Agita su té de hierbas con una pequeña cuchara y mira por la ventana. -¡¿Que?!. ¡Dime, que no me estás echando Scar!- sonaba la voz de Klaus como eco en su mente. Una horrible presión en su pecho hizo que varias lágrimas rodaran por sus mejillas. -No quiero seguir pensando...- limpia sus lágrimas y le da el primer sorbo a su taza. En eso escucha que alguién entra a la cocina. -Buenos días prima- saludó acercandose a ella. -Buenos días Elijah- respondió sonriendo un poco. Él se queda viéndole y nota sus pestañas un poco húmedas.
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-La tristeza...cruel asesina del alma. Como lo es la ira, el odio, a veces...el amor- comentó el hombre mirando por una de las ventanas. La ojigris tensa traga saliva dificultuosamente. -¡Buenos días a los dos!- entraba Rebekah a la cocina sonriendo.
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-Buenos días- respondieron los dos al unísono. -¡Que hermoso se ve el cielo sin nubes el día de hoy!- decía sentandose en uno de los taburetes frente a la barra de la cocina. Scarlette en silencio miró la taza, meditando en lo que le estaba pasando. ************************************** En el despacho se sienta en el sofá con un vaso de bourbon en sus manos. Las imágenes del híbrido en su mente son incesantes.
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Lágrimas ruedan por sus mejillas. Intenta bloquear el recuerdo de todo lo que pasó la noche anterior pero le resulta prácticamente imposible. Un dolor punzante en su pecho crecía y crecía sin poderlo controlar. De repente escucha a alguién entrar y limpia sus lágrimas rápidamente. Los pasos de la persona avanzan hasta el escritorio. Scarlette alza la vista y lo ve allí sirviéndose un poco de bourbon. Su ritmo cardíaco y su respiración parece van a estallar en cualquier momento. Abrumada suelta el vaso, se pone de pies y se va a su habitación.
