P2: Capítulo 28

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Era demasiado rápido y me probó que ni con trampa podía desarmarlo. Si soporté su ritmo fue porque la equitación me había dado buena resistencia, pero ninguna cantidad de carreras campo traviesa me preparó para un par de horas sin descanso bajo la instrucción de Haru. Fui exprimida, humillada y derrotada tantas veces, que concluí —no porque no lo hubiera sospechado, claro— que Brennan había sido demasiado amable.

Comer tierra nunca se sintió tan gratificante, pensé cuando caí al suelo por vigésima tercera vez. Ya no había perdido la cuenta con tantos golpes.

—Ya... ya... por favor —supliqué, terminando de extenderme, cual estrella de mar, en el suelo húmedo. Observé el oscuro firmamento, adornado por estrellas y esperé que papá se apiadara de mí.

Los chicos ya nos rodeaban con fogatas encendidas y el campamento montado. Alhaster y Luigi casi que descansaban sobre el lecho del río, debido al poco espacio, y Brennan estaba divirtiéndose a mi costa, junto a Cassie. Piwi no, él estaba más preocupado que otra cosa, por lo que saltó, pidiéndome continuar y revolviéndome el estómago en consecuencia.

—Menos emoción, Piwi, por favor —murmuré con los dientes apretados y sosteniendo mi estómago—. Creo que dormiré aquí, gracias.

—Oh, no, no, nada de eso, señorita —respondió Haru, eclipsando mi maravillosa vista y ofreciéndome una sonrisa reconfortante—. Vas a levantarte, estiraremos para que no tengas los músculos agarrotados mañana y vamos a cenar lo que preparó Brennan.

Obedecí porque la cena sonaba como una excelente oferta. Aunque, para cuando quise comer, ya estaba en estado comatoso. Comí en el doble del tiempo que la haría con normalidad y al terminar, Haru me ofreció un líquido verde diluido en agua con la promesa de que evitaría que sintiera el peso de los esfuerzos al día siguiente.

Le agradecí, devolviéndole el termo, y de manera espontánea le di un fuerte abrazo. Estuvo sorprendido al principio, pero no tardó en corresponder el gesto.

—¿Por qué es esto? —preguntó divertido.

Negué con la cabeza en su pecho y, como respuesta, papá reforzó su agarre en mi espalda.

El abrazo era un agradecimiento y fue la forma en la que me dije a mi misma que no lo resentía. Que no había podido encontrar molestia suficiente para encararlo por sus decisiones, porque era imposible odiarlo. Porque Haru y Eu Sung habían sido y serían siempre lo mejor que me pudo pasar.

Quise abrazarlo porque había sido un soldado con una tarea, pero se sintió como un padre. Lo abracé porque nunca eché nada en falta a su lado y porque nunca me alcanzarían las palabras para agradecerle por tanto.


***

Umbrarum, enero 25, 2015


Desperté acurrucada sobre el lomo de Alhaster, que se había ofrecido a que lo usara de cama el día anterior. El sol golpeaba mi rostro con fuerza y a mí alrededor ya había empezado el día. Mi padre estaba en un duelo con Brennan, que recibía y ejecutaba instrucciones como un experto, mientras que Luigi los observaba con atención y, a un costado, Piwi quebraba troncos con sus manos.

A la única que no encontraba era a...

—¡Ilora, arriba! —La voz de Cassie retumbó en mis odios e hizo que me sobresaltara.

—Maldición, no quería que te levantaras... —murmuró Alhaster.

—No me ha despertado, ya...

—¡No me importan sus charlas privadas, hoy tenemos entrenamiento todo el día! —informó Cassie aplaudiendo y ofreciéndome su ayuda para bajar de mi dragón, que gruñó molesto por su actitud.

CDU 1 - El despertar de Ilora [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora