Capítulo 4

979 67 4
                                    

Punto de vista de Katie

-¿Si?- Contesté el teléfono como si rescatara a alguien de la orca. No tengo idea de que hora es. Sentí como si hubiera estado dormida por siempre y mi cuerpo me duele por la posición incomoda en la que mi brazo me obligó a dormir.

En el otro lado del teléfono, Andrew hablaba y hablaba y no tenía idea de lo que estaba pasando.

-Andrew, ¿Puedes frenar un poco? Me acabo de despertar; ¡Me está costando entender todo!- Miré a mi alrededor sintiéndome completamente desorientada- ¿Qué hora es?

-¡Ocho en punto!- Su respuesta fue mucho mas allá del punto de exasperación. Me gritó tanto que tuve que alejar el teléfono de la oreja.

-Yo dormí demasiado- ¡Dios! dormí casi catorce horas seguidas. No me extraña que me sienta muy mal.

-¿Estas bien o no?- Parecía que Andrew iba a explotar al final de la linea si no le respondía de inmediato.

-¡Lo estoy! ¡Mas o menos! ¡Algo así!- Casi me río de mi estúpida descripción de mi pobre ser. Terminé teniendo que explicar cada detalle de la noche anterior, el estado caótico de mi brazo y como había llegado a casa demasiado cansada y dormí como los muertos. Andrew continuó hablando a toda prisa. Estaba nervioso por mi estado físico, enojado con la vampiresa que aplastó mi brazo, enojado porque había saltado en medio de algo que no era mi preocupación.

-¡¿En que estabas pensando?!- Gritó. Una vez más alejé el teléfono de mi oreja. Realmente no quería lidiar con él en este momento.

- ¿Has descubierto que son capaces de defenderse físicamente?

Tenía razón, por supuesto, pero en ese momento no lo había pensado.

Había un atacante y yo quería defender a la "victima" incluso si la victima era mucho más fuerte que todos los humanos allí juntos.

Eventualmente logré calmarlo. Colgó y me dejó en paz.

Busqué desesperadamente un café. Luego me acerqué a la ducha. Esto iba a ser interesante, pensé. Nunca había pensado en lo difícil que sería ducharme con una mano. ¿Como se supone exactamente que debo lavarme el pelo?

Me quedé en la ducha sintiendo el agua tibia correr por mi cuerpo. Poco a poco mi mente volvió a la noche anterior y no evité recordarlo. Que coloso de hombre, o vampiro como dice Andrew.

Era casi como si tuviera una sensación de poder que emanaba de su cuerpo y envolvía el espacio a su alrededor. Ni siquiera estoy hablando de fuerza física, si no de un cierto poder hipnótico que distribuye a medida que se mueve.

Esos ojos eran tan azules, tan brillantes y sin embargo, tan mortíferos.

¿Es posible resistirse a él?

Si mi brazo dolorido no tuviera que mantenerse fuera de la corriente del agua, estaba segura de que mi mente habría hecho girar otras fantasías que llevarían mis manos a lugares más cálidos y más sensuales.

Salí de la ducha y busqué algo para ponerme. La noche no estaba fría y tampoco la casa. Me conformé con una camiseta porque era lo más fácil para maniobrar a través de mi brazo en el estado que estaba.

Ponerse los jeans fue más difícil, tener que tirar de un lado, luego tener que tirar del otro y la aventura final fue ser capaz de subir el cierre y abrochar el botón. Estaba agotada cuando terminé. Honestamente, no tenía idea de como iba a durar todo un mes con solo una mano.

Era sábado y no iba a ninguna parte antes del lunes por la mañana. Intentaría acostumbrarme a usar uno. De esa manera, la próxima vez que tenga que irme de casa no me tomará mucho tiempo vestirme. O, como alternativa, siempre podía atar una sábana de color naranja, enrollar mi cuerpo como un monje budista e ir a trabajar. La sola idea de estar en la recepción y recibir a mis compañeros de trabajo me hizo sonreír.

Tener pelo por lo general no era un problema, ahora mismo lo era. Mi cabello era pelirrojo y colgaba hasta la mitad de mi espalda. Tuve que secarlo y cepillarlo. Una sola mano estaba demostrando ser toda una tarea. También quise ponerme un poco de maquillaje porque estaba bastante pálida. Esto fue fácil de hacer con una mano. Muchos años de experiencia aplicándome en el tedioso tráfico finalmente dieron sus frutos.

Me las arreglé para ponerme delineador sin sacarme alguno de mis ojos.

Me vi el espejo. Me gustó mi reflejo. Ahora debo intentarlo varias veces hasta que pueda hacerlo en menos tiempo.

No tuve paciencia para cocinar. Así que, ordené algo para calmar a mi estomago y evitar el hambre.

El resto de mi noche la pasé en sofá viendo televisión y leyendo un libro. A algunas personas les resulta extraño leer con la televisión encendida, pero para mí siempre fue natural. La televisión es solo para compañía, para tener un poco de ruido de fondo me ayuda a concentrarme en lo que estoy leyendo. En mis días de universidad, me encontré con algunas personas que necesitaban silencio absoluto para estudiar y al más mínimo ruido, se perdían en sus lecturas y notas.

Necesito un poco de sonido; De lo contrario, comienzo a escuchar mis propios pensamientos. Es una distracción.

holaaa, este fue un capítulo más corto de lo habitual, personalmente lo prefiero así, algo corto y entretenido para conocer la vida Katie Dunn y de como está sobrellevando todo esto del yeso.

no olviden votar, comentar y compartir, besooos.




Sombra de luna // Eric NorthmanUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum