Hablemos claro, Kim (KookJin)

Capítulo 14: Mírame

-¡Maldición!- exclamó molesto Taehyung pateando la silla del comedor.

-¿Hijo, qué te sucede?- Preguntó preocupada su mamá al ver el ceño fruncido de su hijo.

-Nada, mamá. No pasa nada- respondió con la mandíbula apretada,  ejerciendo una fuerza sobrenatural en sus puños.

-Vamos, dime que sucede. Has estado con un carácter de los mil demonios.- Se acercó al moreno y colocó su mano en el hombro de este- Sabes que estaré para ti en todo lo que necesites, sólo...-

-Mamá, te voy a pedir de favor que no te metas en mis asuntos- sacudió su cuerpo con brusquedad para alejar la mano de su progenitora- Sólo te diré que hay un imbécil que me está jodiendo la vida, pero no te preocupes, yo me encargaré de eso. Puedo resolverlo sin la ayuda de terceros.-

El peliplateado se dio la vuelta en dirección a las escaleras para ir a su habitación ignorando olímpicamente a su madre. La mujer soltó un suspiro triste, ella amaba a Taehyung con su vida entera pero, tal parecía que a él no le importaba en lo más mínimo.

-No cabe duda, es idéntico a su padre. Manipulador, ambicioso, insolente, competitivo...- suspiró- Y también me rechaza y aparta de su vida como si no existiera-.

Dejó de lado sus pensamientos y se concentró en terminar sus labores domésticas, no quería entristecerse más de lo que ya estaba.

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El castaño estaba recostado en su cama mirando un punto específico en el techo, su mente no dejaba de recrear los sucesos de aquel día, empezando por el hecho de que Jungkook estaba libre. Pero eso no lo tenía inquieto, lo que sucedió después atormentaba su cabeza a cada instante.

SeokJin vagaba por los pasillos después de aquel encuentro con el azabache, no tenía ganas de ir a clases y continuó caminando sumergido en sus pensamientos.

Las clases llegaron a su fin y SeokJin estaba más que feliz de poder volver a su casa y estar a solas, no quería encontrarse con Taehyung o Jimin y que estos empezaran a atormentarlo con preguntas. Decidió escabullirse por la salida trasera de la institución, de esa manera sería más fácil no encontrarse con ambos chicos, aunque el camino era largo.

Cruzó las enormes áreas verdes que poseía el lugar, atravesó las canchas de tenis, fútbol y volley hasta llegar a los vestidores. Se tomó un respiro de cinco minutos y prosiguió con su recorrido.

Pasó cerca de la sala de música e iba a continuar su camino, cuando unos sonidos provenientes del lugar llamaron su atención. SeokJin era una persona sumamente curiosa y prefería llevarse un susto de muerte a vivir con la intriga.

Sigilosamente se acercó a la puerta y pegó su oreja tratando de escuchar pero, sólo percibía pequeños susurros acompañados de suspiros. El castaño se mordió el labio inferior sin saber qué hacer, la curiosidad podía más que su capacidad de razonar.

Sin pensarlo más, tomó el pomo de la puerta y la abrió con cuidado para no alertar a quienes se encontraran allí. Asomó su cabeza inspeccionando el lugar con cuidado, sin perderse ningún detalle. La sala era enorme y con una gran cantidad de instrumentos que estaban al alcance de cualquiera. El escenario era del tamaño de su casa, el cual se encontraba oculto por un glorioso telón.

Observó todo con cuidado y sonrió,
Yoongi seguramente amaría este lugar. Atravesó el gran espacio, hecho de los más finos materiales, arrastró un poco la enorme cortina roja, quería mirar cómo era el área designada para el público.