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—Entonces ¿todo bien, Min? —El productor acabó de hablar, acordando todo lo necesario para que el becario se subiera al escenario, y tocase frente a los focos y todos los fans de Seokjin. 

      —Sí, gracias. —No era un agradecimiento falso, tampoco sincero del todo. Agradecía que ese hombre hubiera confiado en él, o más bien en sus dotes como pianista, para arriesgar una discusión con todos los productores ejecutivos y benefactores. 

      Aún así, sabía que no era él a quien debía darle las gracias. 

      Salió del despacho con el corazón en la boca. Todo el asunto había puesto su piel de gallina y apenas pudo hablar en la reunión. Ni defenderse ni agregar ningún punto a su favor. Odiaba de alguna manera como aquellos hombres ponían palabras y actos en la persona de Yoongi con él delante, como si no existiera. Tal vez era cierto para ellos, tal vez solo era una marioneta. Así funcionaban los becarios. Y aún no dudaba que si de verdad hacía molestar a alguien, estaría fuera sin pestañear. 

      —¿Lo harás? —Oyó la voz de Seokjin acercarse. Tranquila, calmada. Preguntando con interés. Incluso diría que algo emocionado. 

      —Sí... Eso parece. 

      —Bien, tendrás que venir a los ensayos. Por las mañanas arriba, en la planta del estudio y por las tardes los jueves en el Estadio Olímpico. No te retrases.— El más alto pasó junto a Yoongi, siguiendo el pasillo sin dudar en dejar al menor con la palabra en la boca. 

      Dió un par de vueltas, pensando. Llevaba mucho tiempo pensando. Pensando que si de verdad aquello estaba pasando. Si estaba tomando las decisiones correctas. 

      Jamás se había subido a un escenario y no sabía nada de cómo funcionaba un concierto tan grande como el que daría Seokjin. 

      Seokjin

      Siempre reluciente, siempre brillante.  Haciendo parecer que subir por esas escaleras era fácil. Que concentrarse en el sonido que salía por los auriculares con todo el ruido de la multitud era fácil. No, no lo era. Y eso que aún no había multitud. 

      El volumen de los auriculares mataba sus oídos, desconcentrándolo, haciéndolo fallar en su propia melodía. 

      Tiró los auriculares al suelo enfurecido al tercer intento. 

      —¡Min! —Un empleado de sonido le reprendió, molesto por el mal trato que le daba a la carísima tecnología de sonido de la que disponían. 

      —¡Lo siento! —Prácticamente gritó, dando vueltas por el escenario. 

      Se paró en seco, sabiendo que no podía actuar así. Respiró hondo y volvió a acercarse a la butaca bajo la atenta mirada de Seokjin, que una vez colocado se acercó a él. 

      Lo miró confuso, y en un movimiento rápido se sentó a su lado micrófono en mano. 

      —¿Qué estás haciendo? —Escupió con molestia, viendo su entorno y espacio personal comprometidos. 

      —Ayudarte, claro. —El pelirrosa dio la señal y la música comenzó a sonar a los pocos segundos, sobresaltando a Yoongi.

Star °°Yoonjin°°Where stories live. Discover now