Capítulo 10.

4.2K 249 11
                                    

Me removí incomoda en el sofá. Espero que mi plan de verdad le funcione a Nicole, o no me lo perdonaría. La había dejado en su casa, a solas con Ashton hace ya una hora y no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo. Decidí calmarme, tomando un té. Así que me levanté del sofá de la sala y fui a la cocina. Cuando entré, el bolsillo de mi chaqueta comenzó a vibrar: Una llamada de Nicole.

-¿Estás bien? ¿Que sucedió? ¿Cómo va todo? ¿Qué pasó con Ashton? -La abarroté de preguntas antes de que ella si quiera pudiera decirme Hola.
-Tranquilízate, ¡se supone que yo debo ser la que esté nerviosa! -Chilló.- creo que me estoy hiper ventilando
-¿Tan mal va todo? -Hice una mueca. Mis planes generalmente funcionaban... bueno, en realidad nunca lo hacían.
-No lo sé, solo hemos estado concentrados en el libro de matemáticas. ¡Ni si quiera me ha dicho algo sobre mi aspecto!
-Bueno... primero hay que decifrar si a Ashton le gustas tú, con tu propia ropa o tú con vestidos ajenos a tu estilo
-¿Ese es tu plan? ¿Comprobar si le gusto como soy o como una zorra? ¿Por eso este drástico cambio en mi vestuario?
-Solo me aseguro de que el chico no sea un completo idiota y se fije en ti solo por tu aspecto.
-¡CARTER! -Gritó del otro lado de la línea.- Solo porque Theo dijo que parecías una zorra, no significa que todos los chicos crean lo mismo de todas las chicas
-¡No metas a Theo en est...! ¡Oh por dios! ¡Se supone que estaría en su casa hace dos horas! amiga, debo irme. Suerte con Ashton y aunque lleves ropa de zorra, recuerda...-
-Solo debo ser yo misma. Me lo has dicho desde que te vi esta mañana. Ya vete con Theo
-Aprecio que entiendas eso. ¡Te veré el lunes! -Chillé antes de colgar el celular.

Y salí corriendo hacia la casa de al lado. Toqué timbre un sin fin de veces, hasta que Theo apareció en la puerta con el ceño fruncido y su cara de ''Debiste haber llegado hace horas''.

-¡Lo sé es tarde, lo siento! pero es que...
-¿Tu casa está tan lejos que perdiste el autobús para llegar hasta aquí? -Lo fulminé con la mirada al notar que esta situación de mi, pidiéndole perdón le divertía.- solo pasa, creo que deberías saber que no necesitas tocar timbre en esta casa para entrar
-No quiero ser descortés y entrar sin permiso a una casa que no es mía
-Yo entro a la tuya sin problemas ¿Y tu no puedes hacer lo mismo con la mía?
-Solo busca tus libros, tenemos mucho que adelantar hoy.

Un par de horas después...

-Es todo, ¡Ya no puedo más! -Se dejó caer sobre la cama, frustrado por no haberle quitado los ojos de encima a los libros.
-¿Si sabes que solo son triángulos, verdad?
-Esos triángulos arruinan mi vida. -Frotó los puños sobre sus ojos y luego miró un reloj falso en su muñeca.- ya es tarde

Frunció el ceño.

-¿Tarde para qué?
-Para que estés con alguien más.
-¿Qué se supone que significa eso?
-Ven conmigo -Se levantó de la cama y me tendió su mano. Lo miré dudosa, antes de tomarla- ¿Confías en mi?
-Generalmente cuando alguien dice eso, es porque están a punto de meterse en problemas.
-¿Carter Brooks tiene miedo a meterse en problemas? -Me miró dubitativo. Tomé su mano fuertemente y me puse de pie.
-Mi segundo nombre es problema, amigo. -De nuevo sentí mi boca salada.

Bajamos al garaje y vi estacionado el mustang azul de Theo junto a una motocicleta negra. Les diría de qué clase de motocicleta se trataba, pero no tenía ni idea. Sabía de su auto, porque lo había escuchado de Austin, la verdad es que no tengo idea de esas cosas.

-¿Subes o qué? -Dijo Theo, ya montado en la moto.

Rodé los ojos y caminé hacia él, en un dos por tres, salimos disparados hacia las calles. No sabía a dónde nos dirigíamos pero cuando estaba con él, me perdía en un mundo diferente, el cual era solo nuestro. Y eso me agradaba.

Después de un rato conduciendo por las calles, montañas arriba hacia el cartel de Hollywood, Theo frenó su motocicleta encima del Monte Lee.

-Theo esto es... -Suspiré.- es increíble

Sonrió satisfecho, de haber hecho una buena elección de lugar, a donde me llevaría.

-Te dije que confiaras en mi -Se encogió de hombros.
-Es una increíble vista -Aseguré.
-Ya lo creo... -Noté por el rabillo de mi ojo, que no contemplaba la misma imagen visual que yo. Sino, que estaba mirándome a mí. Estoy segura de que en ese momento me ruboricé, pero si lo hice o no, Theo no dijo nada al respecto.

Estuvimos allí por unos cuantos minutos, en silencio y admirando como el atardecer se escondía de Los Ángeles, dándole paso al anochecer. Froté mis brazos y ajusté mi chaqueta a mi cuerpo. Había elegido un mal día para usar una falda. Mis piernas comenzaban a tornarse moradas por el frío.

-Estás congelándote -Frunció su ceño.
-Solo es un escalofrío
-Carter...
-Solo cinco minutos más. Nunca había venido aquí o visto... algo como esto. -Protesté, señalando la maravilla que se cernía frente a nosotros. La ciudad de Los Ángeles nunca me había parecido tan hermosa antes... tampoco es como si hubiera tenido la oportunidad de experimentarlo.
-Bien -Masculló, poniendo su chaqueta de cuero sobre la mía. No creo que supiera que el problema con el frío es que estaba en mis piernas, no en mi torso. Aún así no protesté y la acepté agradecida.

Cuando Theo me convenció de regresar, fue cuando sentí el frío viento que se avecinaba. El otoño estaba sobre nosotros, eso no era algo inédito, la época de faldas y vestidos ya había acabado. Necesitaba un cambio en mi armario, desempacar mis jeans y pulovers, y guardar mis vestidos y shorts.

Entramos a su casa, notando que estaba vacía.

-¿Tu mamá aun no llega?
-Y no lo hará, viajó por su trabajo -Contestó encendiendo varias luces al mismo tiempo.
-¿Y qué hay de tu hermanita?
-Ella está con mi tía Carmen.
-¿Estarás solo? ¿Por cuánto tiempo? -Fruncí el ceño. Él sonrió y caminó hacia mí, tomándome de los hombros.- no me gusta que estés solo en una casa tan grande
-He estado solo antes Carter, tengo diecisiete años, no doce. Puedo valerme por mi mismo desde hace tiempo. Ve a casa, Henry de verdad querrá matarme si sigo enviándote a casa tarde
-Per...
-¡¿Dios qué hay que hacer para que no te sientas mal por eso?! -Suplicó.- de verdad, estaré bien. Además, no es como si no pudiera golpearte la ventana por si necesitara algo
-Bien, pero más te vale que golpees mi ventana. -Lo apunté.- te veré luego

Sonreí y antes de salir por la puerta le dejé un beso en la mejilla. Como todas las noches.

Just Friends  -Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora