C A P Í T U L O X I I

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Todos nos congelamos en cuanto vimos a esas cosas surgir de la tierra como si fueran la hierba del campo pero lo que estamos viendo es peor que hiedra venenosa o cualquier plaga que acaba con todo cuanto tenga vida.

Vaya suerte que tengo, primer día fuera del castillo y ya estoy en peligro.

—A sus puestos —avisa Oziel a los guardias mientras los emins se acercan y comienzan a rodearnos.

Intento ver la formación de los guardias sin perder de vista a los emins. Esos seres que no tienen forma ni humana ni animal en un principio pero que pueden tomar posesión de cualquiera de ellos. Ahora mismo son un poco pequeños a nosotros pero hay muchos. Demasiados. Parecen multiplicarse con tan solo verlos.

Cada príncipe tiene entre cuatro a seis guardias de refuerzo. Todos saben que hacer, yo no. Todos tienen sus espadas en mano, yo no. No quiero ver sangre a mí alrededor ni sentir el palpitar de mis manos a causa del talento. Si algo malo pasa, yo seré el primero en morir despues de intervenir por las vidas —aunque solo sea las heridas del cuerpo— de cada uno.

Ya veo el porvenir y no me gusta nada.

Y no, no, no quiero, no quiero que alguien termine herido.

—¡Surromelianos ataquen! — ordena Zaín, como líder en estrategia y división de la Guardia Romeliana.

La mano de Zaín me toma del brazo y me empuja entre dos grandes baúles, ha encontrado un pequeño espacio para esconderme porque sabe que no me conviene pelear, sufriré más de la cuenta. Porque anque sepa defenderme, si no estoy atento a mi cuerpo, el dolor que tendría que soportar a causa del talento podría llegar a matarme. Es extraño pero es así como me sucede cuando estoy en medio de una batalla, por eso es mejor tenerme encerrado en un castillo donde no se derrame sangre aunque eso cambió con Leylah. Con ella, lo peor que me pudo pasar simplemente no sucedió.

Pero si lo pienso una vez, sin mí ya no hay pacto con el Reino Oeste, y no me... casaría.

Salgo de mi escondite con una espada de plata que estaba en uno de los baúles. Acabaré con mi sufrimiento y de paso algunos emins.

Veo a Oziel y Yerón como las máquinas que son para matar, ojalá tuviera un talento tal para atacar a los emins pero me armo de valentía y empiezo a repartir espadazos y cortes precisos a todo emin que veo, alcanzo atravesar, cortar y despedazar hasta que escucho mi nombre de los labios de Zaín y entonces alcanzo a girar mi cuerpo para ver que estoy a punto de ser devorado por un emin que creció en tamaño en un abrir y cerrar de ojos.

El emin se queda mirandome con quietud ya que una espada lo atraviesa por detrás tanto que veo su punta del otro lado frente a mis ojos, no es sangre lo que sale de los emins sino un vapor con olor a muerte muy semejante al azufre, la espada que tomó su camino hacia arriba termina por derribar al emin que se parte en dos y es entonces que comienza a salir sangre de la reunión de animales a los poseyeron en un principio.

Las nubes se han unido para formar una gran nube oscura sobre nosotros, el sol ya no está de nuestro lado y estamos a oscuras. La batalla que se ha librado causa un levantamiento de la arena del desierto forma una barrera entre los emins restantes y nosotros, mis ojos se acostumbran a la poca luz y solo me permite ver una sombra humana acabando con los emins, uno por uno con un talento maravilloso... espera ¿eso es?

¿Un? ¿Talento?

Hay otras sombras más que cubren por detrás a aquel ser humano que acaba de salvarme. Son un equipo de menos personas a comparación de nosotros y han llamado la atención de los demás emins que nos rodeaban porque ahora se unen para formar un solo monstruo que ataca a una persona en especial, el polvo cae de vuelta al suelo a causa del estruendoso rugido que lanza el emin y todos somos testigo de la humana que levanta una espada de mayor tamaño que las nuestras y lanza un alarido como respuesta junto a su ataque con una fuerza... no, no es una fuerza común, es una fuerza colosal que no había visto antes. Solo alguien puede tener una fuerza así... alguien con un talento.

LIBERTAD LEJOS DE TÍWhere stories live. Discover now