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No sé cómo se le llama a la etapa del rompimiento en el que botas todas las cosas de tu ex a la basura y luego las quemas

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No sé cómo se le llama a la etapa del rompimiento en el que botas todas las cosas de tu ex a la basura y luego las quemas. Sea como sea que se llame, en esa etapa me encuentro yo, obligada por mis amigas.

—Esto se va —dice Dakota metiendo en la bolsa una camiseta de Roy con la que dormía.

Mis amigas decidieron pasar el sábado conmigo, aprovechando que mis padres decidieron hacer un corto viaje a casa de mi abuela al otro lado de la ciudad, y tras pasar unas horas estudiando decidimos relajarnos. Empezamos a beber un poco de vino que Kelsey había traído y a hablar de nosotras.

Y así fue como terminamos en mi habitación, aborreciendo a Roy Weatherly y tirando sus cosas a la basura.

—Esto también —agrega Kelsey metiendo a la bolsa un disco que quemó para mí en secundaria.

No, eso a veces lo escucho.

—Hey, eso no —digo viendo como también desechan un peluche.

Miro con amargura como mis amigas botan todo lo que pertenecía o estaba relacionado con Roy.

Realmente no me molesta el hecho de que boten todo, lo que me hace sentir mal es cómo mi corazón se estruja cada vez que veo algo refundirse en esa enorme bolsa negra. El objeto en sí no me importa, el recuerdo que hay encerrado en él es lo que me hace sentir de esta forma.

—Deja de mirarnos así, es por tu bien —dice Dakota—, es más, esto deberías hacerlo tú, vamos, bota algunas cosas.

Tomo una caja que se encuentra en lo alto de las repisas dentro del armario y la llevo al centro de la habitación.

Abro la caja encontrándome con algunas fotos del baile de noveno grado, flores secas, algunas cartas.

Medito un segundo sobre esto.

Son muchos recuerdos, no sé si sea correcto dejarme llevar por el odio y destruir todo. Bebo un sorbo de vino desde la botella.

—No lo sé... —digo insegura.

—Destrúyelo todo —dice cerca de mi oído—, a él no le importó hacerlo —agrega con cizaña.

Tomo otro trago de la botella.

Tiene razón, no tengo que guardar esta mierda. Creo que si no la veo, si no está a mí alrededor me sentiré mucho mejor.

Tiro todo el contenido de la caja al suelo, y así voy, caja por caja, regalo por regalo, foto por foto, todo al suelo, sobre la alfombra.

Dakota aplaude al verme romper algunas fotos.

—Es terapéutico —dice palmeando mi espalda.

Rompo todo lo que encuentro sintiendo tanta ira que las lágrimas de pura rabia caen a chorros de mi rostro sobre los papeles arrugados y destrozados.

EL PLAN SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora