P2: Capítulo 21

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Tras un rato más en la playa, decidimos ir a la cabañita en donde había despertado, de manera que descansáramos algo, nos cambiáramos y comiéramos antes de partir a la coronación de mi hermana. Para viajar nos distribuimos por peso. Así que Luigi transportó a Piwi, cuyo peso equivalente a tres criaturas lo convertía en un viajero individual, mientras que Alhaster nos llevaba a mi padre y a mí, en un vuelo calmado que distaba mucho de los dos primeros que había hecho conmigo sola.

Cassie y Brennan iban por tierra, ella volando a una velocidad casi tan rápida como Alhaster, con sus pies un poco elevados sobre el suelo, y Brennan corriendo a su lado en su forma animal.

Aún no había hablado con Luigi y esperaba hacerlo pronto para expresarle mi emoción al verlo con vida y agradecerle por protegernos. Tendría que preguntarle cómo había sobrevivido y, dicho sea de paso, darle un abrazo.

Por estar fuera de mí no supe cuánto tardamos en llegar, pero sí que sentí cuando el dragón apoyó sus patas en el suelo y nos permitió bajar, inclinando su lomo a un lado.

Un par de segundos después, Luigi, con su enorme cuerpo azulado, descendió lo bastante cerca. Era increíble saber que mi padrino era un dragón y que era uno tan hermoso. Su forma era igual a la de Alhaster, como un dragón de mitología occidental, de cuatro patas y enormes alas. Sin embargo, su color era azul como el hielo y sus escamas que parecían cristales, lo hacían ver irreal. Mientras Alhaster brillaba como el oro al sol, Luigi encandilaría con su apariencia cristalina.

—Ahijada —Saludó, haciendo una leve inclinación con la cabeza.

—Estás vivo —exclamé en respuesta, corriendo para aferrarme a su cabeza—. ¿Cómo hiciste para escapar? Todos creímos que...

—Se necesitan más que unos perros pulgosos para acabar con un dragón milenario como yo —bromeó, pero supe que se dirigió a todos, pues Brennan gruñó descontento por su denominación—. En realidad, fui afortunado. Salí un poco herido, pero nada grave.

—Me alegra por los vivos, pero deberíamos ponernos en marcha con los bolsos y la comida —comunicó Cassie—. Breenan e Ilora deberían guardar los bolsos, y Yamato y Piwi ir por la leña.

—¿Por qué Piwi ir? Piwi querer jugar con dragones —dijo el aludido, saltando con brusquedad—. ¡Fuego, fuego, fuego!

—Ahora no, Piwi. Hoy no es adecuado. Mañana, Alhaster te llevará a pasear.

—Disculpa hadita, ¿qué dijiste?

—Cuida tu tono conmigo, cruza de pájaro con serpiente —acusó Cassie señalándolo con su dedo índice.

—Cassie, eso también me afecta a mí.

—Oh, Longshot(15), se siente ofendido —ironizó—. Te diría que me apena, pero el hambre no me deja. Iré por la comida, los dragones vayan a comer y el resto hagan lo que les dije.

Cassie no esperó que hiciéramos caso y se alejó volando. Sin embargo, sus palabras tocaron buen puerto porque Haru terminó por instar a Piwi a buscar la leña y Brennan y yo llevamos la totalidad de nuestros paquetes a la habitación. Eran un total de siete bolsos de viaje. Uno para cada miembro del grupo, incluyendo a Eu Sung, que había explicado a papá que su maleta, además de unas pocas prendas, incluía herramientas que me serían muy útiles. Desde ropa interior, hasta compresas.

Los dragones habían partido a comer en lo que el lobo y yo transportábamos los bolsos, pero no me atreví a preguntar acerca de su dieta —con su tamaño, dudaba mucho que comieran vegetales.

Brennan, que no había abandonado su forma animal en ningún momento, caminó en círculos a mi lado mientras yo observaba a las olas romper en la distancia. Era cierto que no hablaba, pero, una vez más, su mirada y sus gestos me comunicaron lo que querían, pues frotó su cabeza en mi hombro y me dio la mirada de cachorrito más tierna que hubiera visto. Me reí y acaricié detrás de su oreja con mi mano, sin perder de vista el lugar en que mi madre se encontraba.

CDU 1 - El despertar de Ilora [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora