CAPÍTULO DOCE

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Me miro fijamente, y sin que pudiera darme cuenta, puso su pie detrás de uno de los miro y me empujó, en un segundo ya estaba en el suelo.

-Me di cuenta de tres cosas.-empieza a hablar.- Uno, te molesta que te hablen de tu mamá, dos tienes fuerza, y tres no sabes pelear.

Iba a responderle,pero sigue hablando.

-Si hubieras sabido pelear, el segundo golpe no hubiera sido en mi cara, si no en el estómago, me hubiera doblado por el dolor, y podrías haber seguido golpeandome, en unos segundo estaría en el suelo.-se cruzó de brazos.- pero en cambio golpeaste nuevamente en el rostro, sabiendo que ti contrincante puede darte un golpe de vuelta, lo suficientemente fuerte como para dejarte mal.

-¿Porque todo lo que dices terminan siendo un elogio hacia ti?.- pregunte malhumorada.

-Te apuesto a que si no hubieras estado enojada, no me hubieras alcanzado ni a tocarme.-me ignoro.- estabas tan cegada por la ira, que dejaste que tu cuerpo actuara sólo, fuiste rápida, de hecho ni siquiera lo vi venir, y utilizaste fuerza que ni siquiera sabías que tenías.

Me mantuve en silencio.

-Tienes que controlar la ira, ella te puede salvar en muchos momentos si sabes ocuparla.- extendió su mano frente a mi.- déjame enseñarte.

Lo mire a el, y luego a su mano. No perdería nada, después de todo era esto lo que yo quería, aprender a pelear.

Tome su mano, y con una sonrisa ladeada tiro de ella hasta levantarme.

-Iré por el saco de boxeo.-Dice soltando mi mano.- Pensé que no tendríamos que ocuparlo hasta dentro de unos días.

***

Las 2'30 de la tarde. Entró al departamento más cansada de lo habitual, además de que estoy transpirada.

Camino hasta mi cuarto, James y mi hermana siguen durmiendo.

Tomo ropa y una toalla.

Entró al baño, dejó las cosas sobre el inodoro, y entró a la ducha, corriendo la cortina y revisado si no hay ninguna cámara, al parecer no la hay.

Me despojo de mi ropa y por orilla sacó la mano y la dejo en el suelo.

Después de diez minutos tomo la toalla y me seco, luego me visto. Trato de secar lo más que puedo el pelo con la toalla.

Tomo toda la ropa del suelo y vuelvo a la habitación para dejarla en el sesto de la ropa sucia.

Despierto a los chicos para que se levanten a desayunar, ambos se miraron fijamente, un poco asombrados, al haber despertado juntos, luego le expliqué lo de esta mañana y se relajaron.

Según lo que los chicos me dijeron, todos se quedaron a dormir aquí. Pero en la mañana no vi ni a Aaron ni a Tyler.

Recorro la cocina buscándolos pero no están, de todas formas lo hubiera notado si hubieran estado ahí.

Recorro la sala, hasta que me percato, que uno de los sillones está más adelante que el otro.
Camino hasta el, me subo y miro detrás.

Aaron y Tyler duermen abrazados. Eso no me lo esperaba. No será que ellos....mejor No pienso cosas que probablemente no son.

Los despierto, pegan un saltito al ver como están y que los hayan despertado, pero luego me ven y sueltan un suspiro de alivio.

-Vamos, a desayunar.-les sonrió.

Gracias a Dios, el dolor de cabeza y todo lo que tiene que ver con la resaca, ya no están. Aunque debería agradecerle a Jasper.

Después de que volvió con el saco de boxeo, trajo con el una pastilla, que según lo que dijo, quita toda la resaca y rastro de ella en unos minutos, y fue así.

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