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CAPÍTULO SIETE

"¿HAS PERDIDO ALGO?"

NARRA LINDSEY.


ME TOMÓ TODA la semana recuperarme de lo que había presenciado esa noche en las peleas callejeras. Cuando llegó el viernes, me sentía un poco mejor, pero igual de agotada por culpa de todas las clases. Tratar de ser una buena estudiante resultaba un duro trabajo.

    Salí por la puerta de nuestro instituto con Kayla charlando a mi alrededor. Normalmente hablaba tanto que llegaba un punto en el que ya no prestaba atención a lo que me decía. Aquel día llevaba un gorro de lana, de color azul cielo. 

    —¿Lindsey? —me llamó, ya que yo estaba demasiado ausente en mi propios pensamientos como para escuchar lo que acababa de decir.

    —¿Qué?

    —Acabo de preguntarte qué planes tienes para esta noche.

    Me abroché la chaqueta hasta arriba. Odiaba el frío, y no podía creer que todavía hiciera este tiempo tan horrible teniendo en cuenta que ya estábamos en marzo.

    —Nada, en realidad —contesté finalmente—. Me quedaré en casa y veré alguna película.

    Todavia estaba un poco resentida con ellas. El día después de la pelea, las encontré hablando y riendo en la cafetería, como si nada hubiera pasado. Probablemente estaban acostumbradas a cosas como aquella, pero yo definitivamente no lo estaba. 

    Les había preguntado por qué habían desaparecido así, de repente, abandonándome a mi propia suerte. La respuesta de Kayla simplemente fue:

    —¡Oh, Lindsey! Menos mal que estás bien. Te perdimos y luego ya no había forma de encontrarte. ¡Tienes que ser más rápida! Todo el mundo en el Bronx sabe que, en cuanto llega la policía, hay que salir corriendo. Esa es la regla más básica.

    Decidí que lo mejor era permanecer fuera de aquellas peleas callejeras durante un tiempo.

    Erika salió por las puertas del edificio cuando Kayla y yo estábamos a punto de tomar caminos separados. Su melena pelirroja voló junto al viento, así que rápidamente tuvo que agarrar los mechones y ponerlos justo detrás de sus orejas. No compartíamos muchas clases, así que solo la había visto durante el almuerzo.

    —¡Hey! —nos saludó—. ¿De qué estabais hablando?

    —¡Erika! —exclamó la otra chica mucho antes de que a mí me diera tiempo a saludarla—. Estaba a punto de preguntarle a la blanquita si le gustaría venir a una fiesta con nosotras esta noche.

    —Creo que pasaré, pero gracias por la invitación —intervine.

    —¡Oh, venga! —insistió Kayla—. No me digas que lo de ver una película iba en serio.

    Negué con la cabeza, y concluí:

    —Estoy tratando de no meterme en problemas, tal y como me dijisteis que hiciera. Ha sido una semana difícil. Necesito dormir.

    Kayla abrió la boca para replicar, pero Erika fue mucho más rápida.

    —Vamos, dale un descanso. Debe de ser difícil empezar de cero en un barrio como el Bronx, así que no lo hagas más complicado.

    La chica latina pareció ofenderse por el comentario de su amiga, y así fue como comenzó una pequeña discusión en un idioma que yo no entendía. Tenía sentido que Kayla hablara perfectamente el español, pero no esperaba que Erika lo entendiera y lo hablara tan bien. Había crecido en este barrio lleno de diferentes culturas y minorías socialmente rechazadas, así que asumí que simplemente estaba acostumbrada a los diferentes idiomas y acentos. 

RECKLESS ( JUSTIN BIEBER. )Where stories live. Discover now