Para Odette la vida nunca fue color de rosas, pero estaba dispuesta a poner su vida del color que le pegara la gana.
Siendo ella una capaz estafadora, deberá ingeniárselas para conseguir una gran suma de dinero para desliárselas antes de que a su m...
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Dicen que el alcohol te vuelve más divertida, más sensual, más extrovertida, y la verdad, tienen toda la razón. Una Odette completamente sobria no hubiera sido capaz subirse en las piernas de un desconocido y dejar que la tocara como este lo hacía.
Intentaba de todas las maneras poner mi mente en blanco, no escucho, no veo, no siento. Aquel hombre estaba tocándome como si fuese un juguete nuevo y buscase el botón de encendido.
Sus manos recorrían mi cintura, mis caderas, mis pechos, no paraba, solo eso hacía. En parte era extraño, pero no admitiré que se sentía muy bien, demasiado bien.
No sé exactamente qué pero le escuché decir algo en mi oído y tomar mi nuca con fuerza para mirarle, aquel hombre era jodidamente atractivo en todos los sentidos y venga que de verdad tenía ganas de hacer esto bien.
Hace mucho nadie me tocaba, y mis hormonas estaban en su máximo apogeo ¿Por qué no?
Me levanté un poco sobre él, mis piernas abiertas de lado y lado, el pequeño vestido fácilmente podía hacerse pasar por una blusa que ya me llegaba a la cintura, su boca estaba en mi cuello, besaba, la mía, y gruñía como un animal y eso me excitaba cada vez más.
Rápidamente siento lo duro que está contra mi pierna y muerdo mi labio inferior. Su cara está a centímetros de la mía y siento la adrenalina recorrerme de un lado a otro.
Ahora son mis labios los que hacen contacto con su cuello. Ese aroma a perfume caro me llena las fosas nasales, Jesús ¿Qué tendrá el perfume de hombre en nosotras? Mis labios hacen contacto con su caliente piel y él se estremece.
Eso.
Mi respiración se acelera mientras hago que el trago en el cuello mientras mordisqueo su cuello. El suspira, sus manos aprietan mi cuerpo con deseo y lo siento ponerse aún más duro contra mi entrepierna. Gimo con fuerza al sentirlo y abro los ojos de la vergüenza, sin embargo, eso solo hizo que su agarre se forjara más en mí.
Subo la mirada y justo cuando siento que la cosa no puede tocar más fondo, mis ojos hacen contacto con los de Julián. Está de pie recostado de la pared detrás de nosotros, los brazos cruzados y sus ojos llenos de brillo; Podía ver sus labios entre abiertos, y su pecho subir y bajar mientras que nuestras miradas conversaban. Él tenía rato mirando la escena, y yo no tenía intenciones de permitir que me detuviera.
—Tócame. —Pedí. Julián sonrió con malicia y rápidamente sentí el contacto del hombre desplazarse por mi entrepierna, justo sobre mis delgadas panties. Gemí con fuerza al sentir ese delicioso roce sobre mi sexo y mi corazón amenazaba con salir de mi pecho.
Realmente no tenía idea que me excitaba más si el hecho de estar sobre un completo extraño, o que Julián estuviera disfrutando mi teatro de tal manera que su pantalón lo no podía ocultar las pruebas.
Sentí algo vibrar cerca de mi pecho y antes de darme cuenta, el hombre me empujó a un lado en el sofá, sacó su celular y se fue a contestar lo que parecía una llamada importante.
