18

3.3K 246 47
                                    

Al ver el sitio contiguo al mío vacío durante las primeras clases, no pude evitar sentirme preocupada por Tom

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al ver el sitio contiguo al mío vacío durante las primeras clases, no pude evitar sentirme preocupada por Tom. Jamás, en el tiempo que tenía en la universidad había faltado a una clase... ¡Menos a tres!

Aunque la ausencia de Tom no encabezaba mi lista de preocupaciones del día, me afectaba tanto al punto que en cuanto vi a Chris corrí hacía él solo para preguntarle por la ubicación del inglés.

—No lo sé —dice—, no he hablado con él desde el domingo...

¿Cómo?

—No ha estado en ninguna de las primeras clases —digo— ¿No es raro?

Chris frunce el ceño.

—Ya me preocupé —dice torciendo la boca en una mueca graciosa—, pero es Tom... ese hombre podría sobrevivir una semana en el bosque solo, comiendo corteza de árbol.

Me cruzo de brazos asintiendo.

Sí, Tom es... Tom.

Si un oso apareciese Tom pelearía con él, ganaría y luego se haría un abrigo con la piel.

—¿Tanto te preocupas por él ahora? —dice codeándome con una sonrisa burlona.

Me rio.

—Estoy preocupada porque eso no es usual, es todo —digo encogiéndome de brazos.

—Aria Ritt, eres mala mentirosa —dice señalándome acusador.

—Avísame si sabes algo de él —le pido cambiando de tema.

Los ojos claros de Chris se burlan de mí sin disimulo. Chris esboza una dulce sonrisa y despeina mi cabello.

—Claro, señora Witt —se burla.

Me despido y huyo de sus inquisidoras garras antes de que pueda bombardearme con preguntas acerca de mis sentimientos por Tom.

Josh sale de uno de los ascensores buscando con la mirada a alguien, se mueve de un lado al otro frenéticamente, sus ojos chocan con los míos y corre hacia mí con su extraña bata de doctor revoloteando por los aires.

Me quedo en mi sitio.

—¡Aria! —exclama llamando la atención de algunos presentes.

—Josh —digo.

Él me toma de la muñeca y me arrastra por lo largo del pasillo hasta llegar a un balcón apartado de la muchedumbre.

Me preocupo.

—¿Qué sucede? —pregunto echándole aire con mi cuaderno.

—Me he enterado de la última —dice hiperventilando.

—Lánzala —digo.

Josh se lleva una mano al pecho, aun intentando recuperar el aire. Seguro ha venido desde su pabellón corriendo.

EL PLAN SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora