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CAPÍTULO DIEZ

"PODRÍA HACERTE GANAR MILLONES."

LINDSEY.


EL SOL ESTABA a punto de desaparecer por el horizonte cuando Justin se detuvo en mitad del parque. Habíamos caminado hasta llegar a un área repleta de árboles. Ver tanta naturaleza me hizo olvidar por un momento que nos encontrábamos en una ciudad tan contaminada como Nueva York.

    —¿Aquí? —pregunté.

    —Bonito, ¿verdad? —contestó con una sonrisa.

    Alcé la vista hacia él y por primera vez me di cuenta del brillo en sus ojos y los varios lunares en la suave piel de su cara.

    —Solía venir aquí de pequeño —me explicó, con las manos metidas en los bolsillos—. Venga, vamos. Se está haciendo tarde.

    Echó a andar por un pequeño camino de tierra y me apresuré en alcanzarle. Estábamos tan cerca que nuestros brazos casi se tocaban.

    Llegamos a un pequeño claro que había frente a un diminuto estanque, cuya agua tenía un color verdoso y a la vez grisáceo. En aquel lugar en concreto, los árboles estaban más separados y la luz de las farolas iluminaba tenuemente los pocos bancos que había junto al estanque.

    Justin se dejó caer en la hierba, sentándose con las manos apoyadas en el suelo. Lo miré, y tardé una fracción de segundo en sentarme junto a él.

    El suelo estaba ligeramente húmedo, pero mi ropa no se mojó ni se ensució en absoluto. El sol había desaparecido casi por completo y cada vez hacía más frío. Me abroché la chaqueta hasta arriba. Lo último que necesitaba ahora mismo, con mi madre desaparecida, nada de dinero en casa y la nevera vacía era coger un resfriado. 

    —Bien —hablé, solo para rellenar el incómodo silencio que flotaba en el aire.

    Justin esbozó una media sonrisa.

    —Ahora es cuando sacas de la bolsa esos deliciosos sándwiches que has robado en la gasolinera y cenamos.

    Casi lo había olvidado. Cuando introduje una mano en mi vieja mochila negra y le entregué un sándwich al azar, Justin solo me sonrió, y no pude evitar pensar, de nuevo, qué podía haber en él que fuera tan horrible como para que mis amigas quisieran verlo lejos de mí.

    Traté de ponerme lo más cómoda posible sobre el duro suelo de tierra. Nunca en mi vida había cenado en un parque, así que le dije, solo porque habíamos empezado a comer y el silencio me estaba poniendo nerviosa de nuevo. Él se rió al escuchar mis palabras. 

    —Tu primera vez, ¿eh? —se burló—. ¿Hay alguna otra primera vez que quieras compartir conmigo? Puedes decírmelo, tranquila. No seas tímida.

    —Menudo idiota —respondí, lo que provocó un mar de carcajadas por su parte.

     El sándwich sabía terriblemente mal. No era lo peor que había comido, pero no podía recordar la última vez que tuve que vivir así. Había pasado demasiado tiempo. Un recuerdo distante, lejano, como si la Lindsey que robaba y hacía todo tipo de cosas ilegales fuese una completa desconocida. Cuando pensaba en ella, la veía desde fuera. Como si ella nunca hubiera sido yo en absoluto.

     —Bueno —habló Justin, sacándome de mis recuerdos. Ya estaba por el cuarto bocado—. ¿Y qué piensas de todo esto?

    —¿El Bronx? —contesté, y me paré un momento para poder reflexionar y poner todos los pensamientos de mi cabeza en orden—. No lo sé... No es como pensé que sería. Esperaba ver más... violencia en las calles, supongo.

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⏰ Last updated: Mar 04, 2019 ⏰

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RECKLESS ( JUSTIN BIEBER. )Where stories live. Discover now