—Eres rápido hombre— me alagó, extendiendo una vieja sonrisa. Al menos el sabía.

—Gracias, supongo— mi voz salió dudosa, no sabía cómo actuar. 

Su sonrisa 'simpática' me decía que todo iba bien, por un momento me preocupé de que Ruby le hubiese dicho algo, al menos no estaba aquí. Tal vez la amenaza se la hubiese tomado más enserio de lo que yo creía y se había ido simplemente.

—Chicos— habló —Pueden irse— hizo un gesto con las manos y ambos hombres, de no más de 30 años, salieron de la habitación.

—¿Qué pasa?— pregunté antes de lo que venía.

—Se lo que le has hecho a Ruby— no dije ni una sola palabra —Ella se fue corriendo como un ratón recién golpeado hacia mi, a acusarte— soltó una ronca carcajada —Ella está despedida, después de todo tuve que hacerlo, prometió no decirle a la policía. No sé lo que le has hecho específicamente, pero le has dado el susto de su vida— 

Tragué fuertemente, él estaba tan relajado, ni siquiera parecía querer darme un sermón.

—Ella es así— continuó —es muy alzada y hace las cosas sin pensarlo, se busca los problemas y actúa como zorra— se quejaba —la recogí prácticamente de la calle, los padres la habían echado de casa porque no servía para nada, la estabilicé y ahora es como es— 

Su encogida de hombros me hizo pensar lo poco importante que era para él la tal Ruby.

—Ya no servía para nada, pensé que lo que sus padres decían era mentira pero ella se lo busca— 

—Señor, en serio no quiero seguir escuchando de eso— gruñí, ya era molesto, yo no era ni su psicólogo ni su amigo.

—Está bien Harry, ya no te molesto— miró su reloj de pulsera y alzó la vista nuevamente —Quiero que a las cuatro en punto estés en mi oficina, es importante ¿Has entendido?— 

Asentí y salí de la habitación, no esperaría que él lo hiciera primero. 


Kate

—Tienes una bonita casa— murmuró el chico detrás de mi, lo veía reflejado en el espejo.

—Gracias— respondí, terminando de trenzar mi cabello —Veo que has despertado bien— sonreí  y él hizo lo mismo.

—Sí, debiste haberme despertado—

—Claro que no ¿Estás loco? estabas muy cansado—me di media vuelta, quedando de frente a él —¿Ahora estás mejor?— él asintió

—Lo siento, ya sabes, por la información y todo eso— murmuró lo mismo.

—Y sigues con eso Ian, déjalo, ya no importa— 

—¡Pero he hecho que te desmayes!— chilló, el mismo chillido de una chica desesperada por quebrarse una uña, gracioso.

—Es normal en mi— hablé recordando el desmayo de aquel día.

—Entonces todo bien— sus palabras sonaban aún algo dudosas, tal vez no debí comentarle eso.

—¿Por qué no me cuentas como está tu hermana, tu familia en realidad?— pregunté, cambiado el tema, sentándome en el borde de la cama, invitándolo a él a lo mismo. Él básicamente me obedeció.

—Bien— comenzó —Lily está muy bien, cursa sexto grado— Lily la hermana pequeña, yo la conocí siendo un bebé —Mamá murió y papá trabaja mucho— mis ojos se extendieron, la señora Orwell estaba muerta.

—Lo lamento Ian— susurré, sintiéndolo de verdad, la señora Orwell era un amor.

—No te preocupes— suspiró —Son ya casi 4 años, le dio una enfermedad y eso la mató rápido— su voz sonaba apenada, por más que intentara olvidar el tema. 

—Tranquilo, bien, háblame de tu hermana mayor— sobé su espalda, tratando de volverlo a la realidad —Así que ¿Tendrás un nuevo sobrinito?— pregunté, intentando parecer interesada.

—Sí, ella espera un niño, tiene casi 7 meses— sonreía —ellos se casaron hace 5 años, mamá logró verla y todo. Ahora la atención está sobre como se tomara el embarazo su otra...— se detuvo.

—Continúa— hice una sonrisa de medio lado, esperando que mi cara no reflejara lo mucho que me dolía el tema.

—Mi sobrina, como se lo tomará ella—alargó —Su nombre es Katherine, solo tiene 3 años— 

—Que linda debe ser— sonreí evitando pensar en el nombre de esa niña y en lo que sea que tenga que ver conmigo —dotes Orwell debe tener— molesté a mi invitado para luego arrepentirme.

—Gracias— rió. Al menos el no pareció incomodarse.

—¿Hace cuánto estas casada?— preguntó, mirando fijamente mi mano que descasaba en mi regazo, donde estaba el anillo, claro.

—4 años y medio— 

—Un buen tiempo ¿Dónde está Harry?— su pregunta me tomó por sorpresa, ¿dónde estaba Harry? era mi hora de actuar como si matrimonio valiera la pena, a pesar de perder con este a mi mejor amiga y ex novio -los cual vale incluir se casaron- por el mejor hombre del planeta.

—Él, él está en New York, trabajando, estará 4 meses allá, es arquitecto de un empresa que tiene junto a unos amigos y bueno, le ha tocado ir a él. Era un trabajo importante— 

Ian asentía, pensando todo lo que dije seguramente.

—¿Cómo va su relación?— preguntó ahora, creo que la inseguridad se le había ido a tal punto que creía poder preguntarme esto. Ian siempre fue así de todos modos.

—Bien, supongo— respondí, tratando de no entrar en detalles. 

—¿Bien?— repitió, él quería ir más allá —¿Qué pasa Kate?— 

—Nada Ian, realmente no quiero hablar— un suspiro salió de mi boca.

—Kate, algo va mal, le mentiste cuando hablabas al teléfono, lo escuché, se que puedo estar malinterpretarlo pero, no lo sé, tu nerviosismo al creer que yo había hablado con él fue tal que hizo pensar mal ¿acaso pasa algo?—


Beast |h.s|Where stories live. Discover now