¿estás listo?— dijo emocionada mi madre.

Asentí sin ser capaz de formular una frase con sentido o articular una palabra adecuada.

Me iría a Nueva York, ya no volvería a ver a Taehyung, debía grabar eso en mi mente, era lo único que importaba ahora ¿no?

El avión empezó a tomar vuelo.

Adiós Seúl. Adiós, escuela. Adiós Jimin y a todos los chicos que me humillaron. Adiós, Namjoon...

Adiós, Taehyung.

Comenzar de cero una nueva vida no podía estar tal mal.

Viviendo con el Nerd | vkook. Where stories live. Discover now