°° 15 °°

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Se removió en su lugar aprovechando el calor que le rodeaba mientras acurrucaba su cabeza dondequiera que estuviese apoyada antes de abrir sus ojos. 

      Lo primero que vio fue la parte superior de sus gafas que colgaban de su nariz. Divisó tras ellas el televisor aún apagado de su salón y notó el cuerpo en el que estaba apoyando la cabeza. 

      Se frotó los ojos por debajo de los cristales antes de colocarlos bien en su nariz y erguir su cuello, sintiendo un gran dolor en la zona por la mala posición. 

      Seokjin soltó un quejido mientras apretaba sus ojos y estiró los brazos para intentar hacer ceder su columna rígida. 

      —¿Cuánto he dormido? 

      —Un par de horas. 

      Seokjin abrió los ojos y dejó caer sus manos bajo la manta. 

      —¿Llevas ahí quieto todo el tiempo? 

      Yoongi se encogió de hombros. 

      —No quería despertaste. Parecías cómodo. 

      Seokjin ignoró la muestra de afecto para no tener que mostrar lo mucho que le afectaban los detalles así y miró alrededor en la sala. 

      —¿Aún sin luz? 

      —La calefacción sigue funcionando... ¿A dónde está conectado el termostato? 

      Seokjin se levantó sobando sus brazos para protegerse del frío. 

      —No lo sé, Yoongi. Yo no hice la casa. — El mayor llegó hasta la cómoda en la pared del salón e intentó encender su móvil. —Mierda, no tengo batería. ¿Tú? 

      Observó la manta moverse bajo la cabeza de Yoongi, la única parte de su cuerpo que podía ver desde donde estaba y luego una de sus manos salió de entre la oscuridad con un móvil. La pantalla encendida iluminó intensamente la cara de Yoongi, a lo que el menor hizo un gesto de molestia y separó el aparato de su rostro. 

      —Toma. — El menor lo tendió al aire y Seokjin se acercó rápidamente, con sus pies quejándose por estar tocando el suelo frío como el hielo. 

      Tomó el artilugio mientras se tiraba en su sofá y se removía como un niño para llegar bajo la manta, de vuelta junto a Yoongi. 

      Lo encendió y miró la hora antes de hacer nada. 

      —Dios ya es de madrugada. De verdad, ¿por qué no me despertarte? 

      Yoongi volvió a encogerse de hombros. 

      —Te veías cómodo. —Repitió. 

      Seokjin hizo una mueca mientras tendía de vuelta el teléfono de cara a Yoongi para que este lo desbloqueara. Sin preguntar, el azabache posó su dedo pulgar sobre el único botón central y las aplicaciones aparecieron en la pantalla principal. 

      El pelirrosa pulsó en el primer navegador que encontró y tecleó algunas palabras antes de pulsar la lupa y cientos de artículos sobre la tormenta que estaban sufriendo aparecieron en la pantalla. 

      —No parece que vaya a mejorar pronto... —Seokjin hizo una mueca como si fuera un niño pequeño, a lo que Yoongi sintió su corazón encogerse.

      —¿Dice algo sobre el apagón en alguna parte? No se ven luces desde fuera. Parece que como mínimo, es en todo el barrio. 

      Los dedos largos del mayor se deslizaron sobre la pantalla hacia arriba, moviendo las frases para leer las de abajo. 

Star °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora