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Se despertó. Con pocas ganas preparó todo lo necesario para volver a su nuevo trabajo no remunerado cosa que no sabía si le parecía justa.

      Por un lado estaba haciendo unas prácticas en una de las mejores empresas de entretenimiento del país, y por otra, debía soportar a un carismático hombre de pelo rosa con una voz bendecida por los dioses, al igual que su belleza, pero que en el momento en el que empezaba a hablar, a Yoongi le daban ganas de tirar todos los papeles por el suelo y dimitir.

      Si bien el azabache era consciente que el propio Seokjin era su más grande oportunidad. Mejorar su carrera podía ayudar a la suya propia, pero eso era a cambio de un gran precio que tiraba de su paciencia cada vez más. Incluso temía que algún día aquel hombre tirara demasiado hasta romperla y diría algo que arruinaría sus oportunidades. Su mayor oportunidad hacia el triunfo era también la que le empujaba hacia el fracaso.

      Llegó al lugar acompañado de Namjoon y los demás, que encontró por el camino como cada mañana.

      Estaban citados cada mañana en el edificio de la compañía para ayudar aquí y allá, y cuando eran necesarios acompañaban a la plantilla hasta el lugar donde sería el concierto.

      —¿Dónde está Seokjin? —Preguntó el azabache al llegar a la sala de reuniones donde normalmente estaba. Cada mañana lo iba a buscar a su casa un coche y lo llevaba al edificio para seguir con la planificación establecida.

      —En el estudio, ensayando. —El manager le contestó rápidamente antes de retirarse para atender una llamada.

      Se encogió de hombros, totalmente de acuerdo consigo mismo al pensar que ni de broma subiría a la planta treinta para buscarle. Entró en la sala de reuniones donde Namjoon y Jungkook discutían algunas cosas sobre el nuevo álbum. Saludó con un movimiento de cabeza, correspondido por su compañero de la universidad.

      Escuchó con los auriculares la nueva pista de Seokjin, empeñado en que podía mejorar algo de la mezcla de aquella canción. El tema era sin dudas perfecto y la letra totalmente expectante. Pero había algo en la música que no acababa de convencerle. Probablemente era que sus gustos musicales no eran exactamente aquel tipo de música, pero como buen compositor sabía apreciar el arte aunque no fuera de su gusto. Sin embargo, la pista de Epiphany faltaba de algo.

      Autoconvenciéndose de que no era nada personal, buscó una razón por la que el pelirrosa pudiera cometer algún error a la hora de componer la canción como música de fondo.

      Ensimismado en la pista, y dispuesto a saber qué era lo que tanto le molestaba sobre todo del principio: una parte musical de un solo de guitarra.

      No se dio cuenta de cuándo Jungkook salió de la habitación, ni de cuándo Namjoon se acercó viéndose obligado a zarandearlo para que advirtiera su estancia frente a él.

      Yoongi apartó los auriculares y miró con una mueca a su amigo.

      —¿Qué?— Soltó, más arisco de lo que pretendía.

      —Te ves muy concentrado, ¿has encontrado ya algo que arreglar? —Namjoon rió sentándose a su lado.

      —Puede, pero aún no sé cómo arreglarlo. Es molesto porque tengo que pensar en el estilo de Seokjin y en su música. —Gruñó, apoyando la mejilla sobre su puño cerrado.

      —No tienes por qué. —El menor murmuró, acomodándose en su silla.

      —Explícate. —El azabache soltó, molesto porque el más alto siempre hiciera eso de dejar una propuesta en el aire, sabiendo que el contrario no tiene ni idea de lo que significa.

Star °°Yoonjin°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora