CAPITULO VEINTINUEVE

6.7K 414 10
                                    

El ascensor se abre, James y yo salimos de este y caminamos por la recepción para salir del edificio, afuera Hillary nos esperaba.

-¿Y ustedes que hacen juntos?.-pregunto confundida apuntandonos.

-Ser una pareja normal, quizás.-respondió el castaño. Mi hermana asintió no confundida del todo.

-Bien, ahora vamonos, le saque el auto a mi papá y no creo que le agrade.

Nos subimos a un lindo auto negro, Hillary de conductora, yo de copiloto y James atrás.

-¿Ian te ha dicho algo?.-pregunte cuando estábamos en la carretera.

-Que el cloroformo se le está haciendo poco.-la mire sorprendida.- ¿Qué? La idea no fue mía...Bueno si, pero era sólo para que se mantuviera más inconciente.

Negué con la cabeza, mirando por la ventana como pasábamos entre edificios hasta salir a una avenida que nos llevaba a nuestro destino.

Cuando llegamos a la casa mansión de Ian, los tres bajamos del auto, encontrándonos a Tyler en la puerta esperándonos.

-¿Porque no entraste?.-le pregunto Hillary cuando nos acercamos a él.

-No quería estar solito.- rodé los ojos antes de tocar el timbre.

Al minuto, el de ojos grises abrió la puerta, dejándonos entrar. Todo estaba igual que la última vez que estuve aquí, claro, sin las personas obviamente.

-¿Dónde está?.-le pregunte, ganandome su mirada por unos segundos antes de que me contestara, James se dio cuenta y tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos.

-Abajo.-desvío su vista con la mandíbula apretada.

Comenzó a caminar y nosotros detrás de él, pasamos por un pasillo que nos llevó a unas angostas escaleras de metal en forma de caracol.

Llegamos abajo y lo único que iluminaba el lugar, era una ampolleta en medio de la habitación, la cual estaba sobre el rubio amarrado a una silla.

-Déjame hacer los honores.-dijo mi hermana con una sonrisa, mientras caminaba hacia Jasper, cuando estaba frente a él, lo golpeó para que se despertara.

Abrió los ojos, y cuando nos vio a todos nosotros, sonrió.

-Pero que bonita familia.-pasó la mirada por cada uno de nosotros.- la pareja que se niega a estar junta.-miro a Ian y luego a mi.- el pequeño inocente que no mata ni a una mosca.- Tyler.- la lesbiana ruda.- Hillary.- Y el rechazado.- James.

-Dinos todo lo que sabes.- hable para quebrar el incómodo silencio que se había creado.

-¿Enserio creen que porque me tengan amarrado a una silla les diré todo?.-soltó una carcajada.- si que son estúpidos, he estado en estas situación miles de veces, no se darán cuenta cuando ya no esté aquí.

-Estudié todas sus técnicas por meses.-Ian se cruzó de brazos.- y nadie dijo que sólo estarías amarrado, Brooklyn.

Lo mire cuando me llamo.- Dime.

-¿Puedes ir a la cuarta habitación? En uno de los buros hay una pistola eléctrica.- iba a torturarlo, no digo que este mal, pero no lo sé, nunca he sido la principal participe de hacerle daño a alguna persona.

-Te acompaño.- James comenzó a seguirme cuando subía los primeros peldaños de la escaleras.

-No.-el de ojos grises lo detuvo.- necesito que lo amarres al fierro que está en el techo.

A regañadientes, el castaño acepto. Continúe con mi camino hasta el primer piso para luego subir por las grandes escaleras que llevaban al segundo.

Sigues Siendo Mía #M2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora