Capítulo Cincuenta y Seis

625 55 1
                                    

Su cabello es más largo de lo que recordaba, sigue siendo una rubia despampanante eso está muy claro, aunque ya no es tan pálida como antes. Noah ha cambiado físicamente, pero ¿lo habrá hecho internamente también?

No lo creo, una arpía seguirá siendo siempre una arpía, aunque use un vestido costoso y tacones altos.

— ¿No te alegra verme? —pregunta de manera un poco extraña, ¿acaso realmente piensa que la he extrañado o algo?

—No, en lo absoluto —respondo cortamente intentando movilizarme hasta la salida, pero ella me bloquea el paso y cierra la puerta principal con el seguro. Esta loca perfectamente podría matarme aquí y nadie se enteraría, ni siquiera traje mi teléfono...

—Eso no es muy educado, Phoebe.

—Noah, hazte a un lado, por favor —ella comienza a reír de manera extraña y niega colocándose en la puerta con su espalda apoyada a ella.

—Sabes, cuando me llegó la invitación de la boda pensé que encontraría tu nombre ahí. Me sorprendió bastante ver que Josh supo pasarte de largo y encontrar a alguien mejor.

¿Pero esta quien se cree?

— ¿Disculpa?

—Seamos honestas, Phoebe. Yo no te agrado, y tu a mi tampoco, nunca lo hiciste. Josh siempre fue un muy buen amigo, incluso cuando tu hermano me dejó, él estuvo ahí para mi, apoyándome. Fue el único que se preocupó por mi, por mi bienestar. Así que, efectivamente, me alegra bastante ver que finalmente abrió los ojos para ver quien eres realmente.

Estoy bastante consternada por la manera en la que sus palabras parecen derrochar veneno puro. Ni siquiera parece forzada a hablar, creo que se lo tuvo guardado todo este tiempo.

—Noah, es la boda de Josh, él podía invitar a quien él quisiera, así que te aconsejo disfrutar de la fiesta a la cual fuiste invitada, goza con tu amigo, felicítalo, e ignóranos, por favor. Eso haremos nosotros.

—Supe que estuviste en la cárcel, ¿sabes lo mucho que me reí cuando te vi en la televisión a punto de colapsar? Y tu madre... —ella comienza a reír falsamente mirándome de manera seria —Ver sufrir a la perra de tu madre fue lo que más disfruté.

Ahora si que se ha pasado de la raya.

—Escúchame, idiota —suelto acercándome a ella de manera molesta —. No me importa lo que creas de Josh o de mi, pero con mi familia no te metas, mucho menos con mi madre. Así que hazte a un lado de una maldita vez, o te acusaré por retención y secuestro. Estás familiarizada con el tema de todos modos —digo junto a una sonrisa maliciosa —. Puedo destruirte con solo decir una palabra, así que apártate de una maldita vez y nunca vuelvas a dirigirme la palabra.

—Vaya, la pequeña niña mimada ha crecido sin duda —dice de manera burlista cruzándose de brazos — ¿Tienes una idea del por qué me tuve que ir a Italia? Porque tu madre me obligó. Obligó a mi familia a enviarme lejos solo para que no pudiese tocar a su lindo niño de nuevo. Era eso o unos meses en prisión, así que verle la cara cuando eras tu la que estaba tras las rejas, Dios, como lo disfruté.

No quiero responderle, no quiero molestarme con alguien que no lo vale en lo absoluto. Solo quiero volver con mi familia y no saber nada más de Noah Phillips.

—Di lo que quieras, no lograrás nada. Apártate.

—He esperado mucho tiempo para decirte esto —susurra apartándose finalmente de la puerta —. La noche en la que se llevaron a tu hermano, sabía perfectamente lo que le harían, sabía que sufriría, que lo torturarían, lo sabía todo. Harrison me lo había explicado todo, incluso me mostró la evidencia de como el perfecto Theo Schlesinger me engañaba con la puta de Sophie una y otra vez, a él no le importaba lo mucho que lo amaba, ella siempre ganaría, ¿no? Ella no lo merecía, pero quería que sufriera el dolor que yo sentía cada vez que la veía, le hablaba... la quería muerta, eso es más que obvio, aunque debo decir que fue un gran infortunio que realmente Harrison acabara con esa víbora, y yo... —el silencio que se genera a nuestra alrededor tras la bofetada que le ha proporcionado a su mejilla nos rodea, dejando solo el ruido de la música afuera de los baños. Ella me mira de manera frívola, está molesta, y honestamente nunca había disfrutado tanto pegarle a alguien.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora