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Cada voto y cada comentario cuentan :)

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El lunes por la mañana salí de casa rápidamente, sabiendo que Kevin ya se encontraría esperándome en la puerta de mi edificio.

No habíamos hablado desde su llamada del viernes, estaba segura de que se había arrepentido al despertarse la mañana siguiente, sobrio. O quizás ni siquiera se acordaba de haberme llamado al estar tan borracho…

Lo vi sentado en el asiento del conductor y no sé por qué, pero mi pulso se aceleró. ¿Era mi imaginación o de pronto era aún más guapo?

Entré a la camioneta con mi mochila en la espalda. De nuevo volvía a vestir provocativamente.

—Hola —lo saludé.

—Hola.

Arrancó el coche, evitando mirarme, y pusimos rumbo hacia la guarida de Los Tigres de L.A.

Kevin no me habló durante todo el trayecto, simplemente miraba al frente. Tras una hora de viaje y, en un ataque de incomodidad extrema, decidí ser yo quien hablara.

—¿Ha ocurrido algo nuevo en este fin de semana?

—No, agente.

¿Desde cuándo me llamaba “agente” de forma tan seria? Quise cortar el rollo de una vez.

—Kevin… ¿Estás bien?

Tampoco me miró al contestarme:

—Sí.

Y entonces, de forma desesperada, pude comprobar cómo mis pocos esfuerzos por mantener una relación cordial con Kevin no habían servido de nada. De nuevo él volvía a ser el chico malo y yo la policía estricta.

***

—¡Lana!

Nessie gritó mi nombre y salió rápidamente de la barra al verme llegar, abrazándome estrechamente.

—Hola, Nessie. ¿Cómo estás?

La chica hizo un puchero cuando me soltó, mirándome a los ojos.

—Me he aburrido muchísimo sin ti. He pasado todo el fin de semana viendo capítulos de Los Simpson.

Yo sonreí.

—Tampoco yo he hecho nada interesante —respondí.

No quise ser más específica, odiaba tener que mentirle a una persona que me caía tan bien, porque prefería callarme antes que hacerlo aún más.

—El que peor lo ha pasado, sin duda, ha sido Kevin —dijo Nessie riéndose—. Lleva tres días vagando como alma en pena porque tú no estás.

De verdad que lo intenté, pero me fue realmente imposible no alzar la vista y mirar a Kevin para ver su reacción. El me vio y,  de inmediato, giró la cabeza.

—Cállate, Nessie —murmuró.

Y un instante después se fue hacia nuestra habitación.

Yo me quedé perpleja, incluso con la boca abierta.

—¿Qué demonios le pasa? —pregunté—. Lleva rarísimo todo el camino desde Los Ángeles a aquí.

Nessie se encogió de hombros y volvió a entrar en la barra.

—¿Te pongo algo? —preguntó.

Yo negué con la cabeza, sintiendo un escalofrío al ver a la muchacha mezclando un par de botellas en un vaso y bebiéndoselo alegremente.
Empezaba a creer que no era sólo impresión mía, ¡Nessie tenía alguna clase de problema con el alcohol!

—Mira, no te quiero hacer daño, Lana —comenzó—. Kevin ha estado extraño estos días, todo el mundo ha asumido que te echaba de menos, y estoy segura de que lo ha hecho. —Siguió—. Pero ayer lo vi durante la noche con Tracy.

Durante un segundo me faltó el aire.

—¿En serio? ¿Qué estaban haciendo o qué…?

Nessie suspiró, y me miró con algo muy parecido a la compasión. ¿Compasión por mí? ¿Por culpa de ese delincuente?

—Lana… Te he cogido un gran cariño en estos días, te juro que eres la única novia de Kevin que puede decir dos palabras seguidas en una frase sin tener que pararse a pensar en la tercera, pero a él lo conozco prácticamente desde que nací y también sé lo difícil que es para él ser fiel a una sola persona.

—Así funcionan las relaciones —dije—. No puede revolcarse con esa… mujer cada vez que yo me doy media vuelta.

El tema me estaba molestando más de lo que debería. ¿Por qué tenía que volver a ver a Tracy cuando yo ya le había advertido de que dejara de hacerlo? ¿Sería solamente para ponerme furiosa? ¿O celosa? No, no.  ¿Celosa por qué?

Nessie me puso la mano en el hombro.

—Lana, cariño. Debes dejarle las cosas bien claras. ¿De acuerdo? Ya sabes cómo.

No, no sabía cómo.

—¿Qué hago? —murmuré, con la moral completamente por los suelos.

—Prepárale una velada salvaje. Ya sabes, ponte sexy, arrincónale en la cama, hazle todo lo que quiera: acaríciale donde quieras, lámele donde se vuelva loco y, cuando vaya a perder el control… ¡déjale claro quién lleva aquí las riendas y la horrible muerte que le espera si vuelve a ver a esa zorra!

Me sonrojé completamente al imaginarme haciendo eso. ¿Acostarme con Kevin? Oh Dios, hacerle todo lo que quiera…
La visión de su fuerte y tatuado cuerpo se me vino de nuevo a la mente y sentí que la imaginación se me iba de las manos. Por suerte Nessie me interrumpió.

—Ay, qué asco, me he imaginado a Kevin desnudo —puso cara de desagrado—. Bueno, ¿me has entendido, Lana?

Me mordí el labio. Podría decirle simplemente que sí y seguir comiéndome la cabeza para buscar la manera de que dejara lo que tenía con Tracy o… podía sincerarme un poquito con Nessie para que ella me ayudara a buscar una solución. Tras largos segundos me decidí por la segunda opción.

—Verás, Nessie… —suspiré—. Kevin y yo no nos hemos acostado.

Peligro (#1 Trilogía MC)Where stories live. Discover now