Capitulo 8

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Punto de vista de Eric

Ella dejó de sonreír; Ahora completamente bajo mi poder, seguro.

-Te enviaré el debido pago- Sus ojos todavía estaban bloqueados en los míos. Sabía que ella no podía rechazarme.

-No.

¿Que? ¿Se resistió mi glamour? Eso simplemente no es posible.

Ella apartó la mirada de mis ojos. Su cuerpo se inclinó hacia un lado. Se acercó lo suficiente para que me bañara en el calor de su cuerpo. Pensé que se estaba inclinando hacia mi porque... bueno, simplemente era irresistible para cualquier criatura. Pero justo cuando su cuerpo estaba a escasos centímetros del mio y pensé que su brazo se envolvería alrededor de mi cuerpo; ella apretó el botón para volver a arrancar el ascensor.

-No quiero tu dinero. Digamos que me debes un favor- Ella todavía estaba en mi espacio personal mientras hablaba y apenas podía pensar en otra cosa que no fuera el punto de su fuerte pulso en su cuello expuesto; la dulzura de su olor; y las curvas incitadoras de sus labios. Enderezó su postura y volvió a colocar el pequeño espacio que había entre nosotros una vez más. Ahí estaba de nuevo esa sonrisa, que me estaba empezando a gustar y odiar. Solo con esa sonrisa me dijo que sabía lo que acababa de hacer y lo disfrutó.

No respondí a su contra oferta. El resto de nuestro viaje fue en silencio. El ascensor llegó al último piso, las puertas se abrieron y todavía no podía dejar de mirarla. Por un lado estaba enojado porque no estoy acostumbrado a que alguien se ría en mi cara, a decir no y a resistir mi glamour; por otro lado, todo era hilarante e irresistible.

Algo nuevo a cabo de más de mil años es una razón para estar un poco eufórico.

Nunca he sido de los que se deja llevar por sus emociones. Pero confieso que es bueno encontrar algo nuevo en medio de mi gran existencia. No dejó nada que esperar; nada para disfrutar cuando sabias que todos los humanos eran todos iguales, predecibles, asustadizos y sumisos.

Podía sentir a Gerald y Ryan mirándonos dentro del ascensor con un genérico aire. Supongo que no esperaban la presencia de Katie y, si conozco a los humanos, están en pánico. En otras circunstancias, esto sería un fallo imperdonable en la seguridad. En esta, pude fácilmente pasarlo por alto.

Katie me habló en un tono que permitió ser escuchada por los otros dos.

-Te dejaré en paz. Obviamente, no quieres que haya nadie en el cargo durante tu reunión, solo necesitas obtener mi teléfono- Su tono fue confiado cuando la instaló en la situación incomoda.

Ella me pasó y la seguí por detrás. Rápidamente entró en su oficina, tomó el teléfono y se detuvo frente a mi, aún sonriendo, como si estuviera feliz con algo que hubiera logrado.

-¿Qué paso con los tres hombres?- Ella preguntó sacándome de mis pensamientos. Fue bueno de ella hacerlo porque estos ya se habían centrado en su cuerpo. ¡La mujer tenía senos que merecían ser venerados de rodillas!

-Solo había dos- Mi respuesta estuvo un tanto ausente ya que mis ojos seguían recorriendo su cuerpo. En este punto me movía lánguidamente por su pecho; a través de las suaves curvas de la cintura, hasta los arcos definidos de sus caderas. El deseo de tomar toda su ropa y hacerla suplicar misericordia, hizo que mis colmillos se pegaran dentro de mi boca y saborearan los frutos de mi propia sangre.

Ella estaba repentinamente seria.

-No, eran tres, estoy segura.

No quería hablar de los fenómenos del viernes pasado. Nada mas que gusanos inútiles que no valen la sangre que llevan en sus arterias.

Gerald y Ryan temblaron de nerviosismos detrás de nosotros.

-Algún cobarde que lo dejó para morir por la fé.

Ella hizo una mueca inquisitiva, como si no creyera y no continué esta ridícula conversación sobre los humanos. Quería empujarla a la oficina, encerrarla dentro; incluso si necesitaba matar a los dos idiotas que seguían mirando.

Ella sonrío de nuevo; esta vez fue sutilmente seductora. Sabía que ella sabía lo que estaba pensando; lo que yo deseaba.

Apartó la mirada y pasó por delante de mi, hacia el ascensor.

Odiaba verla ir porque no alimentaba mi hambre inmediata, pero me encantaba verla alejarse. Su trasero estaba vestido con jeans ajustados, era perfecto en sus curvaturas. Nuevamente mis colmillos hicieron clic sin mi consentimiento y perforaron mis labios. Sentí un nuevo torrente de sangre goteando por mi garganta. ¿Quién puede ser tan jodidamente sexy con un yeso en el brazo?

-Gusto en hablar contigo Eric. Nos vemos mañana Ryan, Gerald.

Las puertas se cerraron y salí rápidamente del trance en el que me había puesto el trasero de Katie. Me pregunté si eso era lo que era estar glamurosa.

Giré sobre mis talones para enfrentar a los dos humanos frente a mí. Se ven asustados. Eta era la reacción típica que obtenía de los humanos y me aburrió una vez más.

-Señores... hablemos de negocios.

Respiraron hondo, como si hubieran levantado un gran peso sus hombros. No pretendo hablar de su violación dela seguridad. Después de todo fue un momento de gran entretenimiento.

Holiiis, estos días estaré trabajando en hacer un capítulo más largo como los de antes...

Entenderan que tener clases y aparte trabajar y estudiar gastronomía me quita lo que es toooodo mi día. Muchas gracias por votar y tenerme paciencia, besoooos.

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Sombra de luna // Eric NorthmanWhere stories live. Discover now