Incluso Amándote. Puedo Enamorarme De Nuevo|JINMIN-JINKOOK

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Al abrir los ojos lo primero que ví fue la mirada preocupada de Jimin, él removió los mechones de mi cabello. —¿Cómo te sientes?.

—¿Dónde estoy?— respondí con otra pregunta.

Él suspiro y sonrió —En la floristería, Jin te encontró inconsciente afuera, el médico acaba de irse y dice que no has estado comiendo bien, ¿Todo con NamJoon está bien?.

Ladee la cabeza dejando de mirar la falsa preocupación en el rostro de mi hermano. —Quiero irme a casa, ¿Puedes llevarme?.

—Claro. Solamente, el médico sugirió que te hagas unos análisis— Jimin corrió hacia la puerta y en segundos Jin también me ayudó a levantarme, entre los dos me llevaron a su auto, el camino a casa fue silencioso, solo pude observar como sus manos estuvieron entrelazadas y ese brillante anillo reposar en sus dedos. Dejé caer mi cabeza sobre el respaldo de la silla hasta llegar y meterme en la cama.

Pero no pude dormir solo, tuve que llamar a NamJoon y aunque fue extraño, el tan solo oír su voz por la línea telefónica me calmó.

¿Qué rayos te pasa Park Jungkook?.

Había notado extraño a Jungkook en la llamada pero aunque negó rotundamente el tener algo, no me quedé tranquilo así que al llegar indagaria más sobre el tema. Además, tenía miedo de encontrarme con Taehyung, una extraña sensación se apoderaba de mi en cuanto pensaba en él.

«me besó» Es cierto, tuve sus labios sobre los míos y aunque no correspondi, me sentía basura al saber que no hice nada para detenerlo.

—Buenos días, Sr. Kim, aquí están los documentos que me pidió— Yeji sonrió y se acercó hacia la cafetera para servirme un poco de café, lo que se me hizo extraño ya que me había acostumbrado a que Taehyung lo hiciera.

—¿Y Kim?— pregunté tratando de sonar indiferente.

Ella dejó la taza en mi escritorio y suspiro —Él llamo esta mañana, tiene fiebre y le sugerí quedarse en casa, yo haré su trabajo, ¿Está bien?.

—Si, claro. Si está mal debe descansar— volví mi mirada a la computadora en cuanto ella salió de la oficina pero por más que intente no pude concentrarme.

En mi mente solo rondaba la extrañeza en la llamada de mi esposo. Y Kim Taehyung, estando solo en su departamento.

Me levanté abruptamente tomando las llaves de mi auto y me dirigí a dónde mi instinto me llevo. Ahí, parado en la puerta con una cobija envuelta en su cuerpo y la nariz roja, me observa con asombro: Taehyung.

—¿Jefe...?— pregunta en un hilo de voz y estornuda, así que lo tomo por los hombros cerrando la puerta tras de mi, tocando su frente. Él me sigue observando con sorpresa.

Entonces caigo en cuenta de la cercanía que estoy tomando con él y me alejo, recientemente este chico me beso y eso me hace darme cuenta de los sentimientos que tiene hacia mi, no debería pero hay algo que me dice que debo estar aquí —Estas solo, traje medicinas pero como no sabía que tienes traje un montón de ellas. Y tienes que estar descansando, anda, vamos.

Lo tome de la mano y cuando se acostó, lo tape bien con su cobija dándole una pastilla para la fiebre.
—Gracias jefe, aunque no hacía falta que viniera.

Noté la manera en la que habló y me di cuenta de que estaba enojado o tal vez triste así que supuse se debía a mi manera de tratarlo en aquel momento, en la manera en la cual lo aleje. Me senté en el borde de la cama observando su semblante serio
—¿Estás enojado?.

—No... Me comporté de una manera inadecuada contigo, eres un hombre casado— murmuró y escondió su cara entre la cobija.

Él tenía razón, soy un hombre casado, ¿Qué estoy haciendo aquí?. Jungkook, mi Jungkookie, mi amado y precioso esposo
—Lo siento Taehyung, no debí venir.

Pero justo al levantarme fui tomado de la mano por la débil mano de Taehyung, al voltear y ver su rostro rojo, lloroso, no pude evitar, besarlo.

Ni siquiera lo pensé, solo podía pensar en la calidez de sus labios presionando los míos.

—NamJoon...— jadeó cuando lo recosté en la cama pero cuando sus labios buscaron de nuevo los míos, lo alejé.

Me di cuenta de lo que estaba haciendo, y huí. ¿De verdad le estaba siendo infiel a Jungkook?.

A mi ángel maravilloso.

Soy un tremendo idiota. Esperé años para ser correspondido y ahora que tenía la dicha de ser su esposo, estaba aquí con otra persona.

Al llegar a casa me sorprendí al no ver a Jungkook en la cama, lo busque rápidamente en el baño y me alteré en cuanto lo ví a un lado del inodoro con un trapo en la nariz, de la cual le salía sangre.

—¡Jungkook!— grité asustado.

Y al verme, rompió en llanto por lo que lo tome en mis brazos sacándolo de ahí notando que se encontraba sudado, con pequeños espasmos y me di cuenta de que mi esposo, estaba más flaco.

—Jungkook, llamaré a un médico— lo metí a la bañera dejando caer agua caliente sobre su cuerpo y el miedo me invadió al ver que solamente estaba callado, sollozando.

¿Qué le estaba pasando a mi Jungkook?.

—Jin, ¿Te gustaría tener hijos?— pregunté picando verduras para el desayuno.

—Quisiera tener dos, una preciosa niña y un adorable niño— respondió picando mi mejilla y rodeo mi cintura posando su rostro en mi hombro.
—Jamás había pensado en tener una familia pero si no lo hubieses dicho, yo te lo habría pedido, me encantaría despertar cada mañana y después de verte a ti, abrazar a nuestros bebés.

Me sonroje ante la imaginación que creció en mi mente, dormir a su lado como siempre y ver a nuestros niños correr, pedirnos dormir con nosotros —Te amo, Jin.

—¡No lo digas así que atacas directamente a mi corazón!— exclamó de manera divertida y me giro para besar mis labios —Yo también te amo.

Y aunque estaba siendo muy feliz, había algo que me incomodaba. Tenía el presentimiento de que algo andaba mal y eso me hacia sentir temor.