Para Odette la vida nunca fue color de rosas, pero estaba dispuesta a poner su vida del color que le pegara la gana.
Siendo ella una capaz estafadora, deberá ingeniárselas para conseguir una gran suma de dinero para desliárselas antes de que a su m...
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Ya para el lunes las cosas se habían tornado un poco más tranquilas. Al parecer la amenaza del primer día en clases había ocasionado que me ficharan como una delincuente, y eso para mí estaba bien.
Tuve suficiente tiempo para pensar en el dato de Luna y en algo si tenía razón: Necesitaba conseguir el dinero rápido, y solo tenía dos semanas para hacerlo o todo se iría a la porra.
Puesto a que yo pintaba como una asocial en el instituto, mi grupo constaba de una sola persona. Encontrar a la que hacían llamar La Venus iba a ser un proceso algo arduo, todas aquí tienen pinta de narcotraficantes, pero es a la nueva a quien juzgan.
Debía intentarlo, quizás perdería un poco de respeto pero a malos tiempos, medidas desesperadas.
Me recosté de la pared con brazos cruzados, el chicle de canela en mi boca ya estaba perdiendo el sabor. Empecé a evaluarlas una por una, y sin duda, nunca en mi vida había visto tanto plástico junto.
Atrévete. —Ordenó mi mente.
Miré a un grupo en una de las mesas de la plazuela. Me disfracé con la sonrisa más hipócrita que conseguí y caminé hacia donde estaban.
Y como si lo hubieran practicado, en coreografía se levantaron y se fueron de ahí al ver que me aproximaba. Exhalé y me senté en uno de los bancos alrededor de la mesa mirándolas reír mientras se alejaban de mí.
Zorras clasicistas.
Escuché aplausos cerca de mí y una pequeña risa burlona abordarme. —Vaya forma de hacer amigas ¿Eh?
Julián ya estaba sentado en el banco junto a mí con una sonrisa de oreja a oreja.
—Me alegra que te divierta. —Solté moviéndome para ponerme de pie. Su mano se aferró a mi muñeca, lo que me obligó a sentarme de nuevo.
—¿Qué es lo que quieres, Odette? ¿Ser como ellas?
—Ese no es tu problema. —Espeté.
Puso las manos en alto y rió con burla. —Vale, yo solo creo que si vas a cagarla, lo hagas en grande.
—¿Qué sugieres?
—Si tanto te interesa unirte, ser o conseguir algo de ellas no te comportes como una sumisa. —Sugirió. —Ve con Olivia.
—¿Con la transformista? —Me burlé. —Dudo que quiera saber de mí luego de lo que sucedió el primer día.
—Tu mayor error es pensar que puedes ser la rebelde aquí, Odette. Que tengamos dinero no quiere decir que seamos menos peligrosos que tú, de hecho, tenemos más para joderte de lo que piensas. —Advirtió.
—¿Disfrutas mucho haciéndome sentir inferior a ti?
—No me gusta sentir que alguien intenta ocupar mi lugar. —Sonrió. —De todas las maneras en las que intentes ser una de ellas, vendrás a mí.
