CAPITULO TRECE

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Faltan tres días. Tres malditos días para la Junta.

Esta última semana he mejorado bastante, se pelear mejor, y al parecer describir una parte de mi que no sabía. Tolerar a Jasper.

Ya no es tan arrogante como antes, sigue siendo un idiota, idiota se nace, idiota se muere, es ley de vida.

Pero al menos nos llevamos mejor, el que no está así es el señor Gocks, se ha contagiado de alguna enfermedad y está en cama. Ese día que se desmayó en el despacho, Jasper realmente se preocupó, nunca lo había visto así.

Ahora me dirijo a la cafetería más cercana, necesito un café helado, frappuccino, lo que sea, sólo algo que tenga café. Necesito energías justo en este momento.

Las ultimas noches no he podido dormir bien sabiendo que se hacerla la tan esperada Junta con nuestro rival y mentiría si digo que no estoy nerviosa.

-Hola.-le sonrió a la chica pelirroja que está frente a mi, en su delantal se puede leer 'Rachel'

-Hola soy Rachel,¿En que puedo ayudarte?.- su sonrisa es un poco forzada asi que asumo que no fue un buen día para ella.

-Lo que sea que tenga café y sea rico.- digo simplemente apoyándome en el meson.

-¿Mal día?.-pregunta dándose vuelta y comenzando a preparar mi pedido.

-No he dormido y en unos días tengo algo que importante que hacer.-digo simplemente.- pero al parecer el tuyo tampoco es muy bueno.

-¿Sabes que los chicos son un desastre cierto?.-me ve sobre su hombro.- algunos son unos completos idiotas.

-Ni que lo digas.-suelto una pequeña risa, al igual que ella.

-¿Debería sentirme ofendido cuando ofenden mi género?.- un chico se ubica a mi lado, por lo que capta mi mirada al igual que la de Rachel que se da vuelta al escuchar el comentario.

Mi boca se entre abre al ver el rostro del chico de perfil, por lo que puedo ver uno de sus ojos, un familiar ojo gris.

-Ian.-susurro más para mi misma. Cuando el chico se da vuelta para mirarme con una sonrisa, suelto un suspiro.

-Un gustó, soy Michael.-extiende su mano, la cual me demoró unos segundos en estrechar, ya que entre en un mini trance.

-Brooklyn.-digo simplemente, sin dejar de mirar sus ojos.

-Yo soy Rachel.-levanta la mano la chica, aún de espalda.

-Pero díganme señoritas.- habla aún con una sonrisa.-¿Porque agreden mi género?

-Porque la mayoría son unos idiotas.-Rachel se da vuelta, dejando un vaso en el meson.- que no se dan cuanta de las cosas.

-No todos somos así.-Dice el negando.- algunos somos más atentos.

-Pues suerte de tu chica.-digo integrandome a la conversación.

Michael suelta una carcajada.

-Si es que la tuviera.- Dice entrelazado sus dedos sobre la madera en la que estamos apoyados.- Soy gay.

-Vaya que sorpresa.-Dice la pelirroja.- ¿Frappuccino?

-Claro.-acepta él.

Estuvimos cerca de una hora hablando los tres, hasta que el turno de Rachel terminó y se fue porque sus amigas estaban en su departamento y debía irse antes de que se emborracharan sin ella.

-Siguiendo a Rachel.-Dice Mike, que es como prefirió que lo llamarán.- te invito un trago.

Le sonrió al chico, no puedo obviar que sus ojos me recuerdan a cierta persona, pero es sólo eso, en lo demás son completamente distintos.

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