O2

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Para ser una semana desde que Yoongi y Jungkook habían discutido, el pálido sentía que habían pasado años. Y exageraba por una simple y sencilla razón:

¡Jungkook no le hablaba!, el castaño le estaba aplicando la ley del hielo.

Y era el golpe bajo más doloroso e infantil que había recibido.

Y aunque estaba en todo su derecho de hacerse el indignado, Yoongi nunca aceptaría tal juego, uno muy estúpido y frustrante.

Después de su extraña actitud sobre tener un... un... ugh, un asqueroso bebé, y que Jungkook se fuera del departamento sin decir nada, creyó que todo había vuelto a la normalidad, pues el castaño regresó tres horas más tarde, no venía ebrio como pensó, pero tampoco habló con él, sólo se quitó la ropa y saltó a la cama, justo a su lado, para quedarse dormido al instante, como siempre.

Todo iba a estar bien. Seguramente Jungkook había tenido que reflexionar un poco las cosas él solo, ellos hablarían de ese maldito tema que tanto le desagradaba, y serían felices.

Ajá, perfecto tonto.

Más no fue así.
Jungkook no le dirigió la palabra a la mañana siguiente. Tampoco le dejó preparar el desayuno, y menos darle el beso de buenos días y el de "que te vaya bien en el trabajo, cielo, nos vemos en la tarde".

ㅡ¿Así será a partir de ahora, idiota?ㅡgruñó el pálido detrás del más alto que estaba frente al espejo de la entrada acomodando su cabello. Ignorándolo.
ㅡTe pregunté algo.

No recibió respuesta. El castaño salió de la casa, haciendo caso omiso de su presencia.

Ahí fue cuando se dio cuenta de que en verdad Jungkook estaba molesto con él. Pero seguía sin entender bien, ¿porqué?, ¿porqué se había enojado?, tan sólo no quería un bebé en casa, y sí, fue muy exagerada su reacción, pero no tuvo tiempo, ni el coraje para aclararle la situación.

Así pasaron los días sin hablar ni  mirarse. El pálido por su parte, cuando Jeon se descuidaba, aprovechaba para observarlo y lamentarse en silencio, preguntándose un montón de veces cuanto más iba a durar ese ridículo juego.

Para el sábado, Yoongi se quebró totalmente. Lloró como un niño desconsolado. Jungkook era más distante con él, ya ni siquiera dormían juntos en la recámara, y tenía que pasar la noche pegado a la pared, con una almohada que tenía el perfume de su novio para no ir a la siguiente habitación y rogarle por un abrazo.

Porque el orgullo podía más.

Prefería dejar ir al otro en lugar de detenerlo para hablar, si que era idiota.

Así que, con otra mañana solito en el departamento, con la cara hecha mierda de tanto llorar, llamó al trabajo para pedir el día, porque realmente no quería ir a la biblioteca y que las personas lo vieran.

Desayunó sólo un vaso de leche, y regresó a la cama. Se sentía horrible, su pecho dolía, y su garganta lastimaba por el llanto anterior, no estaba en buenas condiciones ese día, y menos para visitas inesperadas.

Llamaron a la puerta por tercera vez y tuvo que ir a ver quien carajos venía a molestarlo. Abrió de mala gana, y su ceño se frunció al ver la radiante sonrisa de su compañero de turno; Jung Hoseok.

ㅡ¿Qué?

ㅡMierda Yoongi, te ves terrible.ㅡJung bromeó.

ㅡEso ya lo sé. ¿Qué quieres?, ¿No se supone que tendrías que estar en la biblioteca?

ㅡSe supone, pero la señora Choi me mandó a verte. Creyó que podías necesitar algo ya que eres nuevo por aquí.

ㅡNo necesito nada. Estoy bien.ㅡcontestó apagado.

jeon, tendremos un gatito   ㅡ KOOKGINơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ