C A P Í T U L O X

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ZAÍN

—¡Quítate de mi camino! —vocifero porque poco me importa parecer un animal en busca de su presa. ¡Me las pagarás Oziel!

—Vamos, hermano. Ya cálmate. Estas muy enojado aún después de que te haya ayudado. —no me deja avanzar hasta la puerta de mi habitación con su cuerpo en medio.

—¿Y acaso quieres que te lo agradezca? —lo miro indignado— Tu lo único que hiciste fue meterte donde nadie te llamó

—¿Y eso no te suena... familiar? —sonríe y no me causa gracia.

—Ya, vete de aquí. —lo aparto con mi mano para echarlo de mi habitación pero él sigue quieto en su lugar.

—No, hasta que me prometas que no te vas a meter en más problemas. Ademas voy a estar ocupado ordenando el viaje sorpresa de Oziel y su plan de salvar el reino. —alza los brazos con disgusto y me mira— Así que será mejor que te quedes aquí... al menos hasta el día que salgamos del castillo. —dice y sus manos están sobre mis hombros

—No cuentes con eso, Yomaru —aparto sus manos mientras le advierto que no pienso cambiar de decisión.

—Bien. Entonces nos vemos en dos días. —dice y piensa irse encerrándome en mi habitación. ¡Já, tendrá que ser más rápido!

—No hagas esto. Solo deja que lo arregle yo mismo. Puedo hacerlo y no te necesito. —intento una vez más salir de mi habitación pero él sigue delante de mi puerta.

—¡¿Arreglar qué, Zain?! —grita perdiendo la paciencia y suspira cansado—Por favor, escucha. No sé lo que ha pasado pero lo que sí sé es que a Oziel poco le importas... —levanta las cejas y se corrige— de hecho no le importa nadie ni nada más que llegar hacer algo grande para el pueblo y coronarse como nuevo Rey del Sur. Ese viaje es prueba de ello y no le va importar hacerlo a cualquier precio. Ya no se puede hacer nada con Kalen, solo la misma Reina Meriott puede cambiar los planes de Oziel. Pero tú... —me señala— yo no voy a dejar que te haga daño por estar en su camino , Zain. Recuerda... —dice con sus manos sobre mis hombros— que nosotros sí somos hermanos de sangre.

—¡Eso no me importa! —es mi momento de gritar, así que lo hago.

—A mí sí. Y eso es lo único que importa. Así que, adiós. —se despide con la mano mientras sonríe e intenta cerrar la puerta pero no lo dejo.

—No se te ocurra o...—me mira con paciencia esperando mi respuesta, respiro y me calmo— Sabes que no me voy a rendir... no dejaré que le haga esto a Kalen. Si soy tu hermano, ¿por qué no me ayudas? —recuerdo que dije que no necesitaba su ayuda e intento decirlo que no es lo piensa pero él habla.

—Sí, eres mi hermano. Pero si esto lo haces por Kalen, no... no entiendes la locura que quieres hacer. Y ahora no tengo tiempo para explicártelo... —pone su mano sobre su cara con cansancio— así que me voy a concentrar en alejarte de los problemas aunque sea a la ¡fuerza!. —otra vez con eso— Espero que no haya necesidad de disculparme —ahora pone su mano sobre su pecho como si le doliera.

—Yomaru, el ya lo hizo una vez conmigo. Me lo quitó todo. ¿Crees que otra vez lo dejaré hacer algo así delante de mi?

—Eras muy joven en ese entonces. Yo te advertí lo que podría suceder y no me escuchaste. Ahora, Kalen no es nuestro hermano y no es nuestro problema. —dijo como si nada, como si creyera que le haría caso— Y tú te quedarás aquí. —si esa es una orden, no pienso seguirla.

—Será mejor que no me provoques. —empiezo hablar entre dientes con ira— Sabes bien de lo que soy capaz de hacer —si alguien va a dar el primer golpe, ese seré yo. Solo tengo una oportunidad de salir de aquí. Solo tendría que encargarme de los guardias romelianos, fácil.

LIBERTAD LEJOS DE TÍWhere stories live. Discover now